El paquete no va en línea con discurso de Calderón

La Confederación Patronal de la República Mexicana afirmó que el paquete económico de 2010 enviado al Congreso por el Ejecutivo es recesivo y no va en línea con el discurso del presidente Felipe Calderón del 2 de septiembre pasado, en el que se solicitaba incentivar la inversión y fortalecer el crecimiento económico del país.

“Podemos decir, de manera tajante, que no estamos de acuerdo con el paquete fiscal que se envió al Congreso, porque, además de ser inoportuno para el momento que se vive en el país y el mundo, no cumple con el espíritu y la oferta del discurso que dio el Presidente en su tercer Informe de gobierno. Esta iniciativa de ninguna manera va en el sentido de hacer lo necesario y no sólo lo posible, todo lo contrario”, sentenció.

En su mensaje semanal, el presidente del organismo, Ricardo González Sada, afirmó que esta propuesta lleva consigo el germen de un fracaso anunciado, porque le pega al mercado interno, a las empresas y a la clase media

“Si se aprobara, podría tener un impacto recesivo muy importante. En todo el mundo están bajando impuestos y generando estímulos a la inversión, mientras que aquí hacemos todo lo contrario”, agregó.

En su opinión, con este paquete, de pasar en el Congreso, se recrudecería la situación económica, pero ahora con esos fantasmas de las crisis del pasado, que de ninguna manera queremos que regresen: inflación fuera de control, devaluación del peso y crecimiento de las deudas públicas y privadas.

“Comprendemos que hay un riesgo real para 2010 y justo por ello es que se requieren soluciones contundentes y prontas. Esto tiene un costo y hay que pagarlo, pero no estamos de acuerdo con que se opte por los caminos más fáciles, y que, además, salgamos perdiendo en términos de competitividad y costo-país, ahora que lo que necesitamos son inversiones y empleo”, agregó.

Sobre el gravamen para el combate a la pobreza, explicó que puede ampliar la masa de contribuyentes a través de un impuesto indirecto, pero la propuesta debe ser reorientada. Con ésta le estaríamos subiendo la tasa efectiva a 17 por ciento a casi todos los productos, afectando de manera importante el consumo. Además, en su ejecución se crearía un nuevo sistema adicional al régimen del IVA, lo que generaría complicaciones innecesarias.

“Sobre el IEPS también existe el peligro de que los objetivos recaudatorios se vean frustrados por el efecto recesivo de la imposición. Un 4 por ciento de aumento para las telecomunicaciones puede tener un efecto inhibitorio importantísimo para la demanda en un sector tan elástico al precio como éste”, agregó.

Antonio Hernández, Milenio, 15 de septiembre.