Hijo de dirigente cubano vive quinto año cautivo en la isla

El abogado cubano Juan Juan Almeida García, de 44 años, podría decir que ser hijo del hasta ayer “número tres” del gobierno cubano, el fallecido Juan Almeida Bosque, le ha permitido librar no sólo estar en prisión, sino evitar el aislamiento en una celda de la cárcel más recóndita de la isla, al pesar sobre él varias denuncias por parte del gobierno, primero al mando de Fidel y ahora bajo la batuta de Raúl Castro, por presunto espionaje, ser un disidente activo y alborotador, por ayudar a escapar de Cuba a cientos de personas que han sumado sus voces en el exilio contra lo que considera un régimen equivocado y dictatorial y por tratar de salir ilegalmente del país.

Almeida García, quien ha denunciado a través de cartas a varios de sus amigos en España y Florida, Estados Unidos, la forma en como ha sido tratado por expresar su rechazo a un régimen que asegura no ha brindado las garantías de vivir dignamente a los cubanos, ventila parte del cautiverio que vive en su propio país a través de un libro de la editorial española “Espuela de Plata” titulado Memorias de un guerrillero cubano desconocido, en donde narra la transformación equivocada que ha sufrido Cuba desde que fue asumida por los dirigentes de la Revolución.

Almeida García, quien ha desafiado a las autoridades cubanas por no permitirle dejar La Habana para reunirse con su familia, asegura que a su calvario de sentirse atrapado en Cuba se suma a una enfermedad reumatológica degenerativa que padece y que le fue tratada en un hospital de Bruselas, Bélgica, durante los años 90. Sin embargo, desde 2004, cuando se le calificó de disidente por presuntamente haber ayudado a cientos de cubanos a abandonar la isla cuando trabajó en México, por órdenes del “alto mando” del régimen se le prohibió salir, lo que ha motivado sus intentos por encontrar la libertad en más de una ocasión para abandonar la isla. En el país autoridades de salud no quieren tratar su enfermedad.



MÉXICO. Sin duda su travesía por Cancún fue lo que marcó un cambio total en su vida. Al tener la garantía de las autoridades cubanas, viajó al puerto caribeño mexicano donde fue asesor de mercado en la Unión Suchel, y entre 1998 y 2003 fue contratado por la empresa de servicios aeroportuarios SEAT. Desde Cancún impulsaba las negociaciones con diferentes países, entre ellos México, principalmente de la industria del tabaco.

En 2003 regresó a Cuba en medio de denuncias de presuntos desvíos de fondos de inversionistas, tráfico de habanos y de participar en una red que proporcionaba pasaportes y visas ilegales a ciudadanos cubanos para entrar en México y de allí llegar a Estados Unidos.

Con estas imputaciones, a partir de 2004 se le terminaron las garantías de que presuntamente disfrutaba y se le consideró un disidente por querer salir de la isla al no tener el consentimiento del gobierno y sin contar con la mediación de su padre.



ARRESTADO. Un incidente reciente que marcó más la postura desafiante del abogado Almeida García, fue su arresto el pasado 6 de mayo cuando viajaba en autobús hacia la ciudad de Manzanillo, en el extremo oriental de Cuba. Como si se tratara de un terrorista, agentes de seguridad lo cubrieron de la cabeza, lo interrogaron y lo dejaron detenido durante siete días para ser encausado por intento de “salida ilegal” del país.

Para controlar sus movimientos, se le ordenó presentarse todos los martes ante autoridades de Villa Marista, un cuartel general de la Seguridad del Estado en La Habana, alejado de zonas marítimas donde sería muy difícil tener alguna posibilidad de alcanzar su libertad por vía terrestre.

Actualmente, Juan Juan Almeida García ve más alejada la posibilidad de encontrar una salida a su situación, y es que ahora con la muerte de su padre, el comandante Juan Almeida Bosque, quien fuera el “número tres” del gobierno, su futuro es incierto al no contar ya con el “as” que presuntamente lo protegía de engrosar los grupos de disidentes olvidados en prisiones cubanas.
Mario Camarillo Cortés, Crónica, 13 de septiembre.

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