Los impuestos a los alimentos no son la solución a la pobreza, aseveró Olivier de Shutter, relator especial del Derecho a la Alimentación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por el contrario, agregó, el encarecimiento de la comida contribuye a aumentar la desigualdad. “Poner impuestos a los alimentos no me parece una solución, eso quiere decir que los alimentos van a ser más caros”, expuso.
El funcionario de la ONU dijo desconocer el contexto de la propuesta del gobierno mexicano para gravar en 2 por ciento el consumo, incluidas comida y medicinas, para destinarlo a combatir la pobreza. “No puedo hacer un comentario sobre esta propuesta particular que está en el Congreso mexicano”, aclaró.
Sin embargo, hizo énfasis en que en muchos países los alimentos saludables se han encarecido, por lo que también se ha generado un problema de desnutrición.
“Parte de esto tiene que ver con el hecho de que es barato comprar alimentos con energía de esas fuentes, y no es económico comer saludable”, indicó.
Por ello, consideró que gravar comida chatarra, como golosinas o refrescos, sería una mejor opción, pues además de recaber recursos también se incentivaría el consumo de alimentos sanos.
De visita en México para reunirse con organizaciones agrupadas en la red Sin Maíz no hay País, De Shutter aseguró que debido a la crisis económica en muchos países de Latinoamérica se han disminuido los recursos a programas sociales que impulsen el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria.
“Los países de la región exportan la mayor parte de su producción a Estados Unidos, pero la demanda ahí va a bajar, con lo que habrá menos ingresos y menos fondos para programas sociales”, alertó.
En las próximas semanas el relator presentará ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU un reporte sobre las medidas adoptadas por los gobiernos para combatir la crisis alimentaria.
- Claves
El plan del gobierno
• La propuesta más debatida del paquete económico de 2010 que propuso el gobierno es el impuesto de 2% generalizado al consumo, incluidos los alimentos y las medicinas.
• Las autoridades aseguran que la recaudación por dicho gravamen se destinará sobre todo al combate a la pobreza, por lo que se beneficiará a 34 millones de personas.
Por el contrario, agregó, el encarecimiento de la comida contribuye a aumentar la desigualdad. “Poner impuestos a los alimentos no me parece una solución, eso quiere decir que los alimentos van a ser más caros”, expuso.
El funcionario de la ONU dijo desconocer el contexto de la propuesta del gobierno mexicano para gravar en 2 por ciento el consumo, incluidas comida y medicinas, para destinarlo a combatir la pobreza. “No puedo hacer un comentario sobre esta propuesta particular que está en el Congreso mexicano”, aclaró.
Sin embargo, hizo énfasis en que en muchos países los alimentos saludables se han encarecido, por lo que también se ha generado un problema de desnutrición.
“Parte de esto tiene que ver con el hecho de que es barato comprar alimentos con energía de esas fuentes, y no es económico comer saludable”, indicó.
Por ello, consideró que gravar comida chatarra, como golosinas o refrescos, sería una mejor opción, pues además de recaber recursos también se incentivaría el consumo de alimentos sanos.
De visita en México para reunirse con organizaciones agrupadas en la red Sin Maíz no hay País, De Shutter aseguró que debido a la crisis económica en muchos países de Latinoamérica se han disminuido los recursos a programas sociales que impulsen el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria.
“Los países de la región exportan la mayor parte de su producción a Estados Unidos, pero la demanda ahí va a bajar, con lo que habrá menos ingresos y menos fondos para programas sociales”, alertó.
En las próximas semanas el relator presentará ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU un reporte sobre las medidas adoptadas por los gobiernos para combatir la crisis alimentaria.
- Claves
El plan del gobierno
• La propuesta más debatida del paquete económico de 2010 que propuso el gobierno es el impuesto de 2% generalizado al consumo, incluidos los alimentos y las medicinas.
• Las autoridades aseguran que la recaudación por dicho gravamen se destinará sobre todo al combate a la pobreza, por lo que se beneficiará a 34 millones de personas.
Nayeli Roldán, Milenio, 17 de septiembre.
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