Miles de cubanos rindieron tributo ayer al vicepresidente Juan Almeida, quien con su muerte el viernes a los 82 años vuelve a poner sobre el tapete el tema del relevo de la generación que gobierna la isla desde 1959, la cual busca garantizar su continuidad con nuevos nombramientos.
El presidente Raúl Castro y familiares de Almeida abrieron la ceremonia luctuosa aquí; Fidel Castro rindió tributo a su coraje en un artículo de prensa; gobernantes de varios países, entre ellos el mandatario Felipe Calderón, enviaron condolencias, y en 14 ciudades de la isla se le rindieron honores.
“En el único lugar en que me sentí un ser humano fue en México”, cuando en 1956 se preparaba para la aventura del Granma, dijo en una ocasión Almeida.
Y aunque el comandante estaba herido desde 2003, cuando lo sorprendió una complicación cardiovascular, su voz, su voto y su conducta mantuvieron un sentido inalterable. “Estuvo siempre en la primera línea de combate al lado” de Fidel, dijo la dirección del Estado y el partido al anunciar su deceso.
La cancillería mexicana informó que el presidente Felipe Calderón transmitió a su par Raúl Castro sus condolencias al pueblo de Cuba y su solidaridad con los familiares de Almeida.
De los asaltantes al cuartel Moncada en 1953, inicio de la revolución, quedan en funciones claves Fidel, 83 años, primer secretario del Partido Comunista (PC); su hermano, Raúl, 78 y el vicepresidente y ministro de Comunicaciones, Ramiro Valdés, 77.
Además el primer vicepresidente, José Machado y los generales y vicepresidentes del Estado, Abelardo Colomé (Interior) y Julio Casas (Defensa), con 73 años promedio; así como los generales Leopoldo Cintras (viceministro primero de Defensa, 68) y Ulises Rosales (vicepresidente del gobierno y ministro de Agricultura, 67).
En tanto, Juan Juan Almeida (43 años), hijo del recién fallecido dirigente, quien reside en La Habana, pidió ayuda en una entrevista con el diario chileno El Mercurio para salir del país y poder recibir tratamiento para su enfermedad degenerativa (espondilitis anquilosante), ya que está impedido salir por supuestos lazos con “servicios de inteligencia extranjeros”.
El presidente Raúl Castro y familiares de Almeida abrieron la ceremonia luctuosa aquí; Fidel Castro rindió tributo a su coraje en un artículo de prensa; gobernantes de varios países, entre ellos el mandatario Felipe Calderón, enviaron condolencias, y en 14 ciudades de la isla se le rindieron honores.
“En el único lugar en que me sentí un ser humano fue en México”, cuando en 1956 se preparaba para la aventura del Granma, dijo en una ocasión Almeida.
Y aunque el comandante estaba herido desde 2003, cuando lo sorprendió una complicación cardiovascular, su voz, su voto y su conducta mantuvieron un sentido inalterable. “Estuvo siempre en la primera línea de combate al lado” de Fidel, dijo la dirección del Estado y el partido al anunciar su deceso.
La cancillería mexicana informó que el presidente Felipe Calderón transmitió a su par Raúl Castro sus condolencias al pueblo de Cuba y su solidaridad con los familiares de Almeida.
De los asaltantes al cuartel Moncada en 1953, inicio de la revolución, quedan en funciones claves Fidel, 83 años, primer secretario del Partido Comunista (PC); su hermano, Raúl, 78 y el vicepresidente y ministro de Comunicaciones, Ramiro Valdés, 77.
Además el primer vicepresidente, José Machado y los generales y vicepresidentes del Estado, Abelardo Colomé (Interior) y Julio Casas (Defensa), con 73 años promedio; así como los generales Leopoldo Cintras (viceministro primero de Defensa, 68) y Ulises Rosales (vicepresidente del gobierno y ministro de Agricultura, 67).
En tanto, Juan Juan Almeida (43 años), hijo del recién fallecido dirigente, quien reside en La Habana, pidió ayuda en una entrevista con el diario chileno El Mercurio para salir del país y poder recibir tratamiento para su enfermedad degenerativa (espondilitis anquilosante), ya que está impedido salir por supuestos lazos con “servicios de inteligencia extranjeros”.
Manuel Juan Somoza y Agencias, Milenio, 14 de septiembre.
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