Para 2010, la propuesta de paquete económico enviada al Congreso de la Unión estima un incremento del gasto corriente de 2.7 por ciento real respecto al monto aprobado para el año previo, lo que contrasta con una caída 13.5 por ciento en la inversión.
Al interior del gasto corriente, su alza esperada se explica por el encarecimiento de la nómina de pensiones del sector público, la cual crecerá 16.1 por ciento real con respecto al año previo.
Para Emilio Granados, especialista en finanzas públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la partida de costos de las pensiones en curso de pago es difícil de parar, lo que se confirma el aumento previsto para el próximo año.
En las proyecciones de gasto destinado a pensiones de 2010, el proyecto presupuestal calcula canalizar recursos por 306 mil 503 millones de pesos, destacando por su elevada alza las correspondientes a dependencias del Gobierno, con 22.5 por ciento de aumento.
Mientras el gasto de pensiones de las entidades de control directo presupuestario podría crecer 15.1 por ciento real en 2010, liderado por el ISSSTE, con 46 por ciento.
También los recursos para cubrir pasivos laborales del IMSS se pretende incrementarlos 12 por ciento, seguidos de la CFE y Pemex, con 7.2 y 3.9 por ciento, respectivamente.
No obstante el aumento esperado en el gasto de pensiones, Granados señaló que, por el momento, el paquete económico no deja de ser una propuesta, por lo que debe ser tomado como tal.
Además, en el gasto corriente, los recursos orientados a subsidios también observarán una variación positiva de 4.1 por ciento y para los sueldos y salarios de la burocracia, apenas se erogaría 0.8 por ciento por arriba del presupuesto de 2009.
El gasto corriente incluye las erogaciones necesarias para que las instituciones de Gobierno proporcionen servicios públicos a la población en salud, educación y seguridad pública, así como el gasto que permite financiar la política social, combate a la pobreza, generación de empleo y desarrollo, además de las previsiones asociadas al pago de pensiones, la compra de medicamentos, los subsidios establecidos en los programas de desarrollo rural, así como el pago de salarios de personal médico y maestros.
Según las previsiones del Gobierno, el gasto programable total caerá 1.4 por ciento con relación a lo aprobado para 2009. Sin embargo, al considerar el cierre estimado de este año, el indicador podría aumentar 1.3 por ciento real el año siguiente.
Por otro lado, el gasto no programable podría repuntar 9.4 por ciento respecto al cierre previsto para 2009, impulsado por las participaciones a entidades federativas, con un aumento de 17 por ciento.
Ernesto Sarabia, Reforma, 9 de septiembre.
Al interior del gasto corriente, su alza esperada se explica por el encarecimiento de la nómina de pensiones del sector público, la cual crecerá 16.1 por ciento real con respecto al año previo.
Para Emilio Granados, especialista en finanzas públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la partida de costos de las pensiones en curso de pago es difícil de parar, lo que se confirma el aumento previsto para el próximo año.
En las proyecciones de gasto destinado a pensiones de 2010, el proyecto presupuestal calcula canalizar recursos por 306 mil 503 millones de pesos, destacando por su elevada alza las correspondientes a dependencias del Gobierno, con 22.5 por ciento de aumento.
Mientras el gasto de pensiones de las entidades de control directo presupuestario podría crecer 15.1 por ciento real en 2010, liderado por el ISSSTE, con 46 por ciento.
También los recursos para cubrir pasivos laborales del IMSS se pretende incrementarlos 12 por ciento, seguidos de la CFE y Pemex, con 7.2 y 3.9 por ciento, respectivamente.
No obstante el aumento esperado en el gasto de pensiones, Granados señaló que, por el momento, el paquete económico no deja de ser una propuesta, por lo que debe ser tomado como tal.
Además, en el gasto corriente, los recursos orientados a subsidios también observarán una variación positiva de 4.1 por ciento y para los sueldos y salarios de la burocracia, apenas se erogaría 0.8 por ciento por arriba del presupuesto de 2009.
El gasto corriente incluye las erogaciones necesarias para que las instituciones de Gobierno proporcionen servicios públicos a la población en salud, educación y seguridad pública, así como el gasto que permite financiar la política social, combate a la pobreza, generación de empleo y desarrollo, además de las previsiones asociadas al pago de pensiones, la compra de medicamentos, los subsidios establecidos en los programas de desarrollo rural, así como el pago de salarios de personal médico y maestros.
Según las previsiones del Gobierno, el gasto programable total caerá 1.4 por ciento con relación a lo aprobado para 2009. Sin embargo, al considerar el cierre estimado de este año, el indicador podría aumentar 1.3 por ciento real el año siguiente.
Por otro lado, el gasto no programable podría repuntar 9.4 por ciento respecto al cierre previsto para 2009, impulsado por las participaciones a entidades federativas, con un aumento de 17 por ciento.
Ernesto Sarabia, Reforma, 9 de septiembre.
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