Confinados, enfermos y angustiados

Afuera de la estación migratoria "Las Agujas", el abogado Alfonso Clavellina pide a los guardias alguna razón por la que le niegan, de nuevo, la visita a sus ocho representados de nacionalidad cubana.

"¿Por qué no me dejan verlos? Hemos hablado con ellos y me dicen que los tienen aislados; de ser así, están violando sus derechos; del penal no vienen", reclama en el acceso.

Es sábado y el horario de visita comenzó a las 10 de la mañana. El abogado llegó para ver físicamente a sus representados. En el intento anterior, un agente le informó que estaban aislados.

"Vengo a ver a ocho personas detenidas; llevan casi un mes y no nos han permitido, en lo absoluto, comunicación con ninguno. Hemos hecho todo lo que ellos marcan en sus reglas y estatutos pero encontramos rechazo tanto de las autoridades que están en las puertas como de las que están en Migración. Ni siquiera nos permiten el contacto telefónico; es denigrante para uno y para ellos", dice Clavellina mientras hace llamadas.

Son cubanos detenidos en Chetumal. Explica el litigante que no cometieron delitos; y aunque lo hubieran hecho, "tienen derecho a un defensor de oficio, a tener un abogado presente antes de firmar cualquier cosa y para eso tiene que haber comunicación"; aquí se están violando sus derechos.

A las 11, hay tres personas pidiendo el ingreso. Andrea Leticia Ponce Franco trae una cajetilla de cigarros para Ana Vladevinova, de nacionalidad rusa; la conoció en un hospital del DF.

María del Rosario Surdez, también conoce a Ana, cuenta que tenía ocho años viviendo aquí, con un político mexicano, pero hace unos meses terminó la relación. Él le quitó sus papeles de identidad.

"Tiene muchos problemas de anemia, ansiedad y depresión. Cuenta que la han pasado de una estación a otra. Necesita medicamento, sé que está muy mal y aquí no le quieren dar atención, no la quieren regresar al hospital. Venimos a verla porque no tiene a nadie, pero no nos dan información de nada", narra. Con Andrea, espera mientras una tercera amiga ingresa. Lleva la cajetilla.

Se acerca Josefina Vásquez Ventura. Después de un breve diálogo con el guardia se cuelga otra vez la bolsa. Tampoco le permitieron ver a César Agusto Lemus, su esposo, originario de Guatemala y a quien trae algo de ropa.

Entre lágrimas, acompañada por su hijo César Augusto, Josefina cuenta que su esposo tiene 25 años en México y 10 con ella. Es el papá de sus hijos.

César Augusto pasó los últimos nueve meses en el Reclusorio; no le pudieron comprobar delitos y el viernes fue absuelto, pero enviado a Migración.

"Hoy en la mañana me habló. Tiene dos años que no paga su FM3 porque se quedó sin trabajo. Yo le dije que venía a verlo, le traigo ropa, cosas de aseo personal. Aquí traigo sus actas de nacimiento de mis hijos y vienen con sus apellidos, pero no nos dejaron verlo".

Josefina anuncia al guardia que se presentará el lunes a primera hora. Que tramitará lo que deba ser. Que no se rendirá.

 
 
 
Llamados de atención
 
En recomendaciones expresas y comunicados, la Comisión Nacional de Derechos Humanos:
 
SEÑALA ANOMALÍAS CONSTANTES
 
· Violación de garantías durante las detenciones
· Excesos y trato cruel del personal del INM en las estaciones
· Carencia de información adecuada para que los extranjeros conozcan sus derechos
 
 
MARCO LEGAL MEXICANO
 
· Las normas vigentes están publicadas en el Diario Oficial de la Federación del día 28 de septiembre de 2012
 
· Se trata del Reglamento de la Ley de Migración
 
· Especialistas critican que el nuevo marco legal aún deja en indefensión a los extranjeros detenidos

Evlyn Cervantes, Reforma, 6 de enero.

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