Desairan misa por Chávez líderes políticos

LA HABANA.- Una larga fila de autos diplomáticos enfilaba en la tarde de ayer el malecón de La Habana hacia el casco histórico de la ciudad, para asistir a una misa en honor del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que fue oficiada a las 17:00 horas en la Catedral por el párroco del templo, Yosvany Carvajal.

En medio de numerosas cámaras y periodistas, la iglesia, que lucía las banderas de Cuba y Venezuela juntas, se fue ocupando de unos 400 fieles de ambos países.

Entre los asistentes se encontraba el Nuncio Apostólico en Cuba, Bruno Musaró, toda la Embajada venezolana en La Habana y representantes del cuerpo diplomático, aunque ninguno europeo. Tampoco se vieron funcionarios de la misión mexicana. Y llamaba especialmente la atención el primer banco vacío ante la ausencia absoluta de políticos isleños.

"Dijeron que vendría el vicepresidente Esteban Lazo, pero no está, y no sabemos por qué no vino ninguna autoridad cubana", explicó a REFORMA una funcionaria local.

Sí fue visto en la iglesia Alex Castro Soto del Valle, uno de los hijos de Fidel Castro.

En el inicio de la ceremonia, el Embajador de Caracas en Cuba, Edgardo Ramírez, de riguroso traje oscuro, leyó desde el púlpito pasajes de la Biblia.

Por su parte, el padre Carvajal rogó a Dios por la pronta recuperación de Chávez, quien sigue hospitalizado como parte de un duro proceso postoperatorio tras la cuarta cirugía oncológica que se le practicó en esta capital hace un mes.

"Hoy rezamos de manera muy especial por el Presidente Hugo Chávez, para que el señor lo bendiga y lo acompañe, y por su pronta recuperación", señaló Carvajal durante la homilía.

Tras la eucaristía, de la que participaron numerosos militares venezolanos, varios asistentes encendieron velas y levantaron fotos de Chávez.

"Nosotros hacemos oraciones al menos una vez al día por su salud y creemos que sí se va a curar. Nos hace mucha falta", dijo Iris Rodríguez, quien asistió a la misa junto con su esposo, Darío Chávez, ambos de Maracaibo, Venezuela.

Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 13 de enero.