El general Raúl Castro cumple hoy su primer año como presidente, tras la reinserción de Cuba en el concierto de naciones latinoamericanas y caribeñas, pero sin lograr que la política seguida al interior de la isla disminuyera la pesada carga que representa el día a día para el cubano promedio, según opiniones generalizadas en la isla.
Después de casi medio siglo, Cuba fue aceptada en diciembre pasado en el Grupo de Río, principal mecanismo de concertación política de la región, y en lo que va de 2009 seis líderes latinoamericanos la visitaron, marcando una tendencia favorable al diálogo entre Washington y La Habana, que Raúl Castro ha dicho aceptar.
“Ha sido un bueno año en política exterior”, dicen funcionarios locales, al destacar, las nuevas alianzas tejidas con Rusia y Brasil, y el reforzamiento de vínculos con China, en lo que parece, dicen algunos, un “esfuerzo por atenuar la dependencia” económica que tiene la isla de Venezuela.
No obstante, al interior del país la cotidianidad “es agobiante”, según cubanos consultados por MILENIO, para quienes la mejoría de sus vidas pasa por el fortalecimiento del peso nacional, que vale 25 veces menos que el peso convertible, una divisa que también circula en el país. Hasta ahora, el general ha hecho cambios en el gabinete; comenzó la repartición de tierras estatales ociosas entre cooperativas y personas naturales; mejoró el sistema transportación colectiva; aumentó pensiones; y llamó a eliminar los límites salariales en el sector estatal.
Pero las complicaciones del día a día prosiguen y son “críticas” en las zonas afectadas por tres ciclones a finales de 2008. Esos huracanes adicionaron nuevas penurias a unos dos millones de cubanos y obligaron al gobierno a pasar a “una segunda prioridad” las reformas prometidas por el presidente, que ha pedido “paciencia” y “realismo”.
Raúl asumió la jefatura provisional del país en 2006 por la convalecencia de Fidel Castro y el 24 de febrero de 2008.
Después de casi medio siglo, Cuba fue aceptada en diciembre pasado en el Grupo de Río, principal mecanismo de concertación política de la región, y en lo que va de 2009 seis líderes latinoamericanos la visitaron, marcando una tendencia favorable al diálogo entre Washington y La Habana, que Raúl Castro ha dicho aceptar.
“Ha sido un bueno año en política exterior”, dicen funcionarios locales, al destacar, las nuevas alianzas tejidas con Rusia y Brasil, y el reforzamiento de vínculos con China, en lo que parece, dicen algunos, un “esfuerzo por atenuar la dependencia” económica que tiene la isla de Venezuela.
No obstante, al interior del país la cotidianidad “es agobiante”, según cubanos consultados por MILENIO, para quienes la mejoría de sus vidas pasa por el fortalecimiento del peso nacional, que vale 25 veces menos que el peso convertible, una divisa que también circula en el país. Hasta ahora, el general ha hecho cambios en el gabinete; comenzó la repartición de tierras estatales ociosas entre cooperativas y personas naturales; mejoró el sistema transportación colectiva; aumentó pensiones; y llamó a eliminar los límites salariales en el sector estatal.
Pero las complicaciones del día a día prosiguen y son “críticas” en las zonas afectadas por tres ciclones a finales de 2008. Esos huracanes adicionaron nuevas penurias a unos dos millones de cubanos y obligaron al gobierno a pasar a “una segunda prioridad” las reformas prometidas por el presidente, que ha pedido “paciencia” y “realismo”.
Raúl asumió la jefatura provisional del país en 2006 por la convalecencia de Fidel Castro y el 24 de febrero de 2008.
Manuel Juan Somoza en La Habana, Milenio, 24 de febrero.
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