Calderón, tibio ante la crisis: Silva-Herzog

Jesús Silva-Herzog, ex secretario de Hacienda, afirmó que las medidas del presidente Felipe Calderón para enfrentar la crisis mundial son “tibias e insuficientes”, y les falta una orientación clara para estimular la inversión.

Con la experiencia de haber vivido dos de las peores crisis económicas del país en la década de los 80 —cuando fue titular de la SHCP durante los sexenios de José López Portillo y Miguel de la Madrid—, Silva-Herzog pronosticó que la economía nacional se contraerá por lo menos 2 por ciento, “y nos vamos a reír de aquella expresión de que iba a ser un mero catarrito”.

Sin embargo, el también ex candidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal admitió que la situación económica del país no es tan crítica como la de 1982, cuando tuvo sólo 182 millones de dólares de reservas. Ahora, comparó, hay más de 80 mil millones a disposición del Banco de México.

Usted vivió en primera fila dos de las peores crisis que hubo en el país, la de 1982 y la de 1986. ¿Cómo medir ahora la actual crisis?

Estoy impactado, atónito. El tamaño de la crisis que estamos viviendo todavía ni siquiera se conoce y estamos viendo cosas que jamás hubiéramos imaginado, como la posible quiebra de Citibank o de Bank of America, dos de los bancos más importantes del mundo, o casi la bancarrota del General Motors. En fin, son cosas que uno ni siquiera había imaginado. Estoy sorprendido por el tamaño de los paquetes de rescate que han lanzado Estados Unidos, Inglaterra, China, Japón. Son cantidades verdaderamente inimaginables y, sin embargo, no están produciendo los efectos que se habían imaginado.

Pareciera que en México se comienzan a sentir los efectos del colapso. ¿Qué impacto tendrá la crisis en el país en el corto y mediano plazos?

Sí estamos en condiciones mucho más sólidas y tenemos finanzas públicas con un manejo responsable. Tenemos reservas internacionales de 84 mil millones de dólares, cuando en 1982 eran de apenas 182 millones. Es decir, nuestras variables fundamentales están bastante en orden. Pero la crisis nos va a pegar y nos vamos a reír de aquella expresión de que iba a ser un mero catarrito.

¿Dónde resentirá más la economía mexicana la crisis?

Nos está pegando, entre otras cosas, de modo muy claro por la volatilidad en la Bolsa de Valores de México, que el año pasado perdió más de 30 por ciento de su valor. Nos está afectando con el precio del petróleo, que hoy en día es menos de una tercera parte de lo que era apenas en julio de 2008. Nos está afectando con la parálisis del crédito en el que hay muchas empresas mexicanas que van a tener muy serias dificultades para renovar sus líneas de crédito o hasta para obtener nuevos préstamos.

Pero todavía no tenemos los dolores que deberíamos…

Pues ya lo vimos hace unos días con el secretario de Hacienda, quien ha venido bajando sus pronósticos de crecimiento de la economía de 3 por ciento en septiembre a 1.8 en octubre. Recientemente dijo que él pensaba que podía crecer la economía a cero. Y el gobernador del Banco de México dijo que ése era un escenario optimista. El Banco de México acaba de señalar, por voz de su gobernador, que estima que la economía mexicana se va a contraer entre 0.8 y 1.8. Yo creo que podemos tener un crecimiento negativo de menos 2 por ciento, si no es que más.

Pareciera que el Banco de México y Hacienda se han enfrascado en una batalla. Y después viene el llamado del Presidente a no ser catastrofistas. ¿Están siendo víctimas de la crisis?

Creo que estamos viendo manifestaciones muy claras de la autonomía del Banco de México. A mí me parece bien que el gobernador del Banco de México diga lo que sus investigaciones le dicen, independientemente de si esto le va a gustar al secretario de Hacienda o no. Claro, sería bueno que los dos dijeran y utilizaran el mismo lenguaje, pero eso realmente no sucede ni aquí ni en ningún país del mundo.

¿Qué diferencia ve con respecto a las crisis de 1982, 1986 y 1995 con la de ahora?

En primer lugar, es una crisis importada, surge en el centro del poder más importante del mundo, Estados Unidos. Pero, sin duda, puede tener una duración y una profundidad muy considerable. No me atrevo a hacer vaticinios, porque el problema grave que tenemos ante esta crisis es que todavía no conocemos su tamaño. Sabemos que los bancos están siendo afectados, que los bancos de inversión de Wall Street prácticamente desaparecieron. Que hay paquetes de rescate bancarios enormes. Que ya están afectando otros sectores de la economía global, como al sector automotriz. Que van a parar por semanas las fábricas de autopartes, el que produce el carburador, el que produce el parabrisas, muchas de las cuales están aquí. Pero todavía no vemos el final de la película.

¿Qué sigue?

Frente a una circunstancia tan particular como esta, más vale armar paquetes con apoyo de reactivación, que incluso deben estar por encima del beneficio bajo el principio de que “más vale que sobre y no que falte”.

¿Cómo ve las medidas tomadas por el presidente Felipe Calderón?

Van en la dirección correcta pero son insuficientes.

¿Falta más dinero?

Faltan más recursos, pero falta sobre todo una orientación clara para estimular la inversión. Las medidas en ese sentido son bastante tibias y lo que necesitamos ahora es reactivar la economía. Por ejemplo, esta reducción en el aumento del precio del diésel francamente cualquier mexicano lo va a interpretar casi como una broma. Me pareció un mensaje equivocado.

¿Se va a poner peor?

Yo no veo una situación de gran dificultad en México. Creo que sí, vamos a pasar momentos difíciles pero nada semejante a lo que pasó en 82, 86 o 94-95.
Víctor Hugo Michel, Milenio, 15 de febrero.

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