Considerado como el principal enemigo de los ideales de Estados Unidos y calificado como un líder regional y unificador de la izquierda en América Latina, Hugo Chávez, quien viviera un frustrado golpe de Estado en abril de 2002 y quien ha acaparado reflectores del mundo por permitir violaciones a los derechos humanos en su país por impedir la libertad de expresión mediante amenazas y cierre de medios de comunicación, cumple este 2 de febrero 10 años como presidente de Venezuela, con la mente puesta en el ambicioso objetivo de perpetuarse como jefe de Estado.
El llamado líder bolivariano confía en que el próximo 15 de febrero será aprobada, en una segunda consulta ciudadana, la iniciativa que le abriría el camino para mantenerse como presidente indefinido del principal país productor de petróleo del cono sur y, por ende, sería candidato indiscutible en las elecciones del 2012, cuando expira su segundo y hasta ahora último mandato, y de ahí en adelante podría colocarse como candidato hasta que el pueblo lo aguante.
Chávez, quien hace una década argumentó en su carácter de presidente de Venezuela que enmendaría errores de la vieja constitución para cerrar la posibilidad de reelección de gobernantes, ahora, en un hecho contradictorio y en respuesta a sus intereses personales, busca hacer reajustes y corregir los cambios hechos en la nueva carta magna para que se le permita seguir en el poder en forma ilimitada.
A una década de estar en el poder, el controvertido mandatario está concentrado no tanto en los festejos de sus primeros 10 años tras una segunda reelección, sino en reforzar las campañas de sus seguidores para que en 14 días se logre su anhelado objetivo de enmendar la constitución que él ayudó a crear en 1999, para cambiar cinco artículos y suprimir los límites a la reelección de cualquier cargo surgido de las urnas.
La actual constitución prevé una sola reelección inmediata, con mandatos de seis años, por lo que al periodo de Chávez le quedan cuatro, tras su reelección en 2006.
Chávez dijo que la enmienda propone reformar el artículo 230 de la Constitución, que establece que “el periodo presidencial es de seis años, el presidente podrá ser reelegido de inmediato y por una sola vez para un nuevo periodo”.
Agregó que con la propuesta de enmienda “sencillita” el artículo quedaría así: “El periodo presidencial es de seis años, el presidente podrá ser reelegido”.
EN EL OLVIDO. Aquel 2 de febrero de 1999, Chávez buscó echarse a la bolsa a los millones de venezolanos que presenciaron en cadena nacional de televisión y radio su juramentación, y para ello signó una promesa que seguirá vigente en la historia de Venezuela, aunque al propio gobernante ya se le haya olvidado.
En su mensaje dijo: “Juro ante Dios, ante la patria y ante el pueblo que, sobre esta moribunda Constitución, impulsaré las reformas necesarias para elaborar una carta magna adecuada a los nuevos tiempos”.
POLÉMICA. El llamado líder bolivariano, desde que sufrió aquel frustrado golpe de Estado el 11 de abril de 2002, ha transformado su modo de actuar tanto con grupos políticos de oposición como con grupos militares inconformes con su ideología y, sobre todo, mantiene una guerra abierta contra los medios de comunicación que lo señalan como dictador y represor de las clases sociales.
El general Raúl Isaías Baduel, ex compañero de armas de Chávez, aseguró a la prensa venezolana y extranjera que el presidente se aferra a una caprichosa “ambición personalísima” de ser mandatario vitalicio y “relega la voluntad mayoritaria del pueblo, que ya dijo no” a su reelección a finales del 2008.
Asimismo, la oposición critica la concentración de poderes en manos de Hugo Chávez y la transformación de instituciones públicas en títeres del gobierno.
EXTERIOR. En cuanto a su política con otros países, Chávez mantiene una lucha abierta contra Estados Unidos, al que califica como “el imperio” y principal ente que practica el terrorismo de Estado, y para contrarrestar los ideales de Washington ha formado alianzas con países afines que mantienen apatía con los gobernantes de la Casa Blanca como son Rusia, Bielorrusia, Irán y China.
Asimismo, en su calidad de líder socialista en América Latina, ha formado núcleos con presidentes de naciones que han cambiado por la izquierda, entre los que se encuentran Nicaragua, Bolivia y Ecuador, con los que busca ampliar y reforzar su esquema bolivariano.
CAMBIOS. Chávez, no conforme con querer mantenerse en el poder por muchos años, también ha cumplido algunos caprichos personales a lo largo de 10 años de gobierno, como son las modificaciones a la carta magna, le cambió el nombre al país y hasta transformó su bandera.
En el plano económico se han adoptado medidas rigurosas que han fortalecido al gobierno a costa de empresas trasnacionales, a las que Chávez ha dado el tiro de gracia para desmembrarlas y hacerlas parte del gobierno.
Asimismo, los medios de comunicación que no comulgan con sus ideales se han visto afectados, a grado tal que les cierra las puertas para renovar sus licencias o simple y sencillamente las llama aliadas del imperio y las amenaza con bloqueos a su circulación y difusión.
En cuanto a la estructura económica, la inflación venezolana, uno de los principales factores de empobrecimiento, fue la más alta del continente.
Las importaciones han reportado que Venezuela sigue dependiendo del exterior, con el 80 por ciento de alimentos que se venden en el país.
En cuanto a los derechos humanos, según el último informe de Human Rights Watch, destaca la constante violación de los mismos, a lo que se suma que el sistema carcelario venezolano es uno de los más violentos y corruptos del mundo. En este último rubro, Venezuela es el segundo país más corrupto de América Latina, sólo superado por Haití, según la organización no gubernamental Transparencia Internacional.
Con información de los periódicos El Nacional de Venezuela, La Vanguarda de España y las cadena BBC y CNN
El llamado líder bolivariano confía en que el próximo 15 de febrero será aprobada, en una segunda consulta ciudadana, la iniciativa que le abriría el camino para mantenerse como presidente indefinido del principal país productor de petróleo del cono sur y, por ende, sería candidato indiscutible en las elecciones del 2012, cuando expira su segundo y hasta ahora último mandato, y de ahí en adelante podría colocarse como candidato hasta que el pueblo lo aguante.
Chávez, quien hace una década argumentó en su carácter de presidente de Venezuela que enmendaría errores de la vieja constitución para cerrar la posibilidad de reelección de gobernantes, ahora, en un hecho contradictorio y en respuesta a sus intereses personales, busca hacer reajustes y corregir los cambios hechos en la nueva carta magna para que se le permita seguir en el poder en forma ilimitada.
A una década de estar en el poder, el controvertido mandatario está concentrado no tanto en los festejos de sus primeros 10 años tras una segunda reelección, sino en reforzar las campañas de sus seguidores para que en 14 días se logre su anhelado objetivo de enmendar la constitución que él ayudó a crear en 1999, para cambiar cinco artículos y suprimir los límites a la reelección de cualquier cargo surgido de las urnas.
La actual constitución prevé una sola reelección inmediata, con mandatos de seis años, por lo que al periodo de Chávez le quedan cuatro, tras su reelección en 2006.
Chávez dijo que la enmienda propone reformar el artículo 230 de la Constitución, que establece que “el periodo presidencial es de seis años, el presidente podrá ser reelegido de inmediato y por una sola vez para un nuevo periodo”.
Agregó que con la propuesta de enmienda “sencillita” el artículo quedaría así: “El periodo presidencial es de seis años, el presidente podrá ser reelegido”.
EN EL OLVIDO. Aquel 2 de febrero de 1999, Chávez buscó echarse a la bolsa a los millones de venezolanos que presenciaron en cadena nacional de televisión y radio su juramentación, y para ello signó una promesa que seguirá vigente en la historia de Venezuela, aunque al propio gobernante ya se le haya olvidado.
En su mensaje dijo: “Juro ante Dios, ante la patria y ante el pueblo que, sobre esta moribunda Constitución, impulsaré las reformas necesarias para elaborar una carta magna adecuada a los nuevos tiempos”.
POLÉMICA. El llamado líder bolivariano, desde que sufrió aquel frustrado golpe de Estado el 11 de abril de 2002, ha transformado su modo de actuar tanto con grupos políticos de oposición como con grupos militares inconformes con su ideología y, sobre todo, mantiene una guerra abierta contra los medios de comunicación que lo señalan como dictador y represor de las clases sociales.
El general Raúl Isaías Baduel, ex compañero de armas de Chávez, aseguró a la prensa venezolana y extranjera que el presidente se aferra a una caprichosa “ambición personalísima” de ser mandatario vitalicio y “relega la voluntad mayoritaria del pueblo, que ya dijo no” a su reelección a finales del 2008.
Asimismo, la oposición critica la concentración de poderes en manos de Hugo Chávez y la transformación de instituciones públicas en títeres del gobierno.
EXTERIOR. En cuanto a su política con otros países, Chávez mantiene una lucha abierta contra Estados Unidos, al que califica como “el imperio” y principal ente que practica el terrorismo de Estado, y para contrarrestar los ideales de Washington ha formado alianzas con países afines que mantienen apatía con los gobernantes de la Casa Blanca como son Rusia, Bielorrusia, Irán y China.
Asimismo, en su calidad de líder socialista en América Latina, ha formado núcleos con presidentes de naciones que han cambiado por la izquierda, entre los que se encuentran Nicaragua, Bolivia y Ecuador, con los que busca ampliar y reforzar su esquema bolivariano.
CAMBIOS. Chávez, no conforme con querer mantenerse en el poder por muchos años, también ha cumplido algunos caprichos personales a lo largo de 10 años de gobierno, como son las modificaciones a la carta magna, le cambió el nombre al país y hasta transformó su bandera.
En el plano económico se han adoptado medidas rigurosas que han fortalecido al gobierno a costa de empresas trasnacionales, a las que Chávez ha dado el tiro de gracia para desmembrarlas y hacerlas parte del gobierno.
Asimismo, los medios de comunicación que no comulgan con sus ideales se han visto afectados, a grado tal que les cierra las puertas para renovar sus licencias o simple y sencillamente las llama aliadas del imperio y las amenaza con bloqueos a su circulación y difusión.
En cuanto a la estructura económica, la inflación venezolana, uno de los principales factores de empobrecimiento, fue la más alta del continente.
Las importaciones han reportado que Venezuela sigue dependiendo del exterior, con el 80 por ciento de alimentos que se venden en el país.
En cuanto a los derechos humanos, según el último informe de Human Rights Watch, destaca la constante violación de los mismos, a lo que se suma que el sistema carcelario venezolano es uno de los más violentos y corruptos del mundo. En este último rubro, Venezuela es el segundo país más corrupto de América Latina, sólo superado por Haití, según la organización no gubernamental Transparencia Internacional.
Con información de los periódicos El Nacional de Venezuela, La Vanguarda de España y las cadena BBC y CNN
Mario Camarillo Cortés, Crónica, 1º de febrero.
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