Una semana después del asesinato de ocho indígenas awá en los departamentos de Nariño y Putumayo, en la frontera con Ecuador, la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) admitió ayer en un comunicado haber ejecutado a estos campesinos porque “se pusieron al servicio del ejército”.
El reporte de la guerrilla, firmado en una columna a nombre de “Antonio José de Sucre”, y difundido ayer por la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), que suele divulgar comunicados, entrevistas y proclamas de esa organización armada, señala que su proceder respondió “ante la presión del operativo (militar), su responsabilidad (de los indígenas) en la muerte de numerosos guerrilleros y su innegable participación activa en el conflicto, (por lo que) fueron ejecutados”, señala el comunicado.
La matanza fue denunciada la semana pasada por la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y la Unidad Indígena del Pueblo Awa (Unipa), etnia que habita en los departamentos de Nariño y Putumayo, fronterizos con Ecuador.
Una comisión humanitaria que viajó a la zona del crimen colectivo, sin embargo, no halló los cuerpos, mientras algunas autoridades indígenas han denunciado que al menos nueve aborígenes se encuentran desaparecidos en la misma región.
En el comunicado las FARC indican que esa operación no estuvo dirigida “contra indígenas”, sino que fue una acción “contra personas que, independiente de su raza, religión, etnia, condición social, etcétera, aceptaron dinero y se pusieron al servicio del ejército en un área que es objeto de un operativo militar”.
CUERPOS. Asimismo, tropas del ejército que encontraron la noche del lunes el cadáver de uno de los campesinos ejecutados ubicaron más cadáveres enterrados en la zona rural de Barbacoas, en el departamento de Nariño.
Militares informaron que uno de los cuerpos está parcialmente visible, pero no se han podido iniciar las labores de recuperación porque hay minas sembradas alrededor del lugar.
Sobre la actitud de las FARC, el presidente Álvaro Uribe, desde Brasil, a donde acudió a una visita oficial, agradeció la “discreción” del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva en su ayuda para liberar a seis rehenes de las FARC, a la vez que condenó el “cinismo” de esa guerrilla, que acaba de reconocer el asesinato de ocho indígenas.
En tanto, desde Bogotá, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, dijo que las personas que entreguen o ayuden a las autoridades a encontrar dinero, cuentas o propiedades de las FARC recibirán como recompensa hasta un 15 por ciento del valor de lo decomisado, o “en casos excepcionales pueden negociar un porcentaje mayor” de recompensa.
El reporte de la guerrilla, firmado en una columna a nombre de “Antonio José de Sucre”, y difundido ayer por la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), que suele divulgar comunicados, entrevistas y proclamas de esa organización armada, señala que su proceder respondió “ante la presión del operativo (militar), su responsabilidad (de los indígenas) en la muerte de numerosos guerrilleros y su innegable participación activa en el conflicto, (por lo que) fueron ejecutados”, señala el comunicado.
La matanza fue denunciada la semana pasada por la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y la Unidad Indígena del Pueblo Awa (Unipa), etnia que habita en los departamentos de Nariño y Putumayo, fronterizos con Ecuador.
Una comisión humanitaria que viajó a la zona del crimen colectivo, sin embargo, no halló los cuerpos, mientras algunas autoridades indígenas han denunciado que al menos nueve aborígenes se encuentran desaparecidos en la misma región.
En el comunicado las FARC indican que esa operación no estuvo dirigida “contra indígenas”, sino que fue una acción “contra personas que, independiente de su raza, religión, etnia, condición social, etcétera, aceptaron dinero y se pusieron al servicio del ejército en un área que es objeto de un operativo militar”.
CUERPOS. Asimismo, tropas del ejército que encontraron la noche del lunes el cadáver de uno de los campesinos ejecutados ubicaron más cadáveres enterrados en la zona rural de Barbacoas, en el departamento de Nariño.
Militares informaron que uno de los cuerpos está parcialmente visible, pero no se han podido iniciar las labores de recuperación porque hay minas sembradas alrededor del lugar.
Sobre la actitud de las FARC, el presidente Álvaro Uribe, desde Brasil, a donde acudió a una visita oficial, agradeció la “discreción” del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva en su ayuda para liberar a seis rehenes de las FARC, a la vez que condenó el “cinismo” de esa guerrilla, que acaba de reconocer el asesinato de ocho indígenas.
En tanto, desde Bogotá, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, dijo que las personas que entreguen o ayuden a las autoridades a encontrar dinero, cuentas o propiedades de las FARC recibirán como recompensa hasta un 15 por ciento del valor de lo decomisado, o “en casos excepcionales pueden negociar un porcentaje mayor” de recompensa.
Agencias en Bogotá, Crónica, 18 de febrero.
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