TULA, Hgo. Al asegurar que no quiere que el país se detenga, se frene o se “achique”, el presidente Felipe Calderón instruyó a servidores públicos, desde su gabinete hasta al “más modesto” funcionario, a ponerse en los zapatos de la gente, trabajar al límite de sus posibilidades y colocarse en el lugar de los mexicanos que esperan una opción de trabajo en sus comunidades.
Al presentar el Programa de Empleo Temporal Emergente, presumió sus medidas, pues dijo que éstas son las que un gobierno “responsable y sensible” debe tomar ante la crisis.
El Ejecutivo explicó también que su administración está llegando a acuerdos con las empresas y los sindicatos para que puedan detener la producción, no estén acumulando inventarios de coches y el trabajador acepte ganar menos durante determinado tiempo, pero no pierda su trabajo.
“Lo que queremos es precisamente eso, el no detenernos, el no frenarnos, el no ‘achicarnos’ ante una situación como la que estamos viviendo”, dijo.
Pide unidad
La administración, expuso, lejos de quedarse cruzada de brazos ante las circunstancias, hace uso de todos los instrumentos de política económica a su alcance para superarla “lo más pronto posible”.
Demandó respuestas concretas para aminorar el impacto de la crisis en las familias del país, las cuales, dijo, deben estar orientadas a promover inversiones públicas y privadas, defender las fuentes de empleo y crear otras que sustituyan las que se pierdan con la coyuntura.
En Pachuca, reclamó que la clave no es ver de qué tamaño o qué tan grave es la crisis, sino preguntarse qué se puede hacer. “Más que preocuparnos por la profundidad, ocupémonos por hacer cosas”, pidió.
“Efectivamente hay tiempos difíciles, pero es precisamente en momentos de dificultad donde se prueba, donde se cala el carácter y el espíritu de los pueblos”, aseguró optimista.
Al presentar el Programa de Empleo Temporal Emergente, presumió sus medidas, pues dijo que éstas son las que un gobierno “responsable y sensible” debe tomar ante la crisis.
El Ejecutivo explicó también que su administración está llegando a acuerdos con las empresas y los sindicatos para que puedan detener la producción, no estén acumulando inventarios de coches y el trabajador acepte ganar menos durante determinado tiempo, pero no pierda su trabajo.
“Lo que queremos es precisamente eso, el no detenernos, el no frenarnos, el no ‘achicarnos’ ante una situación como la que estamos viviendo”, dijo.
Pide unidad
La administración, expuso, lejos de quedarse cruzada de brazos ante las circunstancias, hace uso de todos los instrumentos de política económica a su alcance para superarla “lo más pronto posible”.
Demandó respuestas concretas para aminorar el impacto de la crisis en las familias del país, las cuales, dijo, deben estar orientadas a promover inversiones públicas y privadas, defender las fuentes de empleo y crear otras que sustituyan las que se pierdan con la coyuntura.
En Pachuca, reclamó que la clave no es ver de qué tamaño o qué tan grave es la crisis, sino preguntarse qué se puede hacer. “Más que preocuparnos por la profundidad, ocupémonos por hacer cosas”, pidió.
“Efectivamente hay tiempos difíciles, pero es precisamente en momentos de dificultad donde se prueba, donde se cala el carácter y el espíritu de los pueblos”, aseguró optimista.
Laura Vega enviada, El Economista, 24 de febrero.
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