CARACAS.— “De máxima necesitábamos una victoria de 65% o más. Obtuvimos un buen triunfo, aunque aún persistirá la incertidumbre”. Con la felicidad de la tarea cumplida dibujada en el rostro, el general Alberto Müller Rojas, el estratega y el hombre al que más escucha Hugo Chávez, se deja ver como un hombre realista y de una sinceridad sólo alterada cuando niega la galopante inflación en la que está inmersa la economía venezolana.
A los 73 años, y en su condición de vicepresidente del Partido Socialista Unido da Venezuela (PSUV), fuma sin parar rodeado de las imágenes vigilantes de su amigo Hugo Chávez y de su guía, Simón Bolívar. No deja de revisar estudios sociológicos y encuestas sobre el comportamiento del electorado en la sede partidaria del barrio caraqueño de El Rosal, donde transcurre la entrevista con El Universal y donde Müller Rojas no duda en cuestionar al gobierno de su ex alumno en la escuela militar de Comunicaciones por “la burocratización excesiva donde algunos usan el poder en su propio beneficio”.
Con respecto a la derrota de 2007, cuando él había tomado distancia de chavismo “por una discusión con Hugo”, ahora “ganamos porque mejoramos la comunicación, el mensaje y el envase del mismo”.
“Fue una victoria importante. Lejos del mejor escenario. Es lo que en sociología se llama metaestabilidad. Estabilidad pero con algunas incertidumbre. La que recién se despejaráen las legislativas del 2010.
Müller reconoce que la oposición “obtuvo un gran número de votos. Cinco millones entre la clase media y la clase media alta. El referéndum mantuvo intacto el status quo”.
Cuando se le recuerda que en 1998, Chávez llegó al poder, en gran parte, gracias al voto de la clase media, de la que luego se divorció, el mandamás del PSUV, asegura que “la clase media vota de manera irracional, fruto de su alienación. Es un voto motivado por el odio, por la resistencia a asumir la realidad de que hay un presidente ´Sambo´ (mezcla de negro con indígena). Así y todo no hay sector más beneficiado que la clase media, con intereses bajos a la hora de comprar automóviles y casas”.
“Pero el objetivo de la revolución es que todos los venezolanos sean de clase media”, precisa.
Müller desglosa al chavismo en el partidario (un 33 por ciento), los que junto a “los de profunda convicción revolucionaria llegan a cinc millones”, después hay cerca de 2,2 millones que conforman un chavismo Light, los que sólo votan al gobierno cuando sienten que sus intereses, personales o grupales, fueron satisfechos.
Compara a Chávez, con (Charles) De Gaulle y con (Konrad) Adenauer, los que como “(Juan) Perón no dejaban mucho espacio a otros liderazgos” y critica a la oposición porque “no entendió que hay un cambio de época, con la llegada de (Barack) Obama en la presidencia”.
-¿Es verdad qué existen contactos informales con la administración demócrata para mejorar las relaciones?
-Si, desde hace un tiempo nuestro ex embajador Bernardo Alvarez trabajó en ese aspecto y hay voluntad de avanzar. Por ahí tengo un trabajo de las veces que se reunió con personas cercanas a Obama.
En cuanto a la relación con México, Müller admitió que le gobierno “está trabajando para que cada vez sean mejores. En ese sentido, el gobierno cubano ha colaborado mucho”.
Antes de concluir la entrevista, el ex militar confiesa que le recomendó a Chávez para esta “nueva etapa combatir con todo la ineficacia de la burocracia y la corrupción”, aunque en este item, él difiere de los críticos. “cuando alguien se queda con fondos públicos eso no es corrupción eso es robo. Corrupción fue la de la era Bush con (DIck) Cheney involucrado, esa fue la más grande del mundo”.
Respetado en el ambito castrense, inteligente y polémico, Müller, niega que “en Venezuela la inflación afecte al sector popular” y que la inseguridad sea un problema grave. “No llegamos a los índices de violencia de México y Colombia”, asegura, mientras que en cuanto al aumento del costo de vida, asegura que el culpable “es la clase media que consume productos importados, los que generan inflación, como quesos importados, con muchas grasas, lo que genera muchos problemas de obesidad en Venezuela.
A los 73 años, y en su condición de vicepresidente del Partido Socialista Unido da Venezuela (PSUV), fuma sin parar rodeado de las imágenes vigilantes de su amigo Hugo Chávez y de su guía, Simón Bolívar. No deja de revisar estudios sociológicos y encuestas sobre el comportamiento del electorado en la sede partidaria del barrio caraqueño de El Rosal, donde transcurre la entrevista con El Universal y donde Müller Rojas no duda en cuestionar al gobierno de su ex alumno en la escuela militar de Comunicaciones por “la burocratización excesiva donde algunos usan el poder en su propio beneficio”.
Con respecto a la derrota de 2007, cuando él había tomado distancia de chavismo “por una discusión con Hugo”, ahora “ganamos porque mejoramos la comunicación, el mensaje y el envase del mismo”.
“Fue una victoria importante. Lejos del mejor escenario. Es lo que en sociología se llama metaestabilidad. Estabilidad pero con algunas incertidumbre. La que recién se despejaráen las legislativas del 2010.
Müller reconoce que la oposición “obtuvo un gran número de votos. Cinco millones entre la clase media y la clase media alta. El referéndum mantuvo intacto el status quo”.
Cuando se le recuerda que en 1998, Chávez llegó al poder, en gran parte, gracias al voto de la clase media, de la que luego se divorció, el mandamás del PSUV, asegura que “la clase media vota de manera irracional, fruto de su alienación. Es un voto motivado por el odio, por la resistencia a asumir la realidad de que hay un presidente ´Sambo´ (mezcla de negro con indígena). Así y todo no hay sector más beneficiado que la clase media, con intereses bajos a la hora de comprar automóviles y casas”.
“Pero el objetivo de la revolución es que todos los venezolanos sean de clase media”, precisa.
Müller desglosa al chavismo en el partidario (un 33 por ciento), los que junto a “los de profunda convicción revolucionaria llegan a cinc millones”, después hay cerca de 2,2 millones que conforman un chavismo Light, los que sólo votan al gobierno cuando sienten que sus intereses, personales o grupales, fueron satisfechos.
Compara a Chávez, con (Charles) De Gaulle y con (Konrad) Adenauer, los que como “(Juan) Perón no dejaban mucho espacio a otros liderazgos” y critica a la oposición porque “no entendió que hay un cambio de época, con la llegada de (Barack) Obama en la presidencia”.
-¿Es verdad qué existen contactos informales con la administración demócrata para mejorar las relaciones?
-Si, desde hace un tiempo nuestro ex embajador Bernardo Alvarez trabajó en ese aspecto y hay voluntad de avanzar. Por ahí tengo un trabajo de las veces que se reunió con personas cercanas a Obama.
En cuanto a la relación con México, Müller admitió que le gobierno “está trabajando para que cada vez sean mejores. En ese sentido, el gobierno cubano ha colaborado mucho”.
Antes de concluir la entrevista, el ex militar confiesa que le recomendó a Chávez para esta “nueva etapa combatir con todo la ineficacia de la burocracia y la corrupción”, aunque en este item, él difiere de los críticos. “cuando alguien se queda con fondos públicos eso no es corrupción eso es robo. Corrupción fue la de la era Bush con (DIck) Cheney involucrado, esa fue la más grande del mundo”.
Respetado en el ambito castrense, inteligente y polémico, Müller, niega que “en Venezuela la inflación afecte al sector popular” y que la inseguridad sea un problema grave. “No llegamos a los índices de violencia de México y Colombia”, asegura, mientras que en cuanto al aumento del costo de vida, asegura que el culpable “es la clase media que consume productos importados, los que generan inflación, como quesos importados, con muchas grasas, lo que genera muchos problemas de obesidad en Venezuela.
José Vales enviado, EL Universal, 18 de febrero.
0 Responses to "Muller, el hombre de Chávez"
Publicar un comentario