El secretario de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván Galván, reconoció que el crimen organizado “representa un serio antagonismo para la patria, y enfrentarlo demanda una sólida unidad nacional”.
Pese a todo, agregó, el Estado mexicano tiene la fuerza para enfrentar esta amenaza y las Fuerzas Armadas tienen la moral inquebrantable ante los embates de la delincuencia. “Nadie nos intimida, ni nada nos detendrá”, aseguró Galván.
El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) pronunció el discurso durante el 96 aniversario de la Marcha de la Lealtad, en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, ante el presidente Felipe Calderón y todo su gabinete.
En medio de fuertes medidas de seguridad, que incluyeron la presencia de Fuerzas Especiales del Primer Cuerpo del Ejército (ICE), el Presidente atestiguó el refrendo de lealtad y compromiso de las fuerzas armadas.
En su discurso, Galván inició señalando que “en tiempos en que lo vertiginoso y delicado de los acontecimientos impregna la agenda cotidiana, es conveniente reflexionar sobre aquellos hechos del pasado que son determinantes en el presente”.
Recordó que a lo largo de su existencia México ha tenido que bregar con amenazas interiores y exteriores obsesionados en herirlo y truncar su provenir.
Advirtió que la denuncia ciudadana es el instrumento “auténtico y legal que eleva considerablemente los resultados positivos en esta lucha” contra el crimen organizado. Es cuestión de valores, añadió.
Señaló entonces que si la ciudadanía se queda callada y no denuncia “retrocedemos por apatía, comodidad efímera o una falsa y equivocada tranquilidad”.
Sucede, “más temprano que tarde nuestro arrepentimientos será irreversible”, añadió. Durante la conmemoración de la Marcha de la Lealtad se entregaron nueve condecoraciones al mérito en lucha contra narcotráfico a tropa, oficiales y un mando por su labor destacada en al lucha contra las drogas.
Los condecorados fueron, en Primera Clase: el teniente de Caballería Rubén González Bonales, subteniente, José Antonio Sánchez; teniente segundo de Caballería, José Ángel Sánchez. Segunda Clase: subteniente de Infantería, Rubén García Dávila; sargento segundo de Infantería, Víctor Manuel Solórzano; cabo de Infantería, Fidel Hernández; soldado de Infantería, Rubén Vázquez Solano; soldado de Infantería, Cayetano Ortiz, y en Tercera Clase, coronel de infantería, Moctezuma Zepeda.
Este último fue director del Agrupamiento Jaguar, que en 1997 tuvo responsabilidad en la desaparición y asesinato de seis jóvenes de la colonia Buenos Aires.
Hace 12 años el ahora coronel Zepeda era uno de los mandos que acompañaron al general Mauro Enrique Tello Quiñónez —asesinado la semana pasada en una carretera de Quintana Roo junto con sus dos acompañantes— en la Dirección Operativa del Agrupamiento perteneciente a la Secretaría de Seguridad Pública capitalina.
En noviembre de 1997 el general Tello Quiñones encabezó un operativo para abatir la delincuencia en la colonia Buenos Aires en donde fueron detenidas decenas de personas y cateados negocios y domicilios en busca de autopartes robadas, mercancía ilegal, armas y drogas.
Por esos hechos, el general Tello Quiñónez y el ahora Coronel Moctezuma fueron sometidos a proceso penal y tras un año de detención fueron absueltos de cualquier responsabilidad.
Pese a todo, agregó, el Estado mexicano tiene la fuerza para enfrentar esta amenaza y las Fuerzas Armadas tienen la moral inquebrantable ante los embates de la delincuencia. “Nadie nos intimida, ni nada nos detendrá”, aseguró Galván.
El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) pronunció el discurso durante el 96 aniversario de la Marcha de la Lealtad, en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, ante el presidente Felipe Calderón y todo su gabinete.
En medio de fuertes medidas de seguridad, que incluyeron la presencia de Fuerzas Especiales del Primer Cuerpo del Ejército (ICE), el Presidente atestiguó el refrendo de lealtad y compromiso de las fuerzas armadas.
En su discurso, Galván inició señalando que “en tiempos en que lo vertiginoso y delicado de los acontecimientos impregna la agenda cotidiana, es conveniente reflexionar sobre aquellos hechos del pasado que son determinantes en el presente”.
Recordó que a lo largo de su existencia México ha tenido que bregar con amenazas interiores y exteriores obsesionados en herirlo y truncar su provenir.
Advirtió que la denuncia ciudadana es el instrumento “auténtico y legal que eleva considerablemente los resultados positivos en esta lucha” contra el crimen organizado. Es cuestión de valores, añadió.
Señaló entonces que si la ciudadanía se queda callada y no denuncia “retrocedemos por apatía, comodidad efímera o una falsa y equivocada tranquilidad”.
Sucede, “más temprano que tarde nuestro arrepentimientos será irreversible”, añadió. Durante la conmemoración de la Marcha de la Lealtad se entregaron nueve condecoraciones al mérito en lucha contra narcotráfico a tropa, oficiales y un mando por su labor destacada en al lucha contra las drogas.
Los condecorados fueron, en Primera Clase: el teniente de Caballería Rubén González Bonales, subteniente, José Antonio Sánchez; teniente segundo de Caballería, José Ángel Sánchez. Segunda Clase: subteniente de Infantería, Rubén García Dávila; sargento segundo de Infantería, Víctor Manuel Solórzano; cabo de Infantería, Fidel Hernández; soldado de Infantería, Rubén Vázquez Solano; soldado de Infantería, Cayetano Ortiz, y en Tercera Clase, coronel de infantería, Moctezuma Zepeda.
Este último fue director del Agrupamiento Jaguar, que en 1997 tuvo responsabilidad en la desaparición y asesinato de seis jóvenes de la colonia Buenos Aires.
Hace 12 años el ahora coronel Zepeda era uno de los mandos que acompañaron al general Mauro Enrique Tello Quiñónez —asesinado la semana pasada en una carretera de Quintana Roo junto con sus dos acompañantes— en la Dirección Operativa del Agrupamiento perteneciente a la Secretaría de Seguridad Pública capitalina.
En noviembre de 1997 el general Tello Quiñones encabezó un operativo para abatir la delincuencia en la colonia Buenos Aires en donde fueron detenidas decenas de personas y cateados negocios y domicilios en busca de autopartes robadas, mercancía ilegal, armas y drogas.
Por esos hechos, el general Tello Quiñónez y el ahora Coronel Moctezuma fueron sometidos a proceso penal y tras un año de detención fueron absueltos de cualquier responsabilidad.
Jorge Alejandro Medellín, El Universal, 10 de febrero.
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