De las 100 casas que visita Alfredo como capacitador electoral en Ciudad Juárez, Chihuahua, sólo en 20 el ciudadano insaculado acepta participar en la jornada electoral del 5 de julio como funcionarios de casilla.
El resto ni siquiera le abre la puerta o simplemente ya abandonó su domicilio.
"Sí hemos tenido más participación de la que esperábamos, pero la inseguridad tiene a la gente muy nerviosa, principalmente a las mujeres. Hay temor de salir después de las seis de la tarde, por ejemplo.
"La gente está desanimada para participar en el proceso por el asunto de la delincuencia, del desempleo. Lamentablemente mucha gente siente que participar con el IFE es participar con el Gobierno, entonces negarse es una manera de recriminar al gobierno la falta de seguridad y de empleos", relata en entrevista.
Alfredo y su equipo de capacitadores recorren todos los días en una de las zonas más conflictivas por la inseguridad en Juárez, por las pandillas y la venta de narcomenudeo.
La gente no confía pese a que los capacitadores visten un uniforme especial que los identifica como parte del IFE.
"Eso para los ciudadanos ya no es una garantía, porque los maleantes traen uniformes de policías, sí se nos está complicando mucho, la gente ni quisiera quiere abrir la ventana. Por lo mismo de la inseguridad les da miedo de que pudiera suceder algo en medio de la concentración.
"Confiamos en que la gente se acostumbre a vernos en la comunidad y convencerlas de la importancia de participar, queremos que tengan la garantía de que podrán sentirse seguros ese día", señala.
Junto con otros tres de sus compañeros, Alfredo, oriundo de ese municipio, fue víctima de un robo en un microbús cuando regresaban de realizar su trabajo, mientras que dos capacitadoras por poco terminan en los llamados "picaderos", sitios donde los adictos se inyectan drogas.
Ahora, si observan a grupos de jóvenes u hombres en las esquinas buscan otra entrada a la calle, acuden a las casas en equipo, deben terminar sus recorridos antes de las 18:00 horas, llevar sólo el dinero necesario y no portar artículos valiosos.
Incluso, en algunos puntos solicitan el respaldo de elementos de seguridad pública, sobre todo cuando deben regresar a los domicilios por las noches para tener contacto con los insaculados.
El resto ni siquiera le abre la puerta o simplemente ya abandonó su domicilio.
"Sí hemos tenido más participación de la que esperábamos, pero la inseguridad tiene a la gente muy nerviosa, principalmente a las mujeres. Hay temor de salir después de las seis de la tarde, por ejemplo.
"La gente está desanimada para participar en el proceso por el asunto de la delincuencia, del desempleo. Lamentablemente mucha gente siente que participar con el IFE es participar con el Gobierno, entonces negarse es una manera de recriminar al gobierno la falta de seguridad y de empleos", relata en entrevista.
Alfredo y su equipo de capacitadores recorren todos los días en una de las zonas más conflictivas por la inseguridad en Juárez, por las pandillas y la venta de narcomenudeo.
La gente no confía pese a que los capacitadores visten un uniforme especial que los identifica como parte del IFE.
"Eso para los ciudadanos ya no es una garantía, porque los maleantes traen uniformes de policías, sí se nos está complicando mucho, la gente ni quisiera quiere abrir la ventana. Por lo mismo de la inseguridad les da miedo de que pudiera suceder algo en medio de la concentración.
"Confiamos en que la gente se acostumbre a vernos en la comunidad y convencerlas de la importancia de participar, queremos que tengan la garantía de que podrán sentirse seguros ese día", señala.
Junto con otros tres de sus compañeros, Alfredo, oriundo de ese municipio, fue víctima de un robo en un microbús cuando regresaban de realizar su trabajo, mientras que dos capacitadoras por poco terminan en los llamados "picaderos", sitios donde los adictos se inyectan drogas.
Ahora, si observan a grupos de jóvenes u hombres en las esquinas buscan otra entrada a la calle, acuden a las casas en equipo, deben terminar sus recorridos antes de las 18:00 horas, llevar sólo el dinero necesario y no portar artículos valiosos.
Incluso, en algunos puntos solicitan el respaldo de elementos de seguridad pública, sobre todo cuando deben regresar a los domicilios por las noches para tener contacto con los insaculados.
Èrika Hernández, Reforma, 29 de marzo.
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