El presidente Felipe Calderón salió ayer al paso de las recientes críticas y comentarios de funcionarios y legisladores de Estados Unidos en relación con la seguridad en México, al exigir a ese país “un apoyo solidario y explícito” que se refleje en recursos, cooperación, información que genere inteligencia y una firme determinación para detener el flujo de dinero y de armas provenientes de esa nación.
Consideró que ante el esfuerzo que realiza el gobierno mexicano en la lucha por construir una región más segura, esas críticas son “una irresponsabilidad con los ciudadanos de ambas naciones y son, también, un favor gratuito que se le hace al crimen”.
Ante los principales empresarios estadunidenses en nuestro país, agrupados en la American Chamber of Commerce, Calderón demandó que la actitud de colaboración mostrada por el presidente Barack Obama “se transmita también a los integrantes de su equipo y se traduzca, específicamente, en acciones concretas”.
En cuanto al tráfico de drogas en Estados Unidos, el Presidente dijo: “Bien lo sabemos todos, no se explica sin la corrupción de las autoridades en esos niveles que permiten ese tráfico”.
La situación actual “no es un tema que concierna exclusivamente a México, y probablemente ni siquiera haya tenido su origen en nuestro país. Esa es la verdad”. Porque el hecho “indiscutible” de que Estados Unidos sea el principal mercado de drogas del mundo, de que millones sus habitantes “se dediquen a consumir o traficar drogas, de que también sea el principal mercado de armas para las organizaciones criminales que operan a ambos lados de la frontera, nos obliga a los dos países a reforzar los mecanismos de cooperación”, subrayó el Ejecutivo.
Calderón añadió que “el crimen organizado representa un desafío, tanto para México como para Estados Unidos. Nuestras naciones podrán enfrentar este reto sólo a través de la cooperación y el entendimiento”.
Con su discurso, el Ejecutivo federal prácticamente respondió a la decisión del Congreso de ese país de recortar de 450 millones de dólares a 300 millones el apoyo correspondiente a la Iniciativa Mérida para el ejercicio fiscal 2009, y a lo expresado por el subsecretario de Estado adjunto para Asuntos de Narcóticos, David Johnson, de que al menos 150 mil personas están directamente involucradas en el negocio del narcotráfico y otras 300 mil se dedican al cultivo y procesamiento de mariguana y opio. Y también a lo señalado por el director nacional de Inteligencia, Denis Blair, quien advirtió por su parte la “imposibilidad que ha mostrado el gobierno mexicano para controlar parte de su territorio”.
Después de hablar del tema económico bilateral, el presidente Calderón se refirió al rubro seguridad, al señalar que “el Estado mexicano está plenamente comprometido con la legalidad y gracias a que actuamos a tiempo preservamos no sólo la integridad de todos y cada uno de los puntos del territorio nacional, sino también la vigencia de la ley”.
Dijo que día con día combatimos y debilitamos organizaciones criminales, y ante la “falsa disyuntiva de una paz ficticia o claudicante y el verdadero imperio de la legalidad, nosotros hemos optado sin titubeos por la única vía posible para México, que es la vía de la ley”.
Previamente, coincidió con el presidente del consejo directivo de la American Chamber, Neal Goins, en que “la ilegalidad, la corrupción y la impunidad son obstáculos reales para la inversión y para la competitividad económica”.
Asimismo, rechazó abiertamente posturas proteccionistas y destacó que su gobierno esté abocado a mitigar los efectos de la crisis internacional entre los mexicanos, “y no como ocurre en otras naciones, entre ellas Estados Unidos, a tratar de salvar instituciones en bancarrota”.
Consideró que ante el esfuerzo que realiza el gobierno mexicano en la lucha por construir una región más segura, esas críticas son “una irresponsabilidad con los ciudadanos de ambas naciones y son, también, un favor gratuito que se le hace al crimen”.
Ante los principales empresarios estadunidenses en nuestro país, agrupados en la American Chamber of Commerce, Calderón demandó que la actitud de colaboración mostrada por el presidente Barack Obama “se transmita también a los integrantes de su equipo y se traduzca, específicamente, en acciones concretas”.
En cuanto al tráfico de drogas en Estados Unidos, el Presidente dijo: “Bien lo sabemos todos, no se explica sin la corrupción de las autoridades en esos niveles que permiten ese tráfico”.
La situación actual “no es un tema que concierna exclusivamente a México, y probablemente ni siquiera haya tenido su origen en nuestro país. Esa es la verdad”. Porque el hecho “indiscutible” de que Estados Unidos sea el principal mercado de drogas del mundo, de que millones sus habitantes “se dediquen a consumir o traficar drogas, de que también sea el principal mercado de armas para las organizaciones criminales que operan a ambos lados de la frontera, nos obliga a los dos países a reforzar los mecanismos de cooperación”, subrayó el Ejecutivo.
Calderón añadió que “el crimen organizado representa un desafío, tanto para México como para Estados Unidos. Nuestras naciones podrán enfrentar este reto sólo a través de la cooperación y el entendimiento”.
Con su discurso, el Ejecutivo federal prácticamente respondió a la decisión del Congreso de ese país de recortar de 450 millones de dólares a 300 millones el apoyo correspondiente a la Iniciativa Mérida para el ejercicio fiscal 2009, y a lo expresado por el subsecretario de Estado adjunto para Asuntos de Narcóticos, David Johnson, de que al menos 150 mil personas están directamente involucradas en el negocio del narcotráfico y otras 300 mil se dedican al cultivo y procesamiento de mariguana y opio. Y también a lo señalado por el director nacional de Inteligencia, Denis Blair, quien advirtió por su parte la “imposibilidad que ha mostrado el gobierno mexicano para controlar parte de su territorio”.
Después de hablar del tema económico bilateral, el presidente Calderón se refirió al rubro seguridad, al señalar que “el Estado mexicano está plenamente comprometido con la legalidad y gracias a que actuamos a tiempo preservamos no sólo la integridad de todos y cada uno de los puntos del territorio nacional, sino también la vigencia de la ley”.
Dijo que día con día combatimos y debilitamos organizaciones criminales, y ante la “falsa disyuntiva de una paz ficticia o claudicante y el verdadero imperio de la legalidad, nosotros hemos optado sin titubeos por la única vía posible para México, que es la vía de la ley”.
Previamente, coincidió con el presidente del consejo directivo de la American Chamber, Neal Goins, en que “la ilegalidad, la corrupción y la impunidad son obstáculos reales para la inversión y para la competitividad económica”.
Asimismo, rechazó abiertamente posturas proteccionistas y destacó que su gobierno esté abocado a mitigar los efectos de la crisis internacional entre los mexicanos, “y no como ocurre en otras naciones, entre ellas Estados Unidos, a tratar de salvar instituciones en bancarrota”.
Jesús Aranda, La Jornada, 12 de marzo.
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