'Inventan' cubanos belleza económica

LA HABANA.- Las dificultades económicas y la inestabilidad del mercado no impiden a los cubanos cuidar su apariencia y salud.

Gimnasios y peluquerías para todos, cosméticos "inventados" y reventa de perfumes y ropa forman parte de la vida diaria de los isleños, mientras ven cómo abren nuevas tiendas de moda y centros de estética y salud por todo el territorio.

Los medios locales apenas hablan del asunto, pero la polémica está en la calle. Según los entendidos, más que una moda cubana, lo que existe es una forma cubana de entender la moda.

La gente menor de 40 años, sin embargo, saca dinero debajo de las piedras para acudir a las mejores tiendas, peluquerías y centros de estética, todos en divisa local.

En estos lugares, una hora de ejercicio puede costar hasta 20 dólares; 45 minutos de masaje, el equivalente a 50; una limpieza de cutis ronda los 60 y un corte de pelo y mechas no baja de 75.

Estos precios en moneda fuerte son un aspirador de bolsillos para los salarios que paga el Estado en pesos cubanos. Un par de zapatos puede suponer de tres a cinco veces el salario medio mensual equivalente a unos 19 dólares.

Y los que no se lo pueden permitir recurren a lugares estatales de cuestionable calidad, a la red de sitios clandestinos que por una décima parte les ofrecen mejores artículos y servicios, o directamente al "invento".

No es casual que exista una red de venta de perfumes de muestra que son revendidos en el mercado negro a precios mínimos. Tampoco lo es la cantidad de mujeres que se dedican a resolver el dilema por su cuenta sin control de calidad alguno.

"Yo reciclo ropa que tiño y combino a mi gusto. Hago perfumes con una mezcla de flores que dejo a macerar en limón, mandarinas y alcohol", revela a REFORMA, Liset Araujo, estudiante de Química.

Otro recurso de bajo costo -hasta una cuarta parte de los precios oficiales- es recurrir a profesionales privados que trabajan en sus casas o a domicilio, algunos con licencia y otros sin ella: desde entrenadores de pilates, masajistas, y hasta profesores de yoga con atención personalizada y una clientela fiel.

En el distrito capitalino de Playa, por dos cucs (menos de tres dólares) la hora, decenas de habaneros modelan sus cuerpos en un gimnasio particular, practicando la última moda aquí: el "spinning".



Más moda, menos tabú


En ciertos sectores, sin embargo, estos asuntos y, sobre todo, la moda, se siguen viendo con ojos más críticos que comerciales o lúdicos.

Carmen Gómez Pozo, directora de la Unidad de Desarrollo del Diseño de la Oficina Nacional de Diseño Industrial prefiere hablar de cultura en el vestir más que de moda.

"¿En qué medida es compatible con el proyecto cubano que haya personas que compren una ropa, la utilicen dos veces y luego la desechen? Quienes tratan de estar todo el tiempo pendientes de la moda tienden al consumismo, y creo que un poco en torno a eso gira la polémica que se da en nuestro país con respecto al tema", opina la experta.

En las antípodas del pensamiento, Amarilis Blanco, estudiante de primer año de Historia del Arte, se para ante el espejo con las manos dentro de sus jeans, que bajan hasta enseñar el tatuaje que lleva en la cadera, se cuelga del cuello un celular extra plano de color berenjena y se conecta al MP3 enviado por su hermano de México.

"Si vas a una disco y no estás a la moda, eres una extraterrestre. A mi me gusta vestirme con lo último y aunque sólo tenga dos cosas las uso hasta que se gastan o las intercambio con mis amigas. Pero a la moda siempre, muchacha, eso no se discute", afirma.

Pese al ninguneo mediático y las reticencias ideológicas, a los habaneros consultados les preocupa estar a la moda y mantenerse en forma.

Un sondeo capitalino realizado por REFORMA coincide con los resultados de una encuesta a 323 cubanos de todo el país publicados hace un año por una revista local. A la hora de arreglarse para salir, 49.2 por ciento tiene muy en cuenta la moda.

Para la investigadora Isabel Moya, directora de la revista Mujeres, el vacío informativo y la escuálida oferta contribuye al descontento de los jóvenes, que acaban encontrando sus propias soluciones, no siempre dentro de la legalidad.

"Y no será por falta de talento que estamos así", se quejaron jóvenes alumnos de diseño.

"Cubanos son también los diseñadores que visten a Michelle Obama. Para la investidura de su marido, iba de Isabel Toledo. Y la noche previa, fue a los conciertos con un traje de otro cubano, Narciso Rodríguez, autor también del vestido negro y rojo que llevó la noche que su marido ganó las elecciones", precisó de corrido el más desinhibido del grupo.





El precio de estar 'in'

La desproporción entre los salarios y el costo de estar a la moda es tal que los cubanos tienen que 'inventar' su belleza.


19 dólares es el salario promedio mensual que paga el Estado cubano.

20 dólares cuesta una hora de ejercicio en un gimnasio de moda en la Isla.

50 dólares por 45 minutos de masaje se pagan en los spa de hoteles.
Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 15 de marzo.

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