En Chihuahua hubo al menos 11 homicidios, seis de los cuales ocurrieron en Ciudad Juárez, que incluyen al policía Manuel Delgado, de la Agencia Estatal de Investigaciones, quien fue acribillado a bordo de su patrulla; una agente que lo acompañaba resultó herida.
Según versiones extraoficiales, en la madrugada de ayer presuntos militares dispararon a los policías cuando circulaban por el centro de la ciudad, al término de una persecución que se habría suscitado luego de que les marcaron el alto y no se detuvieron.
Asimismo, lo agentes municipales Jeanette Paulina Mares, de 22 años, y Luis Fernando Porras Fuentes, de 38, perecieron en Praxedis G. Guerrero durante un ataque con arma de fuego cuando viajaban en su patrulla.
Las otras ocho víctimas son civiles, entre las que se encuentra una mujer. Todas fueron asesinadas a balazos, mientras las amenazas de narcotraficantes obligaron a desviar la tradicional cabalgata del municipio de Namiquipa, que sigue la misma ruta del general Francisco Villa y conmemora su ataque a la vecina Columbus, Nuevo México.
En tanto –dentro del programado reforzamiento de la presencia militar y policial en el estado–, este sábado arribaron a Ciudad Juárez decenas de vehículos militares, como parte del primer contingente de mil 800 soldados, de los 5 mil que vigilarán la localidad y controlarán las corporaciones policiacas de la entidad junto con otros mil agentes federales y los efectivos ya destinados a la zona.
En Guerrero, al menos cinco personas fueron ejecutadas en distintos lugares. Entre las víctimas se encuentra el empresario farmacéutico Juan Carlos Hernández Mundo, quien fue ultimado a tiros en el crucero de Tehuilotepec a Juliantla, municipio de Taxco.
Además, un joven de 18 años fue asesinado en Ayutla de los Libres, otro en Ciudad Altamirano, alrededor de la medianoche del viernes, y uno más a las 22:45 horas en las Pozas, Coyuca de Benítez.
La quinta víctima fue localizada en La Unión, dentro de un vehículo Nissan Tsuru. Se trata de Rolando Landa Hernández, síndico procurador del PRI en el mismo municipio, cuyo cuerpo encobijado presentaba heridas de bala en la cabeza.
En el auto había varias cartulinas con amenazas e imprecaciones de acento homosexual. Otras leyendas parecen amenazar a militares y anuncian los próximos asesinatos de varias personas.
En Durango –donde los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial buscan reformar el modelo de justicia penal– aparecieron tres cadáveres en el municipio de Villa Unión, y el chofer de un camión rentado por pistoleros que se disfrazaban de policías fue asesinado en el trayecto a Guanaceví.
Ya en la localidad, el comando baleó la sede municipal y la sede de policía, para luego robarse un cajero automático. En fechas anteriores los cuerpos de vigilancia de Pánuco de Coronado, Suchil y San Bernardo también fueron atacados.
En Guanaceví, el 11 de marzo de 2008 tres agentes investigadores, entre ellos el jefe de seguridad del entonces procurador de Justicia, Jesús Gutiérrez Vargas, fueron asesinados en una emboscada donde los agresores usaron hasta una bazuca.
La quinta víctima de la entidad es uno de los policías que resultó herido en Santiago Papasquiaro, en hechos ya reportados, donde dos de sus compañeros perdieron la vida.
Además, servicios noticiosos difundieron en Internet que dos personas fueron asesinadas a balazos, las remataron con el tiro de gracia y sus cuerpos aparecieron en una camioneta de modelo reciente abandonada sobre la carretera Reynosa-Matamoros, Tamaulipas. Las mismas fuentes dieron a conocer que otro policía fue ultimado a puñaladas y degollado en Ciudad Acuña, Coahuila.
Un sexto agente de seguridad asesinado es Cruz Andrade Padilla, comandante de la policía de Cuéramaro, Guanajuato. Según testigos, estaba amenazado por La Familia michoacana, y fuentes oficiales informaron que fue levantado el día 25 por la noche. Su cadáver –localizado en una barranca de Cañada de Corralejo, Pénjamo– presentaba el tiro de gracia y huellas de tortura.
Un homicidio más tuvo lugar en la cabecera municipal de Tepalcatepec, Michoacán; otro en el centro de Navolato, Sinaloa, y un cadáver más apareció en estado de putrefacción cerca de la presa El Bachoco, municipio de Cajeme, Sonora, con un balazo en la cabeza y golpes en el cuerpo.
Por último, en Mexicali, Baja California, fue detenido Israel Ortiz Coronel, El Rayitas, pistolero de alto rango al servicio de los Beltrán Leyva.
Rubén Villalpando, Sergio Ocampo Arista, Saúl Maldonado, Carlos García, Ernesto Martínez Elorriaga, Javier Valdez, Ulises Gutiérrez Ruelas y Antonio Heras
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