La reunión se llevó en un hotel de la ciudad de México, luego de que las diversas fracciones del partido se han acusado de compra de votos y de utilizar programas de gobierno, en las precampañas de aspirantes a las candidaturas de diputados federales, locales y jefes delegacionales.
Ortega y Encinas pusieron sobre la mesa sus diferencias y coincidieron que era necesario un acuerdo, ya que un conflicto interno sólo beneficiará a sus opositores de PAN y PRI, en la capital del país.
Tanto el líder del PRD, como el dirigente de Izquierda Unida, se comprometieron a transmitir a sus seguidores la conveniencia de sacar un proceso interno sin sobresaltos, para seguir siendo la primera fuerza política en la Ciudad de México.
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