El Consejo de Estado que encabeza el presidente Raúl Castro anunció cambios radicales en el gabinete cubano, que incluyen la fusión de cuatro ministerios, la sustitución del canciller Felipe Pérez Roque y la “liberación” de Carlos Lage de la responsabilidad de secretario ejecutivo del Consejo de Ministros.
Asimismo, incluyó al general de brigada José Ricardo Guerra, quien era jefe de la secretaría del ministro de las fuerzas armadas, como nuevo secretario del Consejo de Ministros, pero aclarando que en adelante esa instancia no estará facultada para tomar decisiones y sólo será un mecanismo auxiliar del presidente y los ocho vicepresidentes.
Durante los últimos años de mandato del convaleciente Fidel Castro, Lage, de 57 años, fue considerado una especie de primer ministro en funciones desde su cargo de secretario ejecutivo del gobierno, y entre diplomáticos y analistas se estimaba que podría ser “una pieza calve” en el liderazgo de Raúl Castro.
Sin embargo, la sustitución “merma esa perspectiva”, en opinión de las mismas fuentes, consultadas ayer en La Habana. Lage se mantiene, no obstante, como miembro del buró político del Partido Comunista, principal instancia de dirección colegiada en la estructura cubana, y vicepresidente del Consejo de Estado.
Entre los cambios más llamativos figura también el reemplazo del canciller Felipe Pérez Roque, 43 años, a quien se le atribuye buena parte de los éxitos registrados en el último año por la diplomacia cubana y era considerado otra “personalidad importante” en el futuro político del país. Bruno Rodríguez, viceministro primero, asumió la jefatura de la cancillería, sin que se conozca qué nueva responsabilidad tendría Pérez Roque.
También fueron sustituidos los vicepresidentes Otto Rivero y José Luis Rodríguez, a este último lo remplazó en esa vicepresidencia y como titular de Economía, el hasta ahora ministro de Comercio Interior, Marino Murillo.
En el caso de Rivero, el comandante Ramiro Valdés, recientemente designado vicepresidente del gobierno, se encargará de la “coordinación y control” de ese sector, cuyas funciones ya habían sido asumidas por otras instituciones, según la nota oficial difundida el lunes.
María del Carmen Concepción, de largo y exitoso historial en el Partido Comunista, asumió como ministra de la Industria Alimenticia, en la que se fusionaron los anteriores sectores de la alimentación y de la industria pesquera.
Rodrigo Malmierca fue nombrado ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, cartera en la que se unieron los anteriores ministerios de similar nombre.
En tanto otro militar, el general de brigada Fernando Acosta Santana, fue promovido a ministro de la Industria Sideromecánica, desde su anterior posición de director de la Unión de Industrias Militares.
También fueron designados como nuevos ministros Lina Pedraza, Finanzas y Precios; Jacinto Angulo, Comercio Interior; Margarita Martínez, Trabajo; y José Miyar, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Al anunciar estos cambios ayer, el Consejo de Estado dejó abierta la posibilidad de efectuar nuevos ajustes al gabinete para, dijo, “reducir gradualmente su envergadura y elevar su eficiencia”.
Asimismo, incluyó al general de brigada José Ricardo Guerra, quien era jefe de la secretaría del ministro de las fuerzas armadas, como nuevo secretario del Consejo de Ministros, pero aclarando que en adelante esa instancia no estará facultada para tomar decisiones y sólo será un mecanismo auxiliar del presidente y los ocho vicepresidentes.
Durante los últimos años de mandato del convaleciente Fidel Castro, Lage, de 57 años, fue considerado una especie de primer ministro en funciones desde su cargo de secretario ejecutivo del gobierno, y entre diplomáticos y analistas se estimaba que podría ser “una pieza calve” en el liderazgo de Raúl Castro.
Sin embargo, la sustitución “merma esa perspectiva”, en opinión de las mismas fuentes, consultadas ayer en La Habana. Lage se mantiene, no obstante, como miembro del buró político del Partido Comunista, principal instancia de dirección colegiada en la estructura cubana, y vicepresidente del Consejo de Estado.
Entre los cambios más llamativos figura también el reemplazo del canciller Felipe Pérez Roque, 43 años, a quien se le atribuye buena parte de los éxitos registrados en el último año por la diplomacia cubana y era considerado otra “personalidad importante” en el futuro político del país. Bruno Rodríguez, viceministro primero, asumió la jefatura de la cancillería, sin que se conozca qué nueva responsabilidad tendría Pérez Roque.
También fueron sustituidos los vicepresidentes Otto Rivero y José Luis Rodríguez, a este último lo remplazó en esa vicepresidencia y como titular de Economía, el hasta ahora ministro de Comercio Interior, Marino Murillo.
En el caso de Rivero, el comandante Ramiro Valdés, recientemente designado vicepresidente del gobierno, se encargará de la “coordinación y control” de ese sector, cuyas funciones ya habían sido asumidas por otras instituciones, según la nota oficial difundida el lunes.
María del Carmen Concepción, de largo y exitoso historial en el Partido Comunista, asumió como ministra de la Industria Alimenticia, en la que se fusionaron los anteriores sectores de la alimentación y de la industria pesquera.
Rodrigo Malmierca fue nombrado ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, cartera en la que se unieron los anteriores ministerios de similar nombre.
En tanto otro militar, el general de brigada Fernando Acosta Santana, fue promovido a ministro de la Industria Sideromecánica, desde su anterior posición de director de la Unión de Industrias Militares.
También fueron designados como nuevos ministros Lina Pedraza, Finanzas y Precios; Jacinto Angulo, Comercio Interior; Margarita Martínez, Trabajo; y José Miyar, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Al anunciar estos cambios ayer, el Consejo de Estado dejó abierta la posibilidad de efectuar nuevos ajustes al gabinete para, dijo, “reducir gradualmente su envergadura y elevar su eficiencia”.
Manuel Juan Somoza en La Habana, Milenio, 3 de marzo.
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