“La revolución de las nuevas tecnologías ha venido a marcar el final de la revolución cubana”, asegura el periodista cubano Pablo Díaz, del opositor Diario de Cuba.
“Internet ayuda a proteger a quienes están en la isla y sensibiliza a la vez a quienes están fuera.”
Díaz participó ayer, junto a otras figuras destacadas de la oposición cubana, tanto en el exilio como dentro de la isla, en el seminario “Europa en solidaridad con Cuba”, organizado por la fundación del ex presidente polaco Lech Walesa en colaboración con algunos diputados españoles y europeos en Madrid.
Díaz está convencido que ni siquiera la enfermedad de Fidel Castro ha tenido tanto impacto en la isla como las nuevas tecnologías y define a la red como “una bestia” que el gobierno cubano no puede domar.
“El ocaso del castrismo se ha precipitado debido al internet 2.0 y a los archivos compartidos”, afirma.
El periodista cubano Raúl Rivero, residente en España, solicitó en el mismo seminario más apoyo tecnológico a las embajadas y misiones diplomáticas. Rivero ha recordado como algunos disidentes se organizaron a través de Internet, con ayuda del exilio en Miami, para retransmitir en directo el funeral de Zapata, fallecido en febrero tras una prolongada huelga de hambre.
“Aquello era algo impensable. El desarrollo tecnológico es muy duro para la dictadura”, afirma Rivero en referencia a las autoridades de la isla.
Rivero subraya el papel que los blogueros, encabezados por Yoani Sánchez, están realizando al contar al mundo lo que pasa en Cuba. En un principio, los organizadores del seminario tenían previsto comunicarse con Sánchez vía telefónica, pero no fue posible.
El cubano Antonio Güedes, quien también vive en Madrid y representa a la Unión Liberal de Cuba, enfatizó la importancia de Internet, pero sobre todo de las emisoras de radio de onda corta, para que los cubanos accedan a más información, ya que, precisó, es muy complicado disponer de una computadora dentro de la isla.
Güedes insistió en que las embajadas europeas deben abrir sus puertas de par en par a la disidencia y ofrecer conexiones de banda ancha. “Cada vez más cubanos denuncian lo que ocurre en el país”, añadió Güedes.
“Algunos de ellos ni siquiera se consideran disidentes, pero el gobierno hace un gran esfuerzo para catalogarlos como opositores políticos y perseguirlos”.
Desde Cuba, los activistas Jorge Olivera y Miriam Leiva intervinieron por vía telefónica en el foro y denunciaron una “ola represiva” del gobierno de Raúl Castro tras el fallecimiento de Zapata.
“Estamos hablando hoy, porque mañana puede ser demasiado tarde”, dijo Olivera, uno de los detenidos en 2003 junto al conocido grupo de los 75 y liberado al año siguiente por problemas de salud.
En la misma línea, Leiva demandó la implicación de los parlamentos europeos y también latinoamericanos para que exijan la liberación de los presos de conciencia.
La sociedad cubana está inmersa en la crisis política, económica y social más grave de nuestra historia, sin que nuestro gobierno haya anunciado cambios ni avances democráticos”, aseguró Leiva.
El seminario sirvió para que la disidencia celebrara la dura resolución de condena a Cuba aprobada por el parlamento europeo en Estrasburgo después de la muerte de Orlando Zapata, el 23 de febrero pasado tras 85 días de huelga de hambre.
Los disidentes cubanos han manifestado su rechazo a que Europa modifique, tal y como reclama el gobierno español, la llamada Posición Común de la UE, que condiciona las relaciones plenas entre Bruselas y La Habana a cambios en el sistema de gobierno de la isla.
Jorge Sainz/AP • Madrid, Milenio, 27 de marzo.
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