“Dicen que estamos maleados y corruptos”

“Somos escoria para la sociedad porque dicen que estamos maleados y corruptos, y no se considera que salimos de esa misma sociedad y somos tan corruptos como ella.
“Antes de ingresar a la policía, para mí era la última alternativa de empleo, ya que me parecía algo muy bajo y penoso. La primera vez que me uniformé, pensaba que el ciudadano me iba agredir o que causaría burla… Entonces no había cambiado mucho la imagen que tenía del policía, del que se hace valer por su uniforme, agresivo… Pero ahora que soy yo quien desempeña el oficio, me doy cuenta que debo ser yo quien representa la más elevada expresión del orden dentro de la sociedad…”
Esas son algunas de las concepciones que el policía tiene de sí mismo, cita Martín Gabriel Barrón Cruz, profesor investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).
Las causalidades del por qué el ex policía o policía se ha visto involucrado en delitos como el secuestro son dos, principalmente, señala por su parte María Eloísa Quintero, también investigadora del Inacipe y doctora en derecho por la Universidad Austral, de Buenos Aires, Argentina.
“Hay muchos factores que influyen en esto. La situación económica que vive tanto la sociedad, y dentro de ella, las policías. La falta de un sistema de profesionalización dentro de las policías y los sueldos bajos en ese sector”, comenta.
La también profesora de postgrado en la Universidad Panamericana coincide con Gabriel Barrón Cruz en el sentido de que los cuerpos policiales no son ajenos a la descomposición que vive la sociedad.
“No son ajenos a los problemas sociales ni a la realidad cultural de donde emanaron, no son entes ni sujetos que salieron de la nada, y una forma de ver la crisis social es tanto en los cuerpos de policía como en la delincuencia. La crisis social a la cual nos vamos enfrentando está reflejada en los cuerpos de policía y en la cárcel. Son los dos ámbitos en los cuales se ve el reflejo de una sociedad”, insiste Barrón Cruz, maestro en ciencias penales con especialidad en criminología por el Inacipe.
Todo se lo achacamos a la policía y pareciera que la policía salió de la nada, cuenta el profesor.
Y pone el comparativo de nuestra Policía Preventiva con la de Gran Bretaña. “Nuestra Policía Preventiva está armada, la policía en Gran Bretaña no trae armas. Sólo el 20 por ciento de la policía británica trae un arma porque hay un respeto hacia ellos, en México no, ni siquiera se le respeta con el arma”, expone.
La profesora Eloísa Quintero abunda sobre este tema. “Es importante el tema de la profesionalización, que poco a poco se tienda a la profesionalización. En el ámbito de los Ministerios Públicos de a poco se ha ido cambiando. Por ejemplo, en el Inacipe para ser Ministerio Público toman un curso que dura dos años, y esa es toda la formación para quien aspira a llegar a ser. De a poco se han ido cambiando otras instituciones, y creo que también llegó el momento de la policía, ir tendiendo a una capacitación”, insiste.
Pide que la selección de policías en las Academias sea más rigurosa, ya que ese es otro de los problemas que aqueja a los cuerpos policiales. ”Que sea más riguroso al momento de seleccionar quiénes pueden ingresar a formarse. Esa falta de control desde el ingreso también genera muchos problemas”, dice Quintero.
Para la investigadora el futuro no es negro. Hay esperanza de cambios y el primer paso para ello es la Reforma Constitucional de Seguridad y Justicia.
La profesionalización parece una tarea difícil, se le hace ver.
—Esto no es un cambio que se va a dar de un día para otro. Ya está en la mira de los distintos gobiernos estatales o federales, a un punto tal que si recuerda la reforma constitucional que se hizo hace poco especificó que las policías deberán coordinarse entre sí. Ya hay un mandato constitucional que está obligando a las distintas policías: federales, estatales y municipales a que se coordinen entre sí y este ya es el primer paso.
—¿Resulta fácil corromperlos por los bajos sueldos que perciben?
—En otros países los cuerpos policiales tienen un gran respeto y eso va a acompañado de un merecido reconocimiento económico, los cambios tienen que ir de la mano, uno le puede exigir en cuanto le dé el medio de hacerle frente.
—¿Se ha perdido respeto en la policía?
—Va en decadencia, nunca se puede generalizar, hay gente de todo tipo, también se dice lo mismo de los abogados pero todavía hay algunos que tratamos de merecer un respeto, por ejemplo.
Olivier Pavón, Crónica, 12 de agosto.

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