Aunque Salvador Aguirre Anguiano reprochó la conformación de bloques predeterminados de ministros a favor y en contra del aborto, al arrancar el debate sobre su despenalización en el Distrito Federal quedaron claros los antagonismos.
Una corriente encabezada por el propio Aguirre, ministro ponente, quien defendió la inconstitucionalidad de la reforma y argumentó: “Respetemos la libertad de la mujer, pero reconozcamos que no la puede ejercer con violencia; respetemos la libertad del concebido, lo que no haríamos permitiendo que se le privara de la vida”.
Y otra, por Genaro Góngora Pimentel, quien a pesar de que no se tocó el tema de fondo, sustentó sus consideraciones previas en los derechos de la mujer, a la que no hay que “subestimar”.
Lo que se vislumbraba como un día de anzuelo —por el nivel de argumentación— en la Suprema Corte de Justicia, terminó en una jornada de hastío, porque la mañana se fue en asuntos ajenos al aborto, tema que había reunido en la sala de plenos a legisladores, constitucionalistas, católicos y “defensores de la vida”. Y que ante la amenaza de disturbios, había obligado a solicitar el apoyo de la Policía Federal
Y en la pactada sesión vespertina, el tiempo se consumió en planteamientos secundarios, que fastidiaron incluso al ministro José Ramón Cossío, quien pidió no retardar más la discusión de fondo, a lo que Aguirre contestó: “Hay puntos que debemos analizar así nos lleven horas, días o semanas”.
Al final, como si se hubiera presentido el alargue, no hubo estruendos callejeros.
Aguirre, de inicio conciliador, insistió en no hacer grupos y en reflexionar “en buena lid” si la Constitución protegía como individuo y persona al ser humano desde el momento de su concepción.
Y negó que su proyecto estuviera basado en planteamientos religiosos o morales. Se refirió así a sus detractores: “Claman al cielo para que el ponente no se aparte de lo jurídico y adopte posiciones médicas, filosóficas o éticas, pero enseguida critican con apoyo supuesto en esas ciencias”.
Para sustentar su posición anti-aborto, lo mismo aludió a la prohibición de la pena de muerte que a leyes laborales, y a su desacuerdo con la visión hitleriana de liberar al hombre de su conciencia.
“No podemos ser portavoz de opiniones de minorías o mayorías. En la página web de la Corte hay avalanchas de documentos, pero la Corte no es agencia encuestadora ni expresa las íntimas convicciones de los ministros… No podemos falsear la Constitución, podemos interpretarla creativamente, pero no ir contra ella”.
Durante la sesión, caracterizada por enredijos técnicos y golpes bajos entre Góngora y Aguirre, apenas esquivados por el ministro-presidente Guillermo Ortiz Mayagoitia, se reconoció la legitimidad de la PGR y de la CNDH para interponer la acción de inconstitucionalidad contra la despenalización.
Para arrancar la siguiente sesión, la de hoy, se propuso desmenuzar si la Asamblea Legislativa del Distrito Federal podía legislar sobre la materia sin considerar la Ley General de Salud aplicable al ámbito federal.
Sin avances que complacieran a los asistentes, se golpeó el mazo, porque dijo Ortiz Mayagoitia, al estilo Cri-Cri: “Las siete ya van a dar”…
Una corriente encabezada por el propio Aguirre, ministro ponente, quien defendió la inconstitucionalidad de la reforma y argumentó: “Respetemos la libertad de la mujer, pero reconozcamos que no la puede ejercer con violencia; respetemos la libertad del concebido, lo que no haríamos permitiendo que se le privara de la vida”.
Y otra, por Genaro Góngora Pimentel, quien a pesar de que no se tocó el tema de fondo, sustentó sus consideraciones previas en los derechos de la mujer, a la que no hay que “subestimar”.
Lo que se vislumbraba como un día de anzuelo —por el nivel de argumentación— en la Suprema Corte de Justicia, terminó en una jornada de hastío, porque la mañana se fue en asuntos ajenos al aborto, tema que había reunido en la sala de plenos a legisladores, constitucionalistas, católicos y “defensores de la vida”. Y que ante la amenaza de disturbios, había obligado a solicitar el apoyo de la Policía Federal
Y en la pactada sesión vespertina, el tiempo se consumió en planteamientos secundarios, que fastidiaron incluso al ministro José Ramón Cossío, quien pidió no retardar más la discusión de fondo, a lo que Aguirre contestó: “Hay puntos que debemos analizar así nos lleven horas, días o semanas”.
Al final, como si se hubiera presentido el alargue, no hubo estruendos callejeros.
Aguirre, de inicio conciliador, insistió en no hacer grupos y en reflexionar “en buena lid” si la Constitución protegía como individuo y persona al ser humano desde el momento de su concepción.
Y negó que su proyecto estuviera basado en planteamientos religiosos o morales. Se refirió así a sus detractores: “Claman al cielo para que el ponente no se aparte de lo jurídico y adopte posiciones médicas, filosóficas o éticas, pero enseguida critican con apoyo supuesto en esas ciencias”.
Para sustentar su posición anti-aborto, lo mismo aludió a la prohibición de la pena de muerte que a leyes laborales, y a su desacuerdo con la visión hitleriana de liberar al hombre de su conciencia.
“No podemos ser portavoz de opiniones de minorías o mayorías. En la página web de la Corte hay avalanchas de documentos, pero la Corte no es agencia encuestadora ni expresa las íntimas convicciones de los ministros… No podemos falsear la Constitución, podemos interpretarla creativamente, pero no ir contra ella”.
Durante la sesión, caracterizada por enredijos técnicos y golpes bajos entre Góngora y Aguirre, apenas esquivados por el ministro-presidente Guillermo Ortiz Mayagoitia, se reconoció la legitimidad de la PGR y de la CNDH para interponer la acción de inconstitucionalidad contra la despenalización.
Para arrancar la siguiente sesión, la de hoy, se propuso desmenuzar si la Asamblea Legislativa del Distrito Federal podía legislar sobre la materia sin considerar la Ley General de Salud aplicable al ámbito federal.
Sin avances que complacieran a los asistentes, se golpeó el mazo, porque dijo Ortiz Mayagoitia, al estilo Cri-Cri: “Las siete ya van a dar”…
Daniel Blancas Madrigal, Crónica, 26 de agosto.
0 Responses to "Góngora y Aguirre encabezan bloques opuestos sobre aborto"
Publicar un comentario