Las hoy indispensables tres WWW (World Wide Web), que nacieron con vocación universal y acabaron revolucionando la forma de comunicarnos, cumplieron 20 años, y el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN, por sus siglas en francés), lo conmemoró con la satisfacción de haber sido “el vientre” donde fueron gestadas.
Tim Berners-Lee, estadunidense y físico del CERN, que ideó la tecnología en 1989, quería lograr un sistema de intercambio de información entre científicos de diferentes universidades y laboratorios de todo el mundo.
“Es vago pero muy emocionante”, le respondieron sus superiores cuando presentó la idea a éstos.
“Tenía visión y persistencia, pero también capacidad de implementar sus ideas y de usar las herramientas disponibles, y lo importante es que el CERN le permitió desarrollarlo”, afirmó uno de sus colaboradores, Ben Segal.
“En el CERN había el ambiente, los científicos, la tecnología, el apoyo. Todo lo que yo necesitaba para implementar mi idea”, explicó Berners-Lee, premio Príncipe de Asturias 2002.
De hecho, Segal parafraseó a Bernes-Lee, quien una vez definió al CERN como “el vientre” donde se gestaba la tecnología de la época.
Con la ayuda de Robert Cailliau, Berners-Lee perfeccionó el invento y posteriormente, por falta de recursos y con una visión democrática de su invento, lo puso a disposición de la comunidad internacional.
Hoy, Berners-Lee destaca el que el servicio se pusiera a disposición del mundo como una de las claves para su rápida expansión. “Compartamos lo que sabemos”, dijo en su momento el físico estadunidense.
En 1993 ya había más de 500 servidores conocidos, y los accesos a través de las WWW representaban uno por ciento del tráfico en internet.
En 1994, la web tenía 10 mil servidores y 10 millones de usuarios. Hoy existen en el mundo 80 millones de sitios web.
Actualmente, el CERN alberga el proyecto más importante de física experimental en la historia, el Gran Colisionador de Hadrones, del cual se esperan muchos beneficios tecnológicos, como lo fue la web.
Tim Berners-Lee, estadunidense y físico del CERN, que ideó la tecnología en 1989, quería lograr un sistema de intercambio de información entre científicos de diferentes universidades y laboratorios de todo el mundo.
“Es vago pero muy emocionante”, le respondieron sus superiores cuando presentó la idea a éstos.
“Tenía visión y persistencia, pero también capacidad de implementar sus ideas y de usar las herramientas disponibles, y lo importante es que el CERN le permitió desarrollarlo”, afirmó uno de sus colaboradores, Ben Segal.
“En el CERN había el ambiente, los científicos, la tecnología, el apoyo. Todo lo que yo necesitaba para implementar mi idea”, explicó Berners-Lee, premio Príncipe de Asturias 2002.
De hecho, Segal parafraseó a Bernes-Lee, quien una vez definió al CERN como “el vientre” donde se gestaba la tecnología de la época.
Con la ayuda de Robert Cailliau, Berners-Lee perfeccionó el invento y posteriormente, por falta de recursos y con una visión democrática de su invento, lo puso a disposición de la comunidad internacional.
Hoy, Berners-Lee destaca el que el servicio se pusiera a disposición del mundo como una de las claves para su rápida expansión. “Compartamos lo que sabemos”, dijo en su momento el físico estadunidense.
En 1993 ya había más de 500 servidores conocidos, y los accesos a través de las WWW representaban uno por ciento del tráfico en internet.
En 1994, la web tenía 10 mil servidores y 10 millones de usuarios. Hoy existen en el mundo 80 millones de sitios web.
Actualmente, el CERN alberga el proyecto más importante de física experimental en la historia, el Gran Colisionador de Hadrones, del cual se esperan muchos beneficios tecnológicos, como lo fue la web.
EFE en Ginebra, Crónica, 14 de marzo.
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