El gobierno ha hecho uso de las Fuerzas Armadas en contra de la delincuencia organizada a costa del riesgo que ello conlleva, y a pesar de “críticas e incomprensión”, sostuvo el presidente Felipe Calderón, quien se confrontó con el ombudsman nacional, José Luis Soberanes, por el empleo del Ejército en tareas de seguridad.
El último informe del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CN-DH), que sirvió como su despedida, no quedó sellado con un abrazo, sólo fue un serio choque de manos durante una ceremonia en la que Calderón operó, desde el templete, el anuncio de la detención del narcotraficante Sigifredo Nájera Talamantes, El Canicón.
Mientras Soberanes enfatizaba sus críticas contra los abusos del Ejército y denunciaba el rechazo a algunas recomendaciones que ha emitido contra la PGR, Calderón charlaba con los secretarios de la Defensa, Guillermo Galván, y de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
Calderón hizo anotaciones y correcciones a su discurso durante el tiempo que habló Soberanes, quien informó que el mayor número de quejas recibidas en la CNDH fueron contra el Ejército: mil 230, y por eso emitió 14 recomendaciones.
El mandatario sólo volteó brevemente cuando Soberanes señaló: “Las situaciones que enfrentamos han obligado al Estado a hacer uso de las Fuerzas Armadas en tareas policiales que no son de su competencia (…) no hagamos de lo excepcional una rutina, a menos que aceptemos que se desdibuje el proyecto nacional trazado por nuestra Constitución”.
Calderón, en su turno, respondió que esta tarea deberá ser temporal, por ello los señalamientos de la CNDH, “a mi juicio, deben hacerse, en todo caso y fundamentalmente, a las autoridades locales. Con el fin de apoyar de manera subsidiaria a las autoridades locales, la presencia de las Fuerzas Federales, y en particular del Ejército y la Marina Armada de México, se volvió no sólo posible, justa, legítima, sino indispensable”, señaló.
El último informe del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CN-DH), que sirvió como su despedida, no quedó sellado con un abrazo, sólo fue un serio choque de manos durante una ceremonia en la que Calderón operó, desde el templete, el anuncio de la detención del narcotraficante Sigifredo Nájera Talamantes, El Canicón.
Mientras Soberanes enfatizaba sus críticas contra los abusos del Ejército y denunciaba el rechazo a algunas recomendaciones que ha emitido contra la PGR, Calderón charlaba con los secretarios de la Defensa, Guillermo Galván, y de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
Calderón hizo anotaciones y correcciones a su discurso durante el tiempo que habló Soberanes, quien informó que el mayor número de quejas recibidas en la CNDH fueron contra el Ejército: mil 230, y por eso emitió 14 recomendaciones.
El mandatario sólo volteó brevemente cuando Soberanes señaló: “Las situaciones que enfrentamos han obligado al Estado a hacer uso de las Fuerzas Armadas en tareas policiales que no son de su competencia (…) no hagamos de lo excepcional una rutina, a menos que aceptemos que se desdibuje el proyecto nacional trazado por nuestra Constitución”.
Calderón, en su turno, respondió que esta tarea deberá ser temporal, por ello los señalamientos de la CNDH, “a mi juicio, deben hacerse, en todo caso y fundamentalmente, a las autoridades locales. Con el fin de apoyar de manera subsidiaria a las autoridades locales, la presencia de las Fuerzas Federales, y en particular del Ejército y la Marina Armada de México, se volvió no sólo posible, justa, legítima, sino indispensable”, señaló.
Sergio Jiménez y Noemí Gutiérrez, El Universal, 21 de marzo.
0 Responses to "Uso de tropas enfrenta a Calderón y Soberanes"
Publicar un comentario