El senador Francisco Labastida Ochoa (PRI) explicó anoche a diputados federales de su partido que la propuesta de reducir el IVA a 12 por ciento no afectará al 40 por ciento de la población más pobre, y en cambio pretende terminar con los beneficios que en tres décadas los sucesivos gobiernos federales fueron concediendo al exentar del pago para “agradar a ciertos sectores” empresariales.
En reunión de casi dos horas con 27 diputados del tricolor, Labastida explicó que prevalece “una concepción muy generosa” de productos que no son medicinas y no pagan gravamen y detalló que se sigue estudiando la lista de alimentos que quedarían libres del IVA. Hasta ahora, señaló, se han identificado 19 productos, que corresponden a lo que el gobierno reconoce como la canasta básica.
Sin embargo, en mancuerna los diputados Luis Videgaray Caso, presidente de la Comisión de Presupuesto, y Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la comisión especial de gastos fiscales, le pidieron a Labastida el documento completo del proyecto y las corridas financieras.
“Lo importante es que la propuesta se ponga en blanco y negro en una iniciativa, que vengan las corridas financieras y el estudio de impacto en los deciles de la población para ver si la propuesta es benéfica o no”, expuso Videgaray. Más aún, dijo que no puede afirmar si está en favor o en contra de reducir la tasa del IVA si no conoce la propuesta a detalle.
De su lado, en un tono que no encontró eco, el diputado Héctor Pablo Ramírez sostuvo que el plan detallado por Labastida en 30 láminas en Power Point es similar al que impulsó Elba Esther Gordillo en la 59 Legislatura. “Y ya sabemos lo que ocurrió. Eso nos dividió, y pediría tener mucho cuidado para que no nos vuelva a dividir. Lo que pasó fue muy lamentable, hay un recuerdo muy desagradable”, puntualizó.
No obstante, Labastida resaltó que al proteger a la población más pobre, a la que no se le aplicaría IVA, se atiende el compromiso de los documentos básicos del partido, que prohíben cobrar ese impuesto a alimentos y medicinas.
El ex candidato presidencial explicó que la reforma propuesta por los senadores priístas busca atender la crisis económica que se avecina por la caída en la producción petrolera y en los ingresos de la exportación de crudo.
El país, alertó, continúa viviendo de la explotación de yacimientos descubiertos en la década de los 70 del siglo pasado. “Estamos a punto de acabárnoslos y la exploración de Petróleos Mexicanos se ha reducido por falta de recursos, porque nuestra economía está petrolizada y depende en 90 por ciento de los ingresos petroleros”, subrayó.
Labastida, explicaron diputados asistentes a la reunión, dijo que la reforma propuesta por los senadores, que incluye la desaparición del IETU, implicaría un aumento de 10 puntos del PIB en la recaudación, porque aun cuando se plantea una reducción de tasas, se lograría un aumento en la base gravable, elevar la eficacia recaudatoria y cobrar impuestos en alimentos de lujo.
El senador presentó a los diputados la Ley del IVA de 1980 que, expuso, no contemplaba exenciones. “Pero conforme el país pasó por momentos de suficiencia en los ingresos, se fueron concediendo, por goteo, ampliaciones a la tasa cero que se volvieron irreversibles y llevaron a un régimen en donde no pagan los contribuyentes y no se cobra en productos que debían pagar”, afirmó.
En reunión de casi dos horas con 27 diputados del tricolor, Labastida explicó que prevalece “una concepción muy generosa” de productos que no son medicinas y no pagan gravamen y detalló que se sigue estudiando la lista de alimentos que quedarían libres del IVA. Hasta ahora, señaló, se han identificado 19 productos, que corresponden a lo que el gobierno reconoce como la canasta básica.
Sin embargo, en mancuerna los diputados Luis Videgaray Caso, presidente de la Comisión de Presupuesto, y Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la comisión especial de gastos fiscales, le pidieron a Labastida el documento completo del proyecto y las corridas financieras.
“Lo importante es que la propuesta se ponga en blanco y negro en una iniciativa, que vengan las corridas financieras y el estudio de impacto en los deciles de la población para ver si la propuesta es benéfica o no”, expuso Videgaray. Más aún, dijo que no puede afirmar si está en favor o en contra de reducir la tasa del IVA si no conoce la propuesta a detalle.
De su lado, en un tono que no encontró eco, el diputado Héctor Pablo Ramírez sostuvo que el plan detallado por Labastida en 30 láminas en Power Point es similar al que impulsó Elba Esther Gordillo en la 59 Legislatura. “Y ya sabemos lo que ocurrió. Eso nos dividió, y pediría tener mucho cuidado para que no nos vuelva a dividir. Lo que pasó fue muy lamentable, hay un recuerdo muy desagradable”, puntualizó.
No obstante, Labastida resaltó que al proteger a la población más pobre, a la que no se le aplicaría IVA, se atiende el compromiso de los documentos básicos del partido, que prohíben cobrar ese impuesto a alimentos y medicinas.
El ex candidato presidencial explicó que la reforma propuesta por los senadores priístas busca atender la crisis económica que se avecina por la caída en la producción petrolera y en los ingresos de la exportación de crudo.
El país, alertó, continúa viviendo de la explotación de yacimientos descubiertos en la década de los 70 del siglo pasado. “Estamos a punto de acabárnoslos y la exploración de Petróleos Mexicanos se ha reducido por falta de recursos, porque nuestra economía está petrolizada y depende en 90 por ciento de los ingresos petroleros”, subrayó.
Labastida, explicaron diputados asistentes a la reunión, dijo que la reforma propuesta por los senadores, que incluye la desaparición del IETU, implicaría un aumento de 10 puntos del PIB en la recaudación, porque aun cuando se plantea una reducción de tasas, se lograría un aumento en la base gravable, elevar la eficacia recaudatoria y cobrar impuestos en alimentos de lujo.
El senador presentó a los diputados la Ley del IVA de 1980 que, expuso, no contemplaba exenciones. “Pero conforme el país pasó por momentos de suficiencia en los ingresos, se fueron concediendo, por goteo, ampliaciones a la tasa cero que se volvieron irreversibles y llevaron a un régimen en donde no pagan los contribuyentes y no se cobra en productos que debían pagar”, afirmó.
Enrique Méndez y Fabiola Martínez, La Jornada, 16 de febrero.
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