Dado el escenario que vive Estados Unidos, establecer un programa de trabajadores temporales es una buena manera de impulsar la economía de ese país, aseguró Helen Krieble, presidenta de la Foundation Vernon K. Krieble, promotora de la llamada blue card o visa temporal estadounidense.
Luego de impartir la Conferencia Internacional "Cruzando el muro. Soluciones de mercado para el problema migratorio México-EU", Krieble explicó para El Economista que Estados Unidos necesita en este momento de una gran cantidad de mano de obra para mantener el ritmo de su economía y que no consigue fácilmente entre sus propios ciudadanos, por lo que existe una demanda insatisfecha que puede resolverse a través de los permisos temporales de trabajo.
Pero más allá, este programa, una iniciativa del sector privado estadounidense, representa una solución simple e inmediata al problema de la seguridad fronteriza y la inmigración ilegal en el país del norte, de acuerdo con la experta.
Detalló que la mayoría de los inmigrantes indocumentados en realidad no buscan convertirse en ciudadanos sino en trabajadores legales, por lo que estos permisos no tienen nada que ver con el plan de ciudadanía estadounidense.
Además el programa sería aplicado por la iniciativa privada, lo que agilizaría todo el proceso pues agencias de empleo establecidas en el extranjero facilitarían la verificación de antecedentes y la coordinación de las oportunidades laborales realmente disponibles. No obstante, para comprobar la información de cada aspirante y que no tenga antecedentes criminalísticos, es necesario que su país de origen abra su base de datos a las agencias.
Krieble comentó que según encuestas 75% de la población estadounidense efectivamente desea más seguridad en la frontera, pero a la vez también quiere un programa de trabajadores temporales, y agregó que éste es un factor que los actuales aspirantes a la Casa Blanca deben tomar en cuenta.
"Si tienes un programa de trabajadores invitados y por consiguiente 90% de la gente cruza la frontera legalmente, las únicas personas que ingresarán de manera ilegal, serán criminales", dijo la experta.
Agregó que en el siglo pasado, cuando se aplicó el Programa Bracero entre México y Estados Unidos, había 1 millón de arrestos en la frontera. Cuando el sistema se fortaleció el número disminuyó en 35,000; sin embargo, al concluir el proyecto el índice volvió a subir.
Krieble mencionó que los republicanos son los principales partidarios de este proyecto, entre ellos el aspirante a la Presidencia estadounidense, Mitt Romney. Y explicó que el menor apoyo de los demócratas encuentra su razón de ser en que ese partido tiende a desconfiar más del sector privado.
Finalmente, Krieble dijo que luego de las elecciones presidenciales estadounidenses este año, será el momento perfecto para poner el tema sobre la mesa, y dado que la Fundación que preside tiene prohibido por ley cabildear en el Congreso, su estrategia es buscar el mayor apoyo entre la población y los políticos de Estados Unidos y de México.
Luego de impartir la Conferencia Internacional "Cruzando el muro. Soluciones de mercado para el problema migratorio México-EU", Krieble explicó para El Economista que Estados Unidos necesita en este momento de una gran cantidad de mano de obra para mantener el ritmo de su economía y que no consigue fácilmente entre sus propios ciudadanos, por lo que existe una demanda insatisfecha que puede resolverse a través de los permisos temporales de trabajo.
Pero más allá, este programa, una iniciativa del sector privado estadounidense, representa una solución simple e inmediata al problema de la seguridad fronteriza y la inmigración ilegal en el país del norte, de acuerdo con la experta.
Detalló que la mayoría de los inmigrantes indocumentados en realidad no buscan convertirse en ciudadanos sino en trabajadores legales, por lo que estos permisos no tienen nada que ver con el plan de ciudadanía estadounidense.
Además el programa sería aplicado por la iniciativa privada, lo que agilizaría todo el proceso pues agencias de empleo establecidas en el extranjero facilitarían la verificación de antecedentes y la coordinación de las oportunidades laborales realmente disponibles. No obstante, para comprobar la información de cada aspirante y que no tenga antecedentes criminalísticos, es necesario que su país de origen abra su base de datos a las agencias.
Krieble comentó que según encuestas 75% de la población estadounidense efectivamente desea más seguridad en la frontera, pero a la vez también quiere un programa de trabajadores temporales, y agregó que éste es un factor que los actuales aspirantes a la Casa Blanca deben tomar en cuenta.
"Si tienes un programa de trabajadores invitados y por consiguiente 90% de la gente cruza la frontera legalmente, las únicas personas que ingresarán de manera ilegal, serán criminales", dijo la experta.
Agregó que en el siglo pasado, cuando se aplicó el Programa Bracero entre México y Estados Unidos, había 1 millón de arrestos en la frontera. Cuando el sistema se fortaleció el número disminuyó en 35,000; sin embargo, al concluir el proyecto el índice volvió a subir.
Krieble mencionó que los republicanos son los principales partidarios de este proyecto, entre ellos el aspirante a la Presidencia estadounidense, Mitt Romney. Y explicó que el menor apoyo de los demócratas encuentra su razón de ser en que ese partido tiende a desconfiar más del sector privado.
Finalmente, Krieble dijo que luego de las elecciones presidenciales estadounidenses este año, será el momento perfecto para poner el tema sobre la mesa, y dado que la Fundación que preside tiene prohibido por ley cabildear en el Congreso, su estrategia es buscar el mayor apoyo entre la población y los políticos de Estados Unidos y de México.
Nota de Patricia Alamilla, El Economista, 25 de enero.
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