Dice el subsecretario de Egresos de Hacienda, Ernesto Cordero: "No hay de qué preocuparse, y es necesario firmar un pacto para la escalada de precios, porque la inflación está controlada"...
Incluso aseveró: "algunos precios dependientes del gobierno se han reducido", y atribuyó a la "confusión" los señalamientos de que había subido el precio de la gasolina, cuando ni siquiera entraba en vigor el decreto del 6 de enero...
¿Sííí?, pregunta, ¿seguro que no hay "de qué preocuparse"?
Pues ya reportes oficiales indicaron que el precio promedio de 42 productos que integran la canasta básica de consumo han subido de precio hasta 35.6 por ciento...
Pero no hay de qué preocuparse, total, los muertos "de hambre" no se quejarán...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 10 de enero.
Inusual reconocimiento presidencial recibió ayer el subsecretario de Egresos, Ernesto Cordero — con quien mantiene una estrecha relación de amistad, el jefe del Ejecutivo—. Felipe Calderón destacó la tarea del subalterno de Agustín Carstens en la aprobación del Presupuesto Federal de Egresos y la posibilidad que permite de conceder mayor proporción de gasto al sector salud. A Cordero se le ha candidateado extraoficialmente para ocupar una secretaría de Estado. Incluso se habla de que podría ocupar la Secretaría de Economía, que hoy tiene Eduardo Sojo.
Marco Antonio Mares, “Ricos y poderosos”, Crónica, 10 de enero.
Que Ernesto Cordero será el nuevo secretario de Desarrollo Social. Cordero es subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y amigo cercano del presidente Calderón, además de haber sido el hombre fuerte en temas económicos en el equipo de transición.
El Presidente apostará por él y no por el director del Seguro Social, Juan Molinar Horcasitas.
“Trascendió”, Milenio, 14 de enero.
Pues resulta que el actual subsecretario de Egresos, Ernesto Cordero, sí será, en breve, secretario de Estado. De ello prácticamente no había duda. Lo que prácticamente es un hecho es que será secretario de Desarrollo Social, en sustitución de Beatriz Zavala Peniche. Todo parece indicar que la secretaria de Energía, Georgina Kessel, se mantendrá en su cargo, pues tiene toda la confianza del presidente Felipe Calderón. Ernesto Cordero es uno de los hombres más cercanos al jefe del Ejecutivo en materia económica.
Marco Antonio Mares, “Ricos y poderosos”, Crónica, 15 de enero.
Beatriz Zavala ha trabajado bien, ha sido una buena secretaria de Desarrollo Social, aunque ahora con su salida del gabinete se puede pensar que Ernesto Cordero, el subsecretario de Egresos de Hacienda, podría llegar a sustituirla. El gobierno de Felipe Calderón analiza el movimiento, a pesar de que mucho sonaba Cordero para apoyar la reforma energética.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 15 de enero.
Se da como un hecho que Ernesto Cordero, subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y uno de los hombres de confianza del primer mandatario, substituirá a Beatriz Zavala en la Secretaría de Desarrollo Social. Doctor en economía por la Universidad de Pensilvania, el próximo titular de la Sedesol, joven militante del PAN, trabajó con Calderón en la Secretaría de Energía. Fue subsecretario de Planeación Energética.
Junto con el nuevo subsecretario de Ingresos de Hacienda, José Antonio Meade, Ernesto Cordero logró la hazaña de establecer buena comunicación con los diputados, incluidos los perredistas no radicales, durante las negociaciones sobre la reforma fiscal.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 15 de enero.
Se lo anticipé en este espacio: Ernesto Cordero es ya el nuevo secretario de Desarrollo Social y en su lugar como subsecretario de Ingresos queda Dionisio Pérez Jácome, ex coordinador de Asesores del presidente Felipe Calderón.
Marco Antonio Mares, “Ricos y poderosos”, Crónica, 16 de enero.
El feliPato sigue privilegiando lo íntimo. En lugar de aprovechar el despido de la ineficaz yucateca Beatriz Zavala Peniche (prima hermana de Carlos Cabal Peniche) para colocar en Sedeso a un personaje de altos vuelos en la materia, o para airear el encerrado ambiente cortesano de Los Pinos, se ha vuelto a optar por un personaje de corta carrera e ínfima presencia pública. Ernesto Cordero Arroyo tiene como mérito impulsor formar parte de la cofradía personal de San Felipe y haber ocupado cargos técnicos en San Lázaro, la Secretaría de Energía y la casa formalmente presidencial al lado de un michoacano que parece más interesado en cuidarse las espaldas y en rodearse de colaboradores de menor talla política que la suya, que en ofrecer a los mexicanos algún esbozo de promesa de que podría dejar de actuar con criterios facciosos, propios de una banda de cómplices aferrados a no poner en riesgo el botín institucional
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 16 de enero.
Ernesto Cordero, el nuevo titular de la Sedesol, es uno de los hombres más cercanos y de mayor confianza del presidente Calderón. Estuvo con él desde mucho tiempo atrás y fue clave en la precampaña y en la elección presidencial. Durante este primer año, fue un poderoso subsecretario de Egresos y trabajó en forma muy cercana con Agustín Carstens para la reforma fiscal y la elaboración del Presupuesto. Desde la Subsecretaría de Egresos es donde se tiene el panorama global de lo que se gasta y cómo se gasta; es allí donde tienen que ir los gobernadores y presidentes municipales para sacar adelante sus proyectos, sobre todo cuando el subsecretario, como era el caso de Cordero, tiene línea directa con el Presidente de la República. Eso le dio a Cordero una experiencia y una capacidad de interlocución que se suman a la confianza plena del mandatario y de su círculo más cercano
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 16 de enero.
Pero si resulta cuestionable el relevo de Beatriz Zavala mediante el método nada claro que se aplicó en Los Pinos, es igualmente criticable la designación de Ernesto Cordero para ocupar la titularidad de la Sedesol. En el caso de Beatriz Zavala, todos saben que se trata de una mujer con experiencia política —en el Congreso yucateco y en el federal—, mantiene un parentesco nada menos que con Carlos Castillo Peraza —aunque de la rama familiar no católica—, y realizó estudios precisamente para desempeñar un cargo como el que tenía en la Sedesol. Acaso su pecado haya sido, aunque no lo crean, su pensamiento liberal.
Y tendrían razón quienes pudieran cuestionar las cualidades de la hoy ex secretaria. Pero, ¿qué decir, frente a eso, de las cartas credenciales de Ernesto Cordero? Nadie duda que es un joven talentoso, como millones de mexicanos, que tiene estudios de doctorado en el extranjero, como miles de mexicanos. Y claro, la ¿virtud? clave. Que es amigo del presidente Calderón. A eso se reduce todo. Y eso, precisamente, era lo que se cuestionaba en el PAN y entre la izquierda mexicana, cuando el PRI era gobierno y cuando los azules y los hoy amarillos no eran poder. Ahora resulta que ser amigo del Presidente trasmite al elegido —como por osmosis— todos los talentos y las habilidades. “Lo que natura no da, el Presidente sí presta”. Curiosa conclusión
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 16 de enero.
El atributo de Cordero, my friend, miembro ilustre del Gymboree presidencial, es ser uno de los hombres de confianza. Y ésta es fundamental para reafirmar la insegura y paranoica personalidad de Felipe.
En la decisión pesó la cercanía, amistad (travesuras incluidas), y sigue la estrategia presidencial donde los cargos claves que hacen falta en su gabinete, serán para construir la pasarela. Los (des)tapados de Felipe para manejar su sucesión cual distinguido neopriista.
La importancia de los programas sociales son sus resultados... electorales. La pobreza la representan gráficas, estadísticas, padrones y bocetos. ¡Ah!, y la foto.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 16 de enero.
El nuevo secretario de Sedesol, Ernesto Cordero, es un joven economista egresado del ITAM y hasta ayer ocupante de la importante Subsecretaría de Egresos. Se trata de un político cercano al afecto del presidente, con quien ha venido colaborando desde hace 10 años.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 16 de enero.
El nuevo secretario de Desarrollo Social es un actuario. Era hasta ayer subsecretario de Egresos en Hacienda. Él mismo declaró que vigilará obsesivamente que se aplique correctamente cada peso destinado en el presupuesto al desarrollo social. Vamos, no se vislumbra un cambio de fondo en la materia
Raúl Rodríguez Cortés, “Gran angular”, El Gráfico, 16 de enero.
El nuevo secretario es licenciado en Auditoría por el ITAM, y doctor en Economía por la Universidad de Pennsylvania.
Su papá, doctor, y su mamá enfermera. Por cierto, el Premio al Mérito en Enfermería lleva el nombre de ella, Graciela Arroyo de Cordero.
Con Calderón fueron compañeros de clase en el ITAM. Dice que su ahora jefe era un buen estudiante. Lo califica como “el compañero ideal de clases”.
La materia que más le gustaba eran las matemáticas.
Oh, oh, ayer en la Sedesol, la preocupación era esa: que como es un hombre de números, algunos no les cuadraban…
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 16 de enero.
Ernesto Cordero conoció a Felipe Calderón en 1992, cuando ambos cursaban una maestría en administración en el Instituto Tecnológico Autónomo de México: “Fuimos compañeros de clase. Era buen estudiante, muy responsable, pero también es de trato muy afable, el compañero de clases ideal. Es alguien responsable, que aporta a la hora de estudiar, pero además es muy ameno para estar con él en las horas ahorcadas en la escuela”, dijo el ahora secretario a la revista Líderes Mexicanos. También expresó su “especial agradecimiento” a quien fue su “primera jefa” y quien “sin duda me enseñó a trabajar”, Georgina Kessel, en la Secretaría de Energía y en la Comisión Reguladora de Energía (Kessel, con la llegada del calderonismo, fue nombrada titular de la Secretaría de Energía). En otro pasaje de la citada entrevista, Cordero narró cómo eligió la carrera profesional que cursaría: “la materia que más me ha gustado es matemáticas. No era bueno para la química, anatomía no me hacía mucha gracia, biología, tampoco. Entonces me decidí por la licenciatura en actuaría, que son básicamente matemáticas aplicadas”. Al terminar esa carrera “estaba convencido, por los cursos que había llevado, por mis vocaciones personales, que quería ser economista y muy probablemente servidor público”, así es que hizo maestría y doctorado en economía en la Universidad de Pensilvania
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 16 de enero
La designación de Ernesto Cordero Arroyo fue bien recibida por varios sectores empresariales.
Es un técnico económico del ITAM, donde logró la licenciatura en actuaría. Tiene doctorado en economía en la Universidad de Pennsylvania.
Hombre cercano a Felipe Calderón, de quien fue coordinador de Asesores y coordinador de Propuesta en Política Pública cuando fue candidato a la presidencia en el 2006.
También lo acompañó en la Secretaría de Energía, donde ocupó la Subsecretaría de Planeación Energética y Desarrollo Tecnológico y al paso de Calderón por Banobras fue director de Administración Integral de Riesgos, donde participó en el proceso de financiamiento de la infraestructura productiva nacional.
La cercanía con Felipe Calderón lo pone hoy como el delfín para la candidatura panista a la Presidencia de la República.
Víctor Sánchez Baños, Crónica, 16 de enero.
En la discreta ceremonia donde se dio posesión a Cordero, lo más importante fue la frase final del presidente Calderón cuando instruyó al nuevo secretario a poner un “nuevo énfasis” en la política social y le ordenó “articular” la misma en consonancia con las políticas públicas del gobierno federal. Esa será la enorme diferencia: Zavala, con aciertos y errores, no era parte del equipo cercano del presidente Calderón y su operación, como la de muchos otros secretarios, pasaba por el filtro de la Oficina de la Presidencia que encabeza Juan Camilo Mouriño. Con Cordero no será así, va a trabajar en forma directa con el Presidente y desde la Sedesol se articulará el conjunto de las políticas sociales: esa es la instrucción para Cordero e incluso deberá ser con él, entonces, con quien tendrán que acordar, en ese ámbito, otros funcionarios. En los hechos se refuerza el esquema actual de concentración del poder y las decisiones en el equipo más cercano del Presidente, pero se abre un nuevo espacio de operación, desde el gabinete, para ello
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 16 de enero.
La designación de Cordero en lugar de Beatriz Zavala es un triunfo de la tecnocracia sobre la política. Esas dos maneras de ejercer el poder suelen estar en tensión cuando no en disputa. Calderón ha preferido privilegiar los criterios técnicos sobre los políticos en esta etapa de la Sedesol, lo que haría suponer que Cordero será también un secretario provisional, pues cuando se acerque el relevo presidencial el manejo de los vastos recursos y la red de contactos políticos propios de esa Secretaría volverán a ser manejados no sólo con sentido político sino partidario.
Cordero es actuario y completó su formación matemática con una maestría en administración y el doctorado en economía en Pennsylvania. Su breve carrera pública, siempre cercano a Calderón, corresponde a esa preparación: director de Administración de Riesgos en Banobras, subsecretario de Planeación en Energía, subsecretario de Egresos en Hacienda. La ruta de Beatriz Zavala ha sido política, y sus grados y desempeños parten de las ciencias sociales: a su licenciatura en antropología social (obtenida en la Universidad de Yucatán) agregó una maestría en sociología (por la de Kentucky) y realizó carrera académica en su tierra natal hasta que hace 10 años, en 1997, ingresó formalmente en la política, como diputada federal. Lo fue una vez más en 2003, en el interregno fue diputada local, y hace dos años fue elegida senadora por mayoría, con muchos votos más que la candidata priista, Ivonne Ortega, que hoy es gobernadora de esa entidad.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 16 de enero.
Para Ernesto Cordero los retos al frente de la Sedesol son múltiples porque tendrá que reforzar los programas sociales, reconstituir la relación con los gobiernos estatales y demostrar que efectivamente su gestión rinda mejores resultados en el combate a la pobreza.
El problema es que en contra tiene que este año es económicamente más difícil que el 2007, por los temores sobre la contracción económica en Estados Unidos.
La semana pasada, al participar en el seminario de exalumnos del ITAM, tanto el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, como el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, redujeron sus expectativas de crecimiento para la economía mexicana, lo que implicará más presiones en la creación de empleos y desde luego en el combate a la pobreza, que se pretende paliar con el aumento en el presupuesto de los programas sociales.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 16 de enero.
El relevo al frente de la Sedeso hace pertinente recordar la ausencia de una política social definida en el gobierno federal, no sólo en lo que va de la administración presente, sino por lo menos durante los tres sexenios anteriores: Carlos Salinas de Gortari destinó el presupuesto social a la creación del extinto Programa Nacional de Solidaridad, Pronasol, utilizado con fines propagandísticos, electorales y de control corporativo; en el sexenio de Ernesto Zedillo se empleó gran parte de los recursos públicos en subsidiar y rescatar los negocios privados de unos cuantos, y en el foxismo se dio una combinación de ambas actitudes: se subsidió ampliamente al sector empresarial y se utilizó a la Sedeso y sus programas como plataforma político-electoral del partido en el poder.
Editorial, La Jornada, 16 de enero.
Aunque el relevo de Beatriz Zavala por Ernesto Cordero al frente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) puede interpretarse como el primer ajuste sobresaliente del gabinete del presidente Felipe Calderón, lo cierto es que el movimiento tiene "cola que le pisen".
A Cordero le toca una tarea muy difícil: "despartidizar" la política de desarrollo social del gobierno, pues "despolitizarla" creo que sería imposible.
El presupuesto que coordina la Sedesol va más allá de lo que tiene determinado, pues los recursos asignados a la Secretaría de Gobernación, de Salud, Sagarpa, de Economía, SCT y hasta el IMSS, son ejecutados por los programas que coordina esta dependencia.
Y si a eso se agregan los recursos que se complementan con los de estados y municipios en el Ramo 33 y el 28, que a veces son los más conflictivos, se entiende por qué el ajuste en el gabinete fue necesario.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 16 de enero.
Lo que se confirma con el cambio en Sedesol son dos cosas: por un lado que al presidente Felipe Calderón le gusta tapar un hoyo destapando otro porque en lugar de Ernesto Cordero nombró como subsecretario de Egresos en la SHCP a Dionisio Pérez Jácome, quien se desempeñaba como su Coodinador de Asesores.
Por otro lado, es evidentemente también que el presidente Calderón prefiere tener en la Subsecretaría de Egresos a alguien de su total confianza porque Pérez Jácome es uno de sus funcionarios más cercanos desde la campaña como, lo es también Ernesto Cordero.
De hecho Agustín Carstens es uno de los Secretarios que ha tenido mayor libertad para nombrar a su equipo de Subsecretarios, con la excepción del área de Egresos.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 16 de enero.
Los analistas bisoños se preguntaban ayer por qué el presidente Felipe Calderón designó a Ernesto Cordero como titular de la Secretaría de Desarrollo Social en sustitución de Beatriz Zavala Peniche, si el joven Cordero no sólo no tiene experiencia en la materia sino tampoco sensibilidad política, ni otras cositas que se requieren para tan importante cargo. El mismo Cordero les respondió, palabras más, palabras menos: buena parte de mi vida como funcionario del gobierno la he pasado diseñando políticas públicas, y mi preocupación siempre han sido los pobres.
Sin embargo, los observadores políticos objetivos, imparciales, enhiestos y erectos se muestran preocupados por este y otros nombramientos en el gabinetazo que se rumora que vienen, en donde al parecer lo que predominará será la lealtad y no la capacidad. O como decía el general don Porfirio Díaz: "Prefiero adeptos aunque sean ineptos." Ante este argumento, no hay defensa, responden los mismos observadores.
Luis Soto, “Agenda confidencial”, El Financiero, 16 de enero.
La llegada de Cordero, cuya cercanía con el presidente se ratificó desde que fue nombrado coordinador económico para el periodo de transición, al grado de que algunos lo hacían secretario de Hacienda, muestra que Calderón no está dispuesto a abdicar de ninguna de las facultades constitucionales que tiene.
De hecho, el gobierno, y a Ernesto Cordero le toca dar la batalla, está dispuesto a poner el "pie firme" para defender su facultad para ejercer el gasto social, y para ello tiene la encomienda de entregar a mediados de año la evaluación sobre la influencia que tienen las delegaciones de la Sedesol en la estructura política de los estados, y aprovechando que en este 2008 las 12 elecciones son de legislaturas locales o de municipios, ninguna de gobernador, se puedan adoptar medidas para garantizar el hacer públicos los padrones de la Sedesol y despolitizar, como dicen los enterados, el ejercicio del gasto social.
El estudio será encargado a un tercero, que obviamente no será el Consejo Nacional de Evaluación de los programas de Desarrollo Social (Coneval), que encabeza Gerardo González Licona, pero se dice que podría ser un grupo de académicos de diversas universidades.
Pero no queda claro si los partidos políticos y los gobernadores de los estados dejarán de quejarse de la influencia política de los delegados federales, si en esa evaluación no intervienen el representante de esos partidos políticos.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 16 de enero.
Allí estarán las grandes diferencias que implicará la llegada de Cordero en lugar de Zavala: operación en forma directa y personal con el Presidente, coordinación de facto del gabinete social desde la Sedesol, así como reglas del juego más transparentes, pero que también permiten una presencia mayor del gobierno federal en el seguimiento de las políticas sociales. Claro, para que todo esto funcione adecuadamente o al menos como está concebido se requerirá que Cordero, además del talento técnico, asuma que el suyo es un cargo eminentemente político. Desde la Sedesol debe haber política porque es uno de los principales instrumentos de cualquier gobierno: ninguna administración, de ningún color partidario, tendrá éxito, sin una política social que no sólo sea eficiente, sino percibida como tal, que obtenga logros concretos, pero también genere y catalice las expectativas de la gente. Por allí pasa el principal y más importante desafío de Cordero, pero, sobre todo, de la administración de Calderón. Hoy, el otro, se definirá con el reemplazo de Francisco Ramírez Acuña
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 16 de enero.
Por el otro lado, los simplones también aseguraron que ya todo el mundo sabía que Ernesto Cordero ocuparía este cargo. Independientemente de que son los mismos que días y horas antes juraban que Sedesol correspondería a Juan Molinar Horcasitas, son los mismos que según ellos leyeron los mensajes cifrados de Calderón.
Cordero es, sin lugar a dudas, el asesor económico más cercano al Presidente. Desde la campaña electoral, el ahora titular de Sedesol no sólo diseñó el programa económico, sino que jugó un papel mucho más que destacado en la forma en que gasta el gobierno federal. No sólo con las leyes de transparencia sino con el establecimiento de parámetros para medir la efectividad de los programas.
Cuando el Presidente habló de una nueva política social, se refería con puntualidad a medidas sociales que realmente cambien la forma en que viven los que menos tienen. No sólo se trata de diseñar programas y que se gaste bien el dinero, sino que den resultados.
Así, su llegada a Sedesol se explica porque él diseñó las nuevas formas de medir la efectividad del gasto y, si hay un lugar donde sea sensible la utilización del gasto, es precisamente en las áreas sociales.
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 16 de enero.
Que el primer gobernador en saludar al flamante secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, fue el nayarita Ney González.
Además de felicitar a su paisano Cordero, Ney le pidió ser mano cuando abra su oficina para recibir a gobernadores.
“Trascendió”, Milenio, 16 de enero.
Ni hay sorpresas en los nombramientos de Cordero y de Mouriño ni secretos con respecto a lo que quiere el Presidente de su desempeño. “Instruyo a Ernesto Cordero a impulsar una nueva política social que permita avanzar más rápidamente en el objetivo de reducir la desigualdad y la pobreza del país. Que dé un nuevo énfasis que ponga la política social al frente de las tareas de gobierno...”, dijo Calderón. Sus palabras reflejan el ánimo de que Zavala se había agotado y no daba para más.
Y, no en pocas ocasiones, el presidente Calderón había mostrado su decepción por cómo se había trabajado en la Sedesol. La salida de Zavala es una cartera perdida para el panismo y hoy será ocupada por alguien de mayor cercanía al Ejecutivo.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 17 de enero.
El discurso inaugural de Ernesto Cordero como secretario de Desarrollo Social no ofrece un mensaje tan claro. El ex subsecretario de Egresos prometió trabajar "para desarrollar las capacidades básicas de las mexicanas y los mexicanos en situación de pobreza, para abatir el rezago que enfrentan los grupos vulnerables, para disminuir las disparidades regionales y para elevar la calidad de vida de las zonas marginadas en las ciudades". Un simple rollo político. Habrá que suponer entonces que el problema de Zavala es que no tuvo la capacidad administrativa para manejar uno de los presupuestos más importantes del gobierno federal. Eso explicaría por qué se le reemplazó con un técnico como Cordero.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 17 de enero.
Lo primero que hará Ernesto Cordero en la Secretaría de Desarrollo Social es una revisión a fondo de todos los programas para evaluar no sólo sino hay lo que él denomina como "fugas" en el otorgamiento de los recursos, sino si realmente están cumpliendo con su objetivo de combatir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de las comunidades más marginadas.
Y en torno a las "fugas" de recursos no sólo se refiere a posibles actos de corrupción sino de ineficiencia administrativa.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 17 de enero.
Ayer., en este mismo espacio comentamos acerca de la llegada de Ernesto Cordero a la Sedesol, una institución que está encaminada a repartir beneficios a los más necesitados del país. Algunos lo ven como una catapulta de miles de millones de pesos, para hacer ver a los políticos que invierten inteligentemente.
Cordero., le sabe a los números y lleva como una ventaja la de no hacer las cosas con la mano izquierda. Sabe que la mano debe ser firme en el manejo de los recursos y que las cuentas deben quedar claras. Para asuntos políticos la mano izquierda es buena, pero siempre se abusa.
Víctor Sánchez Baños, Crónica, 17 de enero.
Sin criticar directamente a su antecesora, Cordero sí señala que se debe reforzar la coordinación no sólo con los gobiernos estatales, sino al interior del gobierno federal porque en las diversas dependencias públicas hay programas de apoyo a las clases más pobres del país.
En principio Cordero no piensa realizar cambios de Subsecretarios y meterá el acelerador a fondo en el diagnóstico y evaluación de los programas.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 17 de enero.
El secretario de la Sedesol, Ernesto Cordero, es otro joven que pertenece al grupo cercano y a la construcción paulatina de un equipo pensado para tareas importantes. Mientras que la Secretaria que se va parecía, mucho más, un arreglo de genero y de compromiso político, Cordero atiende mucho más a una visión que el Presidente tiene sobre este tema.
A estos jóvenes pareciera que les atañe, con proyectos compartidos, un problema principal. Los dos nuevos colaboradores del Presidente tienen enfrente un problema que, básicamente, consiste en la efectividad de las instituciones y en la visión con las que se afronten dichos problemas.
Y en ambas instituciones, el problema que pone a prueba a todas las soluciones ofrecidas hasta ahora, uno parece como central: el EPR
Miguel González Compeán, Crónica, 18 de enero.
El presidente Calderón retoma el discurso de las manos limpias, al asegurar que 65% de los beneficios de la reforma fiscal van a obra pública, para acabar con tres materiales corrosivos prevalecientes en el pasado: falta de dinero, ineficiencia y corrupción. Tocó el tema Sedesol, donde cambió a Beatriz Zavala por Ernesto Cordero; se extienden las becas para adultos mayores a todas las poblaciones con menos de diez mil habitantes
“Frentes Políticos”, Excélsior, 18 de enero.
Si la designación de Beatriz Zavala respondía a la necesidad de darle espacio a la cuota de género en el gobierno en virtud del manejo que de ella prometían o hacían tanto López Obrador como Vicente Fox, Calderón deja sentir que ésa ya no es una preocupación y que, por lo mismo, Zavala puede pasar del gobierno al partido sin que otra mujer la suceda en Desarrollo Social. El mandatario decidió ocupar esa importante posición con un cuadro mucho más allegado a él, como lo es Ernesto Cordero.
El asunto no es menor, la Secretaría de Desarrollo Social es de las pocas dependencias que "da", en lugar de "quitar" u "obligar". De ahí que quien la ocupe, si cuenta con la habilidad necesaria, tiene la oportunidad de proyectarse personalmente o, bien, de darle un rostro amable y generoso al gobierno en turno. Y es evidente que Ernesto Cordero va a darle ese rostro al gobierno, recogiendo los hilos de la asistencia y la ayuda social para que no sean los gobernadores quienes hagan caravanas con recursos del gobierno federal.
En estricto sentido, no se estaba aprovechando el instrumento que representa la Secretaría de Desarrollo Social. No se veía, valga la expresión, la política social, siendo que es de los pocos recursos con los que Calderón cuenta para darle algo de lustre a su gobierno.
Es debatible, desde luego, por qué no se veía esa política. Algunos aseguran que el círculo estrecho de Los Pinos más de una zancadilla le puso a la propia Beatriz Zavala, como otros aseguran que la funcionaria no tenía la talla para el puesto.
Lo cierto es que ahora Calderón tiene a un operador cercano en esa dependencia. Técnicamente mejor preparado y políticamente... están por verse sus habilidades.
René Delgado, “Sobreaviso”, Reforma, 19 de enero.
Si Mouriño es el bello (lo cual ha llevado a Katia D’Artigues a decir que el 2012 pinta para ser una pasarela entre galanes con Ebrard, Peña Nieto y Mouriño), Ernesto Cordero, el nuevo secretario de la Sedesol, es el bueno. Un nerd de las finanzas y la administración; un técnico puro fascinado por las matemáticas. Una excelente persona que podría convertirse en un pésimo responsable de la agenda social del país.
En los últimos dos años las administraciones panistas han impuesto criterios procedentes de la iniciativa privada para operar el gasto social. Las organizaciones sociales son obligadas a burocratizarse para responder a nuevos criterios de evaluación, sistemas contables y de cómputo, esquemas ISO9000. Todo el que haya tenido contacto con campesinos, sectores desprotegidos y ONG sabe que los programas sociales tienen éxito en la medida en que los destinatarios comparten los criterios y hacen suya la propuesta. La orientación y evaluación del gasto social no puede ser establecida con criterios emanados de una hoja de cálculo. La ausencia de vocación de Cordero y su fama de celador del dinero, arrojan serias dudas sobre el interés o la sensibilidad de Calderón en este tema
Jorge Zepeda Patterson, El Universal, 20 de enero.
Reformaron el 27 para acabar con la propiedad social; ponerla en el mercado y atraer capital para integrar unidades modernas de producción. Ni un dólar llegó al campo, a las tierras áridas de cielos vacíos. Los desastres naturales completaron la obra destructora. Siempre dependimos de los huracanes para llenar las presas y poder sembrar de temporal. Felipe Calderón quitó a Ernesto Cordero de la estratégica subsecretaría de Egresos para suplir en Sedesol a Beatriz Zavala. Cordero es actuario del ITAM y economista; fue subsecretario de Energía al mando de Felipe Calderón. Es hombre de números y de confianza, como para incrementar las sospechas y denuncias de que Sedeso ha sido instrumento de clientelismo político. Padrón de pobres para llenar urnas. Manlio Fabio Beltrones vio la tempestad y propuso desaparecer la secretaría; el PRD denuncia abusos del erario y por una vez coinciden los Chuchos y los cabales del legítimo
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 20 de enero.
En México contamos con una representación reciente de esta integración trinitaria. Hace ya tiempo que el liderazgo político de Felipe Calderón descansa sobre una fórmula como la aquí descrita. Un triunvirato que lleva forjándose desde hace más de tres lustros.
Durante los años 90, mientras el actual Presidente de la República estudiaba un diplomado en el ITAM, conoció en las aulas a Ernesto Cordero, un economista serio que después se inscribió en la Universidad de Pensilvania para cursar su doctorado.
Quienes conocen a Calderón cuentan que, desde aquel momento, quedó deslumbrado por su compañero de clase. Nunca perdió contacto con Cordero durante los años siguientes al punto en que, una vez que ocupara el cargo de líder de la bancada parlamentaria de Acción Nacional (2000-2003), lo nombró su principal asesor económico
Ricardo Raphael, El Universal, 21 de enero.
Que Ernesto Cordero encontró un auténtico relajo de papeles al llegar a la Secretaría de Desarrollo Social.
Faltan expedientes y hay otros incompletos. Además, misteriosamente se borró la información de varias computadoras.
¿Pues qué ocultarán?
“Trascendió”, Milenio, 21 de enero.
Más adelante, ya al frente de Banobras, el ahora Presidente le entregó a Cordero una dirección importante en esa institución financiera y luego, cuando Vicente Fox designara a Calderón como secretario de Energía, Cordero ocupó de inmediato una subsecretaría.
La posición centralísima de este economista, en la ruta trazada por su jefe para llegar a la Presidencia, se materializó durante el año 2000. Fue en la contienda constitucional que Cordero se hizo cargo de los discursos más importantes pronunciados por Calderón y, sobre todo, de las intervenciones que el panista hiciera en los debates presidenciales.
Ya para esas fechas, en el equipo cercano a Felipe Calderón nadie le disputaba a Ernesto Cordero el papel de “gurú ideológico” o, en la clasificación hecha anteriormente, de cerebro dentro del futuro grupo gobernante
Ricardo Raphael, El Universal, 21 de enero.
El secretario de Desarrollo Social prefiere centrarse en los temas de la cartera social. Y lo hace con realismo.
Contra lo que acostumbra la mayoría de los funcionarios públicos, el titular de Sedesol reconoce que ningún país del mundo ha logrado eliminar por completo la pobreza. Lo que sí es posible es reducirla al mínimo. Su objetivo es reducirla a 10 millones de mexicanos para el final del sexenio.
Es una meta ambiciosa —reconoce— pero factible; pese al contexto recesivo en la economía de Estados Unidos. Su confianza emana de la fortaleza macroeconómica y de los motores internos que detonarán el crecimiento; particularmente la cuantiosa inversión que realizará el gobierno mexicano en infraestructura.
Sin embargo Cordero reconoce que más allá de la efectividad de las políticas sociales —que han sido exitosas en los últimos años, durante administraciones panistas y priístas— lo más importante para abatir la pobreza y reducir las desigualdades es el crecimiento económico. Y efectivamente, por más exitosos y eficientes que sean las políticas de desarrollo social, nada es mejor para superar la agobiante pobreza del país, que un mayor índice de crecimiento económico.
Marco Antonio Mares, “Ricos y Poderosos”, Crónica, 22 de enero.
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