LA HABANA.- En su intento de sanear las finanzas, corregir el descontrol administrativo y acabar con el robo sistemático en las empresas estatales, el Presidente Raúl Castro está colocando militares al frente de los ministerios de mayor importancia estratégica y en los sectores claves de la economía.
Analistas consultados por REFORMA estiman que el General Castro busca disciplina, eficiencia y lealtad, y se lo garantiza con la vieja guardia y los altos oficiales que se formaron como profesionales y se foguearon como empresarios cuando él era Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Fuentes diplomáticas y del sector empresarial estiman que con su creciente papel en la economía nacional, los militares cubanos manejan hoy 35 por ciento de las empresas y producen más de 60 por ciento de las divisas que entran a la Isla.
Tecnología y telecomunicaciones, agricultura, turismo, níquel, tabaco, comercio exterior e interior, construcción y hasta salud, todos los sectores son controlados.
El asunto preocupa a los líderes de la Oposición organizada.
"Los militares cubanos tienen el control de todo: el poder político, el militar y el económico-empresarial, con altos oficiales en activo o retirados al frente de los ministerios y las empresas", señaló Arnaldo Ramos, presidente del Colegio de Economistas Independientes de Cuba.
Para este disidente, ex preso político del Grupo de los 75, liberado recientemente, las Fuerzas Armadas son "un mal necesario, en algunas ocasiones, y la mayor parte de las veces un obstáculo para el desarrollo de la democracia".
"Es una institución castrense con un sistema de ordeno y mando. Y la economía debe regirse por leyes de mercado y primar en ella la libertad individual", opinó.
En sectores más moderados de la disidencia, donde se encuentra el también economista y ex preso político Óscar Espinosa, critican más el empeño del Gobierno en mantener la economía planificada que el empoderamiento de los militares.
"La IP necesita más garantías, una concepción más amplia como la ven los chinos, por ejemplo. Están extrapolando las experiencias de ellos en décadas pasadas. Quieren mantener la economía planificada y no le dan al mercado el papel que realmente debe tener", dijo Espinosa.
No obstante, el también ex diplomático opinó que en la sociedad cubana hay un vacío de liderazgo civil y el único sector preparado para cubrirlo son los militares.
Admitió que las FAR hoy tienen todo el poder porque "no hay otra alternativa con más prestigio ante la población y porque los militares son una barrera al caos, que no es un mal descartable, en la sociedad cubana".
"El Ejército va a jugar un largo papel en Cuba porque no veo otra fuerza con su nivel de organización y de respeto popular. Es el grupo que más prestigio tiene. No se conoce que haya reprimido nunca directamente al pueblo y es el más pragmático. Por esto opino que, en términos relativos, es el organismo más respetado, pese a toda la frustración social que existe y los elementos de anarquía que se detectan", agregó Espinosa.
Por su parte, empresarios extranjeros consultados por REFORMA, calificaron a los militares isleños de "cumplidores y rigurosos en los negocios".
"No serán espíritus puros, pero son serios y cumplen los compromisos", afirmó un proveedor europeo con más de una década de relación comercial con la Isla.
Analistas consultados por REFORMA estiman que el General Castro busca disciplina, eficiencia y lealtad, y se lo garantiza con la vieja guardia y los altos oficiales que se formaron como profesionales y se foguearon como empresarios cuando él era Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Fuentes diplomáticas y del sector empresarial estiman que con su creciente papel en la economía nacional, los militares cubanos manejan hoy 35 por ciento de las empresas y producen más de 60 por ciento de las divisas que entran a la Isla.
Tecnología y telecomunicaciones, agricultura, turismo, níquel, tabaco, comercio exterior e interior, construcción y hasta salud, todos los sectores son controlados.
El asunto preocupa a los líderes de la Oposición organizada.
"Los militares cubanos tienen el control de todo: el poder político, el militar y el económico-empresarial, con altos oficiales en activo o retirados al frente de los ministerios y las empresas", señaló Arnaldo Ramos, presidente del Colegio de Economistas Independientes de Cuba.
Para este disidente, ex preso político del Grupo de los 75, liberado recientemente, las Fuerzas Armadas son "un mal necesario, en algunas ocasiones, y la mayor parte de las veces un obstáculo para el desarrollo de la democracia".
"Es una institución castrense con un sistema de ordeno y mando. Y la economía debe regirse por leyes de mercado y primar en ella la libertad individual", opinó.
En sectores más moderados de la disidencia, donde se encuentra el también economista y ex preso político Óscar Espinosa, critican más el empeño del Gobierno en mantener la economía planificada que el empoderamiento de los militares.
"La IP necesita más garantías, una concepción más amplia como la ven los chinos, por ejemplo. Están extrapolando las experiencias de ellos en décadas pasadas. Quieren mantener la economía planificada y no le dan al mercado el papel que realmente debe tener", dijo Espinosa.
No obstante, el también ex diplomático opinó que en la sociedad cubana hay un vacío de liderazgo civil y el único sector preparado para cubrirlo son los militares.
Admitió que las FAR hoy tienen todo el poder porque "no hay otra alternativa con más prestigio ante la población y porque los militares son una barrera al caos, que no es un mal descartable, en la sociedad cubana".
"El Ejército va a jugar un largo papel en Cuba porque no veo otra fuerza con su nivel de organización y de respeto popular. Es el grupo que más prestigio tiene. No se conoce que haya reprimido nunca directamente al pueblo y es el más pragmático. Por esto opino que, en términos relativos, es el organismo más respetado, pese a toda la frustración social que existe y los elementos de anarquía que se detectan", agregó Espinosa.
Por su parte, empresarios extranjeros consultados por REFORMA, calificaron a los militares isleños de "cumplidores y rigurosos en los negocios".
"No serán espíritus puros, pero son serios y cumplen los compromisos", afirmó un proveedor europeo con más de una década de relación comercial con la Isla.
Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 17 de febrero.
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