La Habana, 4 de febrero. Cuba anunció hoy que juzgará “en breve” al estadunidense Alan Gross, para el que pedirá 20 años de cárcel, mientras el gobierno de Washington se manifestó “profundamente decepcionado” y reclamó la liberación inmediata del detenido.
Un comunicado oficial dijo que Gross, arrestado en diciembre de 2009, será acusado de “actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado”. Ese delito es uno de los imputados a los opositores condenados en 2003 y tiene una pena de 10 a 20 años de cárcel o la muerte.
En reacción inmediata, una portavoz de la Sección de Intereses de Estados Unidos dijo que Gross es “un trabajador para el desarrollo internacional” y ha estado detenido sin cargos durante más de un año, “contra todos los estándares internacionales de justicia y de derechos humanos”. El prisionero “debe estar en su hogar, con su familia, ahora mismo”.
El comunicado cubano añadió que ya se había informado del caso a Estados Unidos y que los cónsules de ese país, los familiares de Gross y los abogados de la familia podrán participar en el juicio.
Gross vino a Cuba trabajando para una empresa por cuenta del Departamento de Estado. Altos funcionarios lo acusaron aquí públicamente de actuar contra los intereses de la isla caribeña, pero hoy fue la primera vez que se conoció el cargo oficial.
Según el Código Penal, el delito que se le imputa lo comete quien “en interés de un Estado extranjero ejecute un hecho con el objeto de que sufra detrimento la independencia del Estado cubano o la integridad de su territorio”.
Las acusaciones verbales indicaban que el detenido distribuyó en la isla equipo de comunicación satelital entre particulares.
Mientras tanto, el arzobispado de La Habana anunció que “próximamente” serán liberados dos de los 75 opositores sentenciados en 2003, con lo cual se reanuda ese mecanismo, tras una interrupción de más de dos meses.
Según el anuncio, esta vez saldrán Ángel Juan Moya Acosta, quien se quedará en Cuba, y Guido Sigler Amaya, que “ha manifestado que desea trasladarse a Estados Unidos”. Con estos nuevos casos se reducirán a nueve los integrantes del Grupo de los 75 que aún continúan en prisión.
Hasta ahora 40 miembros de ese grupo habían salido directamente de la cárcel al exilio en España, igual que 20 presos comunes, en su mayoría condenados por intentos de emigración ilegal.
Uno más de los opositores rechazó salir a España y pudo volver a la calle y quedarse en Cuba. Hasta noviembre pasado aún había 11 del Grupo de los 75 que se negaban a exiliarse en el país europeo, lo que retrasó el proceso.
Moya, condenado a 20 años de cárcel, es el esposo de Berta Soler, una de las portavoces de las Damas de Blanco (esposas de opositores presos). Sigler, con la misma sentencia, tiene dos hermanos, igualmente ex presos políticos, que viven en Estados Unidos.
Un comunicado oficial dijo que Gross, arrestado en diciembre de 2009, será acusado de “actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado”. Ese delito es uno de los imputados a los opositores condenados en 2003 y tiene una pena de 10 a 20 años de cárcel o la muerte.
En reacción inmediata, una portavoz de la Sección de Intereses de Estados Unidos dijo que Gross es “un trabajador para el desarrollo internacional” y ha estado detenido sin cargos durante más de un año, “contra todos los estándares internacionales de justicia y de derechos humanos”. El prisionero “debe estar en su hogar, con su familia, ahora mismo”.
El comunicado cubano añadió que ya se había informado del caso a Estados Unidos y que los cónsules de ese país, los familiares de Gross y los abogados de la familia podrán participar en el juicio.
Gross vino a Cuba trabajando para una empresa por cuenta del Departamento de Estado. Altos funcionarios lo acusaron aquí públicamente de actuar contra los intereses de la isla caribeña, pero hoy fue la primera vez que se conoció el cargo oficial.
Según el Código Penal, el delito que se le imputa lo comete quien “en interés de un Estado extranjero ejecute un hecho con el objeto de que sufra detrimento la independencia del Estado cubano o la integridad de su territorio”.
Las acusaciones verbales indicaban que el detenido distribuyó en la isla equipo de comunicación satelital entre particulares.
Mientras tanto, el arzobispado de La Habana anunció que “próximamente” serán liberados dos de los 75 opositores sentenciados en 2003, con lo cual se reanuda ese mecanismo, tras una interrupción de más de dos meses.
Según el anuncio, esta vez saldrán Ángel Juan Moya Acosta, quien se quedará en Cuba, y Guido Sigler Amaya, que “ha manifestado que desea trasladarse a Estados Unidos”. Con estos nuevos casos se reducirán a nueve los integrantes del Grupo de los 75 que aún continúan en prisión.
Hasta ahora 40 miembros de ese grupo habían salido directamente de la cárcel al exilio en España, igual que 20 presos comunes, en su mayoría condenados por intentos de emigración ilegal.
Uno más de los opositores rechazó salir a España y pudo volver a la calle y quedarse en Cuba. Hasta noviembre pasado aún había 11 del Grupo de los 75 que se negaban a exiliarse en el país europeo, lo que retrasó el proceso.
Moya, condenado a 20 años de cárcel, es el esposo de Berta Soler, una de las portavoces de las Damas de Blanco (esposas de opositores presos). Sigler, con la misma sentencia, tiene dos hermanos, igualmente ex presos políticos, que viven en Estados Unidos.
Gerardo Arreola, La Jornada, 5 de febrero.
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