Una mujer toma el control de Canal 22

A partir del 1 de marzo, una mujer dirigirá Canal 22. La jalisciense Irma Pía González Luna Corvera se convierte así en la cuarta directora que tiene la televisora cultural y sustituye al escritor Jorge Volpi, quien se reintegrará en el verano al servicio diplomático como agregado cultural en Roma, Italia.

La carrera de la nueva directora del canal, que este año celebra su 18 aniversario, ha sido en la administración pública federal y de su estado natal, Jalisco, más que en la promoción cultural, una razón de peso y de preocupación para estudiosos de los medios de comunicación y de la cultura como Raúl Trejo Delarbre, Alfonso Suárez del Real y Omar Raúl Martínez.

Desde el gobierno de Vicente Fox, Irma Pía ha ocupado cargos importantes dentro del panismo; fue directora general de Relaciones Interinstitucionales de la Coordinacion General de Comunicación Social y ya en tiempo de Felipe Calderón, en 2007, fue directora de Radio, Televisión y Cinematografía de Gobernación, donde un año después se convirtió en subsecretaria de Normatividad y Medios.

La nueva directora de Canal 22 fue presentada ayer en su nuevo cargo, por la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Consuelo Sáizar, quien la definió como una mujer con “una amplia carrera en diversas posiciones relacionadas con la comunicación social y relaciones interinstitucionales en el gobierno federal y en el de su estado natal”.



La nueva directora señaló: “El reto con el que Irma Pía se va a enfrentar es la continuidad de lo que hasta hoy ha hecho no sólo Jorge Volpi, sino el propio Enrique Strauss y el señor Pérez Gay; el reto enorme de quien va a dirigir el Canal 22 es consolidar lo que se ha hecho hasta ahora, dar continuidad y fortalecer en lo que nos ha insistido la presidenta de Conaculta: contacto permanente con la sociedad, la sociedad debe estar cerca de la cultura y para ello se la tenemos que acercar”, dijo.

¿Nueva época?

Al presentar la nueva programación y agradecer la gestión de Volpi desde 2006, Sáizar dijo que desde 2010, cuando asumió el puesto de Coordinadora de Proyectos Especiales en la SEP, Irma Pía ha participado activamente en temas de educación y cultura.

“La experiencia de Irma Pía contribuirá en el fortalecimiento del vínculo de Canal 22 con universidades, centros educativos, con el fin de impulsar el conocimiento sobre la riqueza de las expresiones culturales mexicanas y difundir el arte y la cultura del mundo, en el marco de la política cultural del siglo XXI mexicano”, dijo Sáizar.

Sin embargo, el nombramiento ha generado preocupación entre los estudiosos de los medios de comunicación y promotores de la cultura.

Raúl Trejo Delarbre dijo que siempre es de preocupar la sustitución de un director de un medio del Estado “porque más que proyectos institucionales hay ocurrencias o decisiones personales que son las que dan el perfil de estos medios de comunicación”.

Aseguró que es muy preocupante que en Canal 22 quede una funcionaria que no tiene experiencia en área de promoción cultural. Lo mismo opina Omar Raúl Martínez, director de la Revista Mexicana de Comunicación, quien asegura que ante esta designación no serán gratuitas las suspicacias en un contexto preelectoral. “Sin dejar de reconocer el profesionalismo de Irma Pía González como funcionaria federal, considero que su perfil es muy distante del que requiere hoy un canal cultural como el 22. No comprendo cómo habiendo candidatas y candidatos de tan rica, probada y amplia trayectoria en el ámbito mediático y cultural, se designe a una política profesional para este cargo”.

Algunos, como Alfonso Suárez del Real, celebran que se haya pensado en una mujer, incluso le parece acertada la designación porque demuestra que hay equidad de género en un medio.

Y aunque reconoce que Irma Pía tiene un antecedente cultural importante por parte de su familia, en especial su padre, un connotado panista, cuestiona el hecho de que su paso por la administración pública no ha sido propiamente destacable en materia de impulsar acciones acorde a los tiempos actuales.

Suárez del Real reconoce que el trabajo de Jorge Volpi fue de apertura y de libertad total a sus productores, directores y al equipo en general, y concibe que Irma Pía, quien es una mujer muy estricta y de una pieza “podría asustarse de ese liberalismo muy del siglo, pues pareciera ser que en Acción Nacional la cultura es algo que no les va”.

Para él, “la instrucción que está llevando de la Presidencia de la República a través de Alonso Lujambio -titular de la SEP- es para contener esa liberalización que tenía el Canal 22”.

Un canal con pendientes

Con la llegada de González Luna Corvera concluye una etapa de consolidación del canal del Estado mexicano.

Raul Trejo Delarbre aseguró que Jorge Volpi logró mantener los parámetros de calidad que ya había alcanzado el Canal 22, se produjeron programas interesantes, se mantuvo una programación destinada al publico especializado, pero no se diversificó la oferta del canal.

Dijo que aunque hubo cambios interesantes como la designación de una defensora del televidente, que era Gabriela Warkentin, algo que le faltó a la dirección de Volpi fue recuperar otras expresiones del quehacer cultural.

“Cuando diseñamos Canal 22, yo estuve en el consejo a cargo de hacer el proyecto original, establecimos un consejo de programación que nunca llegó a funcionar realmente y que sigue siendo parte de la estructura constitutiva del canal y cuya inexistencia es un déficit que el Canal 22 arrastra desde hace varias décadas”, comentó.

Volpi dio apertura a programas especiales, al reality Ópera Prima, a la difusión de parte del acervo del canal y de otras instituciones del Estado y a series extranjeras, en especial a una barra conocida como Zona D, dedicada a programas de diversidad sexual que generó la salida de Alpura como anunciante.

Suárez del Real reitera que Irma Pía puede tener la instrucción de recomponer ese ambiente de “excesivo liberalismo que imprimió Volpi” y empezar a retrotraer los avances que se tuvieron.

Yanet Aguilar Sosa, EL Universal, 23 de febrero.