IMAGEN PÚBLICA: Escenarios para visualizar la “Cuesta de enero”. Segunda parte.

La semana pasada publicamos en este Observatorio un seguimiento temático sobre la escalada de precios que vendría como producto del incremento a la gasolina, el llamado “gasolinazo”. Consideramos que los 28 comentarios ahí sistematizados podrían funcionar como una especie de “claves” para visualizar la llamada cuesta de enero. Esta semana el tema continuó; por tanto, consideramos importante presentar una segunda parte. Ahora incluimos 45 comentarios sobre el tema; a diferencia de la entrega previa, en esta ocasión los hemos sistematizado temáticamente en cuatro ítems:
1. El contexto desde el que columnistas y articulistas reflexionan sobre si la escalada de precios es real; se trata de trece comentarios, es decir, un 28.88% del total.

2. Los siguientes dieciocho comentarios, 40% de los 45 sistematizados, contrastan diversas opiniones sobre la escalada de precios.

3. Otros doce comentarios, 26.66%, corresponden al convenio firmado entre la Secretaría de Economía y la Asociación Nacional de Tiendas y Autoservicio y Departamentales (ANTAD), mencionado en la entrega previa, mismo que entrará en vigor el próximo martes 15 de enero.

4. Finalmente dos comentarios, 4.44%, constituyen una muestra sobre lo vertido a propósito del anuncio de Telmex: no incrementará sus tarifas telefónicas este año.

EL CONTEXTO.
El próximo lunes es la traumática vuelta a la cruda realidad luego del Maratón Guadalupe-Reyes. Después de las fiestas, los brindis, las vacaciones, viene el despertar a un entorno con nuevos precios de la gasolina, con nuevos impuestos, y con una escalada, que si bien no está sustentada, sí es de verdad y sí pegará donde más duele, que es en los bolsillos y en los monederos de los jefes y jefas de familia.
El consenso de los analistas económicos y financieros señala que 2008 será para México, en el mejor de los casos, un año igual a 2007. No se augura un repunte económico espectacular, sino más bien estabilidad que no hay que desdeñar, pues si no es lo que requiere el país para generar empleos y aumentar el nivel de vida de sus ciudadanos, es en sí un logro que ha hecho que la volatilidad e incertidumbre de otras épocas queden rebasadas.
Ahora más que nunca el tema de la competitividad se vuelve crucial, pues es la última oportunidad para hacer las reformas indispensables para ubicar a México en el nuevo contexto mundial.
César Castruita, “Los pasos de los pesos”, Crónica, 5 de enero.

Con el cacareado vaticinio del “enero negro” está sucediendo lo que con otros lugares comunes tan socorridos, como el “choque de trenes” que nunca se da o los “focos rojos” que se funden sin que llegue el lobo.
¿Pues no que en el arranque del año se colapsaría México?
Las premisas de los agoreros fueron los dos tristes centavos con que empezó el aumento progresivo al precio de las gasolinas, y la entrada en vigor de las cláusulas agropecuarias del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
Carlos Marín, “El asalto a la razón”, Milenio, 7 de enero.

Cómo actuará el gobierno federal podremos saberlo relativamente rápido. Hay una tendencia natural para que aumenten los precios. No es un proceso exclusivamente nacional y no se trata sólo de la tradicional cuesta de enero, sino de procesos profundos y que no está en las manos de los mexicanos resolver (el alto precio de las materias primas, los insumos básicos, los productos agrícolas, el petróleo), pero que deberán tener una respuesta nacional. Establecer el control de precios, como lo han exigido algunas voces del PRD y el PRI, es absurdo: solamente se logra, ya lo sabemos, terminar de distorsionar el mercado, incrementar la especulación y disparar la inflación. Sin embargo, se necesitan acuerdos, convenios, pactos: política, para enfrentar el problema. Iniciamos 2008 con esa amenaza y nadie ha visto al secretario de Economía, Eduardo Sojo, explicando en los medios, negociando, asumiendo compromisos, dando la cara. La economía es, en buena medida, una cuestión de percepciones y, si algunos medios, políticos y especialistas insisten en que se verá en serios problemas, eso será lo que va a creer la gente y desde esa lógica actuará. ¿Dónde están los hombres y las mujeres del poder para afrontar uno de los conflictos político-económico-sociales más delicados de este año? Nadie lo sabe.
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 7 de enero.

El FMI había calculado que en este 2007 se registraría un aumento en los precios al consumidor de 2.3 por ciento en los países desarrollados y de 5 por ciento en los emergentes. Es evidente, sin embargo, que estas cifras serán superadas. Si bien nos encontramos muy lejos de la situación de los años setenta, los precios van claramente al alza. / En México no nos liberaremos de esta presión. De noviembre a noviembre tuvimos una inflación al consumidor de 3.93 por ciento. Cuando esta semana se dé a conocer la cifra de todo el 2007, el monto será sin duda superior al 4 por ciento. Los precios de los alimentos están subiendo casi dos veces más que la inflación general: 7.63 por ciento de noviembre a noviembre. Si bien ni el gasolinazo ni la apertura comercial tienen nada que ver con esto, la presión política para que el gobierno "haga algo" está creciendo. Y en eso hay un peligro enorme. Si el gobierno regresa a los controles de precios de otros tiempos no podrá derrotar a la inflación pero sí hará que nuestros productores del campo pierdan los beneficios de esta primera alza real en los precios de los alimentos en 30 años.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 8 de enero.

El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, reaccionó de inmediato y sacó la cara para desmentir las versiones de que la política de precios y tarifas públicas es inflacionaria.
A través de sus principales funcionarios Hacienda salió a explicar el decreto que autoriza descuentos sustanciales en tarifas eléctricas para industria y comercio, y que tendrá un beneficio de 7 mil 800 millones de pesos para los consumidores.
Marco Antonio Mares, “Ricos y poderosos”, Crónica, 9 de enero.

Al igual que los viejos priistas, cuando defendían las causas perdidas, para sostener las políticas dictadas desde Los Pinos, ahora los panistas niegan los hechos con los mismos argumentos, si es el secretario de Economía, Eduardo Sojo, diputados o senadores dicen que no hay una escalada de precios provocada por el “famoso gasolinazo” y dicen que el incremento es injustificado, como lo sostiene Jorge Ocejo.
Y nos dicen legisladores del tricolor y perredistas, no por esperada deja de resultar sorpresiva la escalada de precios que los consumidores resentimos y que el gobierno niega. El pretexto es el aumento a los combustibles, incremento mensual de dos centavos por litro en el precio de la gasolina, lo cual ha desatado ese ataque feroz desde el mismo sector público.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 10 de enero.

En medio del indiscriminado bombardeo de aumentos de precios que desde hace varios meses cae sobre los consumidores, el Banco de México ha tenido la cortesía de informar, sin inmutarse, que la inflación en 2007 fue de tan sólo 3.76 por ciento, incluso menor al 4.05 por ciento de 2006, año en el que el tiroteo también fue sostenido. Son cifras que obligan a preguntar: ¿dónde compra sus viandas, doctor Ortiz?
Dónde, porque los consumidores ya no sienten lo duro sino lo tupido de la escalada de precios, y si el Banco de México los agarra de buen humor, lo único que en ellos provocará su información será una sonora carcajada. Sin embargo, difícilmente los encontrará con ese talante, de tal suerte que la reacción será, es, de enojo y rechazo, pues el mañoso promedio que condensa el reporte inflacionario oficial no refleja, ni de lejos, una realidad que lacera el del por sí deteriorado poder adquisitivo de los mexicanos, quienes destinan la mayor parte de su escaso ingreso a la compra de la canasta básica, con un aumento superior a 35 por ciento en 2007.
Tal promedio resulta del movimiento, al alza o a la baja, de casi 190 mil precios de productos y servicios (incluidos artículos de lujo) que oficialmente monitorea el Banco de México, y de esta práctica obtiene el citado 3.76 por ciento de 2007, de tal suerte que según esta versión el aumento al mini salario que generosamente otorgaron gobierno, patrones y “líderes obreros” para ese año resultó mayor que la inflación registrada en el periodo, ergo, “fortaleció” el poder adquisitivo.
Eso dicen, pero al consultar sus propios resultados en renglones específicos el “triunfo” del Banco de México se desvanece. Por ejemplo, en alimentos, bebidas y tabaco el 3.76 por ciento presumido por el doctor Ortiz se incrementa a 6 por ciento, pero si este renglón se desmenuza la situación empeora: el pan de caja (léase Bimbo) aumentó 15.42 por ciento; el aceite y las grasas vegetales, 19.6; el pan blanco (panaderías) 16.5; las “botanas” (propiedad de Bimbo y Pepsico) 13.35, y hasta las galletas de animalitos duplicaron el promedio general (casi 8 por ciento).
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 10 de enero.

Cuando uno, rendido ante las evidencias, tenía la certeza de que ya no hay verdaderos estadistas en la vereda tropical, de pronto se encuentra con declaraciones como la del gran Sojo, secretario de Economía y Recursos Improbables, quien en el mejor estilo de grandes del humorismo pando como Carlos Salinas (eso es, política ficción) y Pedro Aspe (la pobreza, ese mito genial), ha dicho que no hay tal gasolinazo, que eso es producto de las mentes calenturientas de los malos mexicanos que todavía no aprenden a vivir por las vías de la anorexia involuntaria. Como Ortega y Gasset decía que el hombre es él y su circunstancia, quizá a don Lalo le asiste la razón: si la última vez que te subiste al Metro fue en 1972, gracias al puesto te retacan de vales de combustible y llevas vida de pachá, pues los gasolinazos siempre serán pura charlatanería.
Jairo Calixto Albarrán, “Política cero”, Milenio, 10 de enero.

El Banco de México dio a conocer ayer las cifras de la inflación del 2007. El Índice de Precios al Consumidor subió finalmente 3.73 por ciento. Los alimentos aumentaron 7.52 por ciento. Esta última cifra es sorprendente, si consideramos que a nivel internacional los precios de los alimentos al mayoreo se elevaron 37 por ciento. Asombra más si consideramos que los políticos dicen que, por el gasolinazo o la apertura del TLCAN, los precios han subido 30 o 100 o 300 por ciento en un año. Alguien está mintiendo.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 10 de enero.

Ante un aumento en los costos de producción, ¿cuál es la alternativa al incremento en el precio de la mercancía? La reducción en su oferta y, por lo tanto, su escasez. Y de estos dos males —mayor precio o escasez—, ¿cuál es el menor? Ante el aumento en el costo de producción el incremento en el precio de la mercancía no es un problema, sino la solución al problema que traería consigo la escasez, sin olvidar que no hay mercancía más cara que aquella que no se consigue. / Por todo lo dicho, ¡cuidado con quienes piden, ante el alza de precios, que hoy por hoy se debe a aumentos en los costos de producción, que el gobierno la prohíba fijando un precio máximo!
Arturo Damm Arnal, “Pesos y contrapesos”, Crónica, 11 de enero.

Y para quienes se rasgan las vestiduras por el comportamiento de los precios en el país, vale la pena mencionar que el 3.76 por ciento que alcanzó la inflación el año pasado, es el segundo nivel más bajo de cuando menos los últimos 25 años, por no compararlo con aquel 159 por ciento de 1987, cuando comenzaron los pactos y programas de estabilización. Sin duda la inflación amerita no aflojar nunca el paso, pero los niveles de hoy era difícil siquiera soñarlos en las épocas de crisis.
Herminio Rebollo Pinal, “Mesa de negocios”, El Financiero, 11 de enero.

Estos aumentos son resultado de una política inhumana y cruel del gobierno federal, del gasolinazo de Calderón y de las políticas de apertura comercial indiscriminadas de gobiernos neoliberales. Fue el gobierno federal el que decidió aumentar el precio de la leche Liconsa hace un año, y fue el gobierno federal el que avaló también el alza a la tortilla.
En el primer año del gobierno federal, el salario mínimo ya perdió 10% de su poder adquisitivo. En tanto, los principales grupos de poder económico mantienen sus tasas de ganancias sin problemas. Es decir, que en 2007 las políticas federales incrementaron la desigualdad social en el país. Y es que mientras las clases adineradas y la alta burocracia destina apenas 7% de sus ingresos en comida, las clases populares gastan la mitad de sus ingresos en sus alimentos.
El gobierno federal y sus voceros rechazan que haya una escalada de precios. Minimizar un problema nada resuelve. Intentar convencer a la ciudadanía de que no es real lo que ahora deben pagar —o dejar de consumir— para alimentarse, tampoco. Sí así es la terca realidad, peor para la realidad, dirán aquéllos.
Martí Batres Guadarrama, “Objeciones de la memoria”, El Gráfico, 11 de enero.

Lo que no deja de ser un botón inexplicable es la actitud de absoluta pasividad (o… ¿será pasmo?) federal ante el incremento abominable de precios que ya se registra y que ocasionó un severo extrañamiento de la Comisión Permanente del Congreso. La pregunta obligada de fin de semana es ¿dónde están los responsables de detener la peligrosa espiral..? o ¿estarán esperando algún tipo de instrucción…? o mejor aún, ¿la orden ya fue dada pero no supervisada y se la llevó la chingada?
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 11 de enero.

¿INCREMENTOS?
Que con la entrada en vigor, este sábado, del gasolinazo, con el consecuente aumento de 5.5 por ciento a los combustibles, el GDF no verá lo duro sino lo tupido respecto a la presión de los transportistas.
Los concesionarios de taxis y microbuses se quejan de que la gasolina ha aumentado un promedio de 15 por ciento en los recientes tres años, mientras a ellos no se les autoriza un aumento desde 2004.
“Trascendió”, Milenio, 5 de enero.

TODO INDICA que en el asunto de los aumentos y los subsidios a las tarifas de la energía eléctrica, el gobierno le aplicó a los consumidores la vieja táctica del tendero de la miscelánea de la esquina.
ES DECIR, que una semana antes de sacar de la bodega la mercancía que pondrá en oferta, se pone a reetiquetarla con precios más altos.
DE TAL MANERA QUE, a la hora de presentar sus artículos como rebajados, siempre sale tablas ¡o incluso ganando!
LOS CASOS son muy parecidos, pero el de la energía eléctrica hasta resulta tantito peor.
Y ES QUE si los clientes se dan cuenta de la trampa del tendero, se pueden ir a otra miscelánea... y en el caso de la luz, los consumidores no le pueden comprar a nadie más.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 5 de enero.

Que como un cubetazo de agua helada entre quienes pregonan que los precios de la canasta básica subirán 20 por ciento en enero, cayó la declaración del Consejo Empresarial de Industriales del Maíz, asegurando que el precio del kilo de la tortilla se mantendrá estable, ya que hay maíz suficiente en el país.
Greta Villaseñor, directora del Consejo, descartó por lo mismo que se repita una crisis como la del tortillazo de 2007.
“Trascendió”, Milenio, 7 de enero.

Del gasolinazo (y contra el cobro de impuestos a la informalidad), Andrés Manuel López Obrador está promoviendo un amparo masivo, montado en el cuento de que ha sido el regalo de reyes del “pelele” para los mexicanos.
Falso: sabe que hasta sus correligionarios en el Congreso aprobaron el encarecimiento, y que éste no fue propuesto por el derechoso Felipe Calderón, sino por los gobernadores de los tres principales partidos (el suyo incluido).
Carlos Marín, “El asalto a la razón”, Milenio, 7 de enero.

Lo llaman el "gasolinazo" y lo culpan por los aumentos de precios que se registraron en los alimentos el año pasado. A partir de este 5 de enero subió el precio de la gasolina Magna en 2 centavos y continuará ascendiendo hasta alcanzar un ajuste de 5.5 por ciento en 18 meses. Con anterioridad el precio de la gasolina, sin embargo, se ajustaba en 3 centavos diarios. La verdad es que el "gasolinazo" es un fantasma inventado por los políticos, los cuales se beneficiarán de él porque el recurso se entregará a los gobiernos estatales y al del Distrito Federal.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma 7 de enero.

Las protestas por los altos precios se incrementan por todo el país, situación que es aprovechada por los industriales de la tortilla que anuncian incrementos desmesurados. Empresarios consideran la necesidad de subir el precio del producto por el famoso “gasolinazo”, que apenas entró hace una semana en vigor, a pesar de que son dos centavos por mes, pero ello sirve para “actualizar los precios de todos los artículos de primera necesidad”.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 8 de enero.

¿Están subiendo los precios de los alimentos y otros productos? Por supuesto. Sólo alguien que no acuda nunca a una tienda, al mercado o al supermercado podría ignorarlo. Pero, ¿son las alzas producto del "gasolinazo" o de la apertura final del mercado mexicano al maíz, el frijol y el azúcar de Norteamérica por el Tratado de Libre Comercio? Claro que no. Esta afirmación es un simple ardid de grupos políticos que buscan obtener beneficios de lo que está ocurriendo. / Hemos visto en los últimos años un alza generalizada en las materias primas que empezó con el petróleo, pero que posteriormente ha alcanzado a muchos productos más. La tendencia se ha dado en todo el mundo y no puede dejar de afectar a nuestro país.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 8 de enero.

Lo que sí hay —admite Eduardo Sojo— es una cuesta de enero normal, como la que ocurre todos los años.
Por eso —advierte el funcionario— se convino con la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) —en una acción completamente voluntaria por parte de la iniciativa privada— un programa de despensas familiares con descuentos.
Se trata de paliar los efectos de la cuesta de enero que siempre se registran al principios de año.
Pero eso es muy distinto a una oleada especulativa y generalizada de alza de precios.
México ha sido capaz —dice el secretario de Economía— de sortear uno de los años más difíciles, el pasado, en materia de precios internacionales de alimentos.
Marco Antonio Mares, “Ricos y poderosos”, Crónica, 9 de enero.

Los subsecretarios Alejandro Werner y José Antonio Meade destacaron que el aumento a las gasolinas es de dos centavos por litro en la gasolina Magna y de 1.6 centavos por litro en el precio del diesel.
Estos incrementos son iguales a los registrados en los meses de enero de los dos años previos y están asociados a la aplicación del Impuesto Especial a Productos y Servicios que aprobó el Congreso de la Unión y que se destinará a las entidades federativas, que obtendrán por esta vía entre 8 y 10 mil millones de pesos.
Fueron los gobernadores los que pidieron este aumento a la gasolina y el disel, para obtener más ingresos, y los legisladores así lo aprobaron para evitar discutir y eventualmente aprobar una reforma fiscal que incluya el Impuesto al Valor Agregado generalizado.
Ahora resulta que hay que recordar a los legisladores que el gasolinazo es consecuencia de la falta de compromiso de los sectores políticos.
Marco Antonio Mares, “Ricos y poderosos”, Crónica, 9 de enero.

Parece que el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, Ernesto Cordero, debería salir más seguido a la calle a realizar sus compras. Y es que el funcionario aseguró que en México se ha mantenido de manera controlada el alza en los precios; si por lo menos se diera una vuelta por los mercados, sus versiones optimistas desaparecerían de inmediato. En la calle, las amas de casa se quejan, todos los días, de los aumentos, claro con un sueldo de subsecretario difícilmente puede sentir el alza en los productos de la canasta básica; sin duda son muchas las cosas que se pueden obviar viviendo en un mundo aparte
“Binoculares”, El Gráfico, 9 de enero.

Hoy, el gobierno y concretamente la Secretaría de Economía, está sumida en el pánico debido a que en tanto el Banco de México, que gobierna Guillermo Ortiz, no toma medidas drásticas, la obligación del secretario de Economía, Eduardo Sojo, es contener la escalada de precios que podría elevar a más del doble la inflación en el 2008.
El problema de Miguel de la Madrid fue el que sus secretarios de Estado no sabían informar adecuadamente sobre las variables económicas y no colocaban en un contexto realista sus decisiones, fundamentalmente en los precios de los bienes y servicios que prestaban.
Hoy, como ayer, los políticos usan sus estrategias de comunicación para manipular los precios. Hablan de un “gasolinazo”, lo cual nos hablaría de un incremento espectacular del precio de la gasolina y los energéticos domésticos, cuando en realidad es de sólo 2 centavos mensuales.
Claro, hablar de un “gasolinazo” es impactante, pero la verdad es que esto no pinta, pero sirve como pretexto para que muchos productores disparen los precios de muchos productos.
Hablan del aumento en el precio de la tortilla, cuando este ha venido creciendo constantemente a lo largo de varios meses y no sólo por la apertura del TLC, sino por la gran demanda que tiene ese producto agrícola, vital para el consumo de carbohidratos de los mexicanos.
Pero los politiquillos, que tienen intereses económicos en esos sectores, calientan el ambiente y son el detonante de la inflación.
El gobierno de Felipe Calderón tiene que aprender de la historia reciente. Los errores en la comunicación de Miguel de la Madrid ahora se ven con los secretarios de Estado responsables del área comercial. Si no se informa con realismo y verdad, y ello es responsabilidad de los políticos, los mexicanos podríamos caer en la desinformación que va de la mano de la hiperinflación.
Marco Antonio Mares, “Ricos y poderosos”, Crónica, 9 de enero.

Al regreso de las vacaciones que muchos de los encargados de la administración pública federal tomaron -aprovechando que el number one también se dio un respiro para desestresarse-, una de las novedades que encontraron es que había iniciado la "cuesta de enero". Aunque luego notaron que ese fenómeno era perceptible sólo para la mayoría de los mexicanos.
Más allá de los tremendismos, el arranque de año ofrece desafíos, ciertamente, y el primero será sobrevivir a la "cuesta de enero" que se aprecia durará no menos de tres meses.
Y como suele ocurrir en casos difíciles, nadie quiere asumir la paternidad de la "cuesta de enero".
Y generalmente es al consumidor de la subsistencia al que acusan de haberse pasado de gastalón en diciembre y de sufrir las consecuencias.
Pero seguramente usted se acuerda cuando Felipe Calderón decidió posponer hasta el 6 de enero de 2008 el gasolinazo. Esto ocurrió luego de que EL FINANCIERO anticipó en sus páginas que la propuesta gubernamental era aplicar ese aumento teóricamente a partir de octubre de 2007. Pero las encuestas son la madre de muchas decisiones y en Los Pinos se prefirió la popularidad al malestar. Los congresistas tuvieron su parte, pues aprobaron la iniciativa calderonista y hoy se disfruta la decisión.
Jesús Sánchez, “Recuento Político”, El Financiero, 10 de enero.

Por citar algunos casos, en frutas y verduras (esas que México exporta como nunca y que demuestra el “éxito” del TLCAN, según la versión oficial), en 2007 el precio del limón se incrementó 68.9 por ciento y el de la cebolla 13.44, mientras que el del jitomate, que tanta preocupación provocó en el doctor Ortiz, reportó una baja de 17.25 por ciento, al igual que los nopales (-16.5 por ciento). A cambio de las reducciones citadas, el precio del huevo aumentó casi 18 por ciento, el del pollo entero cerca de 7 por ciento y el de la carne de res alrededor de 6 por ciento. Las gasolinas aumentaron 5.2 por ciento, las tarifas eléctricas 3 por ciento y el gas doméstico 1.76 por ciento, siempre (en este como en los otros casos citados) según las cifras oficiales del Banco de México.
El Banco de México asegura que en diciembre pasado la inflación general fue de 0.41 por ciento y de 0.77 por ciento en el renglón de alimentos, bebidas y tabaco, información que de inmediato provocó un ataque de risa entre las amas de casa. A la hora del desglose, resulta que el aumento de precios de la mayoría de alimentos para ese mes fue diez veces mayor al promedio presumido por la institución. Y el aumento a los cigarros lo dejaron para los primeros días de 2008 (4.2 por ciento).
Todo lo anterior no incluye un elemento aterrador: el enorme diferencial de precios que se registra entre los comercios que expenden los productos, incluso los pertenecientes al mismo grupo o cadena, que en algunos artículos llega a ser de 50 por ciento o más.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 10 de enero.

Los precios de los productos básicos se dispararon sin misericordia en las primeras semanas del año. Ante el amago del gasolinazo y el consecuente aumento en los fletes, los comerciantes hacen su agosto en enero. La Crónica de Hoy reportó incrementos al pollo, huevo, limón, jitomate, carne de res, puerco, azúcar y hasta cigarrillos, el precio de la tortilla ya se había incrementado. Estamos ante una espiral inflacionaria que, como ocurre siempre, afectará más a los que menos tienen. El poder de compra de la población mayoritaria ha experimentado una contracción que inquieta, pues puede dar lugar a un periodo de desestabilización.
Diversos funcionarios han dicho, mostrando su lado irónico, que no hay peligro de que sobrevenga, en las próximas semanas, una espiral inflacionaria. El aumento de precios ya ocurrió ante la mirada atónita de las amas de casa. Pero no sólo eso, una correduría tradicionalmente confiable como Merrill Lynch sostuvo que la economía de Estados Unidos entró en recesión, lo que dará lugar a ajustes a la baja en las proyecciones de crecimiento económico para nuestro país en el 2008, que ya de por sí son las más bajas de la región.
Juan Manuel Asai, “Códice”, Crónica, 10 de enero.

Todo lo que se diga sobre aumentos de precios y crecimiento de la inflación es mentira.
A esa conclusión se llega después de leer un reporte del Banco de México, según el cual el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró apenas una variación de 0.41 por ciento en diciembre de 2007, con lo cual la inflación general anual finalizó en 3.76 por ciento.
El reporte también sostiene que durante diciembre el mencionado índice registró una reducción de 0.17 puntos porcentuales respecto del mes previo. Lo más sobresaliente es que esa baja fue producto de “menores aumentos en los precios de los productos agropecuarios y en los bienes y servicios administrados y concertados”.
Falta saber el país donde se realizó la investigación o si, por algún error, se dejó para fecha posterior una información preparada para el “Día de los Inocentes”.
Miguel Ángel Rivera, “Clase política”, La Jornada, 10 de enero.

Hace unos días, el presidente Felipe Calderón, anunciaba que las tarifas de luz no tendrían incrementos, inclusive que había un programa para reducirlas, pero eso choca con la realidad. Acabo de recibir el recibo de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, la tarifa viene casi duplicada, en el mismo periodo del 2006. Y un 95 por ciento en relación con el último recibo que pagué.
A esto, la paraestatal da una serie de argumentos incomprensibles, justificado el alto costo de la electricidad. Ahora resulta que el anuncio no beneficia a nadie, si acaso a algunas grandes empresas, que también niegan el beneficio dado a conocer con gran despliegue de publicidad.
Como sucede todos los años, el precio de la carne, el huevo, la tortilla, verduras, frutas se disparan, sin olvidar que las tarifas de avión, autobús y otros se van para arriba. Todos buscan sacar raja, en especial los grandes supermercados son los que más especulan como son las tiendas Wal-Mart, Comercial Mexicana o Soriana que ya reetiquetaron los productos, así como las pequeñas como Oxxo.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 10 de enero.

El seguimiento que en este sentido realiza el gobierno del Distrito Federal es ilustrativo (precio mínimo y máximo). Por ejemplo, en noviembre pasado el aceite Mazola de un litro se vendía a 19.50 pesos en Soriana y a 25.02 pesos en Sumesa, una diferencia superior a 22 por ciento; ISSSTE Farmacias ofrecía un kilo de manteca de cerdo (misma marca) en 10 pesos y la Tienda Trabajadores Sector Eléctrico (TCTSE) a 20 pesos; el papel de baño (igual marca, idéntico contenido) se encontraba en ISSSTE Farmacias a 38.36 pesos y en Chedraui a 55 pesos, un diferencial de 30.25 por ciento; pañales para bebé (misma marca, igual contenida) se vendían a 52.8 pesos en Bodega Comercial Mexicana y (ojo) a 86 pesos en el IMSS, lo que hace una diferencia de casi 39 por ciento.
Y así por el estilo. Sólo para citar casos adicionales, en carne de res, cerdo y pollo se observaron diferencias en el precio de hasta de 62 por ciento (Superama el más caro, propiedad de la trasnacional Wal-Mart); en alimentos industrializados para bebé (Gerber) 35 por ciento (Oxxo el más caro, del Grupo Femsa; 50 por ciento en el caso del aguacate (ISSSTE Farmacia); de 50 a 60 por ciento en el caso de la cebolla (Super Gigante, que recientemente adquirió, junto con toda la cadena, el grupo Soriana, y Wal-.Mart, respectivamente); 40 por ciento para el frijol (Gigante y Sumesa); y 32 por ciento la naranja (Wal-Mart).
Por estos días los consumidores sufren una nueva escalada de precios, pero en el gobierno dicen que no, que “no existe un riesgo de espiral inflacionaria en el país” (Ernesto Cordero, subsecretario de Hacienda).
Entonces, el gobierno puede ocultar muchas cosas (acuerdo en lo oscurito, privilegios a tal o cual empresa o empresario, puertas abiertas a trasnacionales, concertacesiones, etcétera, etcétera), pero nunca lo que los ciudadanos sufren cotidianamente, como la escalada de precios.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 10 de enero.

Cualquier ama de casa lo sabe. Apenas inició el año y el precio de muchos productos ya es otro, siempre al alza, pese a señalamientos oficiales y oficiosos en contrario.
Tan sólo de diciembre de 2006 a igual mes de 2007, la canasta básica se encareció en 34%, en promedio. En ese lapso, por ejemplo, el azúcar morena subió 10%, la cebolla 13, la leche evaporada 25, la leche pasteurizada 29, la tortilla 33, el aceite 35, el arroz 40, el pan de caja 51, el huevo 60, el frijol negro 87, la harina de trigo cien y la lenteja 102 por ciento.
En diciembre de 2006 la canasta básica costaba 818 pesos y el año pasado —hace 11 días— se incrementó a mil 103 pesos. La pura canasta alimenticia costaba 540 pesos en diciembre de 2006 y llegó a 732 pesos en diciembre de 2007. Por si estos aumentos no fueran suficientes, el pasado 6 de enero entró en vigor el gasolinazo, impuesto que implica un alza de 36 centavos por litro de Magna, 44 centavos de Premium y 30 centavos en el Diesel a lo largo de año y medio.
Tan sólo en lo que va de este 2008, por efecto del gasolinazo, varios precios subieron de nuevo. El pollo cuesta ahora 20% más que hace unos días; el huevo 19% más, el azúcar 16% más, el aceite 19% más. Y el jitomate y el limón duplicaron su costo.
Martí Batres Guadarrama, “Objeciones de la memoria”, El Gráfico, 11 de enero.

EL PACTO CON LA ANTAD.
Eduardo Sojo, secretario de Economía, nos explica que el acuerdo con la ANTAD, la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio, para armar una canasta de despensa familiar con precios bajos, es un acuerdo de cadena con cadena, por lo cual no es un pacto. Lo cierto: va a aliviar la pesada carga de enero.
Los industriales van por más descuentos, además de 30% en horas pico, pues el costo de la electricidad no mitiga sus costos.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 9 de enero.

Será hoy cuanto oficialmente inicie el nuevo pacto, alianza o acuerdo para bajar los precios de una amplia gama de productos básicos, no sólo alimentos, sino también de insumos para el hogar, como: pasta de dientes, jabón, papel de baño, servilletas, etcétera.
El secretario de Economía, Eduardo Sojo, insiste, sin embargo, una y otra vez en que no se trata en sí de un pacto económico, que como se recordará iniciaron en 1987 en plena crisis hiperinflacionaria en el país, con la participación de todos los sectores productivos y que aunado a un programa de ortodoxia en el manejo de las finanzas públicas permitió que la inflación en México bajara de una tasa anual de 150% a menos de dos dígitos en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Una vez frenada la inflación continuaron los pactos, que fueron cambiando de nombre con reuniones mensuales de todos los sectores hasta que desaparecieron en el gobierno de Vicente Fox. Y desde luego el programa que hoy se anuncia no es un pacto igualito a los del PRI porque en efecto no están todos los sectores, sólo los empresarios agrupados en la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), ConMéxico, que agrupa a los grandes proveedores y el Consejo Coordinador Empresarial.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 10 de enero.

El secretario de Economía, Eduardo Sojo Garza Aldape, asistió como invitado de honor a la primera Junta de Consejo de 2008 de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), en la que el plato fuerte fue definir las estrategias para que las cadenas puedan reducir los precios de productos básicos, un expediente en el que ha venido trabajando en estos días Vicente Yáñez con varios de sus agremiados. Le adelanto que ese programa será encabezado por Wal-Mart de México, que comanda Eduardo Solórzano y que es socio de ANTAD. Por lo pronto, el propio Sojo estará hoy en una tienda de esa firma al norte de la capital para dar el banderazo de salida a un programa de cobertura nacional y que permitirá a millones de familias sortear la famosa cuesta de enero.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 10 de enero.

No es tampoco un pacto a la antigüita porque ahora no se fija un precio pacto o precio tope a toda la canasta, sino que cada cadena comercial seguirá competiendo con su propia canasta de productos, aunque los precios entre una y otra cadena serán, si no igualitos porque constituiría una colusión entre competidores, sí muy similares. / Hay que recordar que a diferencia de 1987 ahora sí existe la Comisión Federal de Competencia (CFC), que impide que haya colusión de competidores. / El hecho es que el pacto reloaded se anunciará hoy en una conferencia de prensa en la ANTAD, que dirige Vicente Yañez y que se realizará justo después de su sesión de consejo. Y aunque no es un pacto pacto, en el lanzamiento de este programa de despensa familiar, que estará vigente hasta marzo, participará Eduardo Sojo y la subsecretaria de Industria y Comercio, Rocío Ruiz.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 10 de enero.

AUNQUE HOY POR la mañana la ANTAD que lleva Vicente Yánez suscribirá en Economía de Eduardo Sojo “El Plan Familiar 2008” para reducir el precio de más de 300 productos básicos durante el primer trimestre, por la tarde Wal-Mart que encabeza Eduardo Solórzano echará a andar lo que será su esfuerzo con ofertas que dicen serán muy agresivas. Lo interesante es que será la primera firma de autoservicios que estará lista. Las otras se sumarán en los próximos días
Alberto Aguilar, “Nombres, nombres y nombres”, El Financiero, 10 de enero.

El sabor de "pacto" lo da precisamente la presencia de los funcionarios públicos en el lanzamiento de este programa. Sorprende también que al término de la conferencia, el Secretario de Comercio realizará un breve recorrido en una tienda de Wal-Mart para comprobar la reducción en los precios. / El hecho es que este pacto reloaded busca, al igual que el viejito, frenar el impacto de la cuesta de enero en las familias de menores ingresos y en este sentido, es una iniciativa más que bienvenida, aunque el problema es el Banco de México no centra la medición de la canasta de productos que integran el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) en los precios de los supermercados afiliados a la ANTAD porque sí habría presiones inflacionarias.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 10 de enero.

En lo que constituyó un madruguete para el resto de las cadenas, ayer, con la presencia del secretario de Economía, Eduardo Sojo, Wal-Mart arrancó el anunciado programa de ofertas para paliar la cuesta de enero y de pasadita la de febrero.
El resto se incorpora la semana próxima.
El caso es que el sustento del programa, a decir de los proveedores, consiste en exigirles rebajas que oscilan entre 5% y 25% de sus precios, sin que los establecimientos mercantiles sacrifiquen un ápice de sus márgenes.
Caravana, pues, con sombrero ajeno.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 11 de enero.

Dice el gobierno que la inflación no se ha desbocado ni hay riesgo de que suceda; que no hay escalada de precios y ni razón para aumentarlos. Si ello es correcto, entonces de dónde surge la necesidad y urgencia de firmar un pacto para “la estabilidad de precios y la protección de poder adquisitivo de las familias mexicanas”, el denominado “Programa Apoyo Familiar 2008”…
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 11 de enero.

El secretario de Economía, Eduardo Sojo, y el presidente la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, Vicente Yáñez Solloa, encabezaron la ceremonia donde se presentó un programa para contener el alza de precios en 51 categorías de productos. El acuerdo permanecerá vigente hasta marzo…
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 11 de enero.

La pregunta es si el flamazo inflacionario podrá mitigarse, que no apagarse, con las ayudas que el gobierno calderonista está recibiendo de distintos lados. El miércoles fue el anuncio de Telmex de que mantendrá sin incremento los precios de la canasta de sus servicios básicos. Ayer el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, confirmó que la tarifa del Metro seguirá sin alteración en dos pesos. Por su lado, los supermercados agrupados en ANTAD dieron a conocer un plan de descuentos en alimentos y productos esenciales. Ebrard fue mas allá: duplicará el número de beneficiarios del seguro de desempleo, seguirá entregando uniformes escolares y vales de despensa a 550 mil familias. Sin embargo, da la impresión de que Felipe Calderón no se quiere dejar ayudar. Insiste en el gasolinazo y el aumento de la electricidad, el gas, la turbosina y el diesel. La recaudación del gasolinazo será para engordar a los gobernadores; necesita su apoyo para seguir promoviendo las mal llamadas reformas estructurales. Sólo que el caldo le está saliendo más caro que las albóndigas.
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 11 de enero.

Por cierto, habrá que demandar penalmente a los oculistas que revisan a los jilgueros oficiales, porque ellos aseguran que “no vemos” aumentos de precios; por el contrario, dicen, hay “grandes descuentos y reducción de tarifas”.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 11 de enero.

Un día antes de que Eduardo Sojo anunciara con bombo y platillo la puesta en marcha del plan de descuentos y promociones “Programa Familiar 2008”, que incluye 300 productos básicos, salieron chispas en la reunión del Consejo Coordinar Empresarial (CCE) que encabeza Armando Paredes. En el Club de Industriales se dio un fuerte reclamo del presidente de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales, Ismael Plascencia, a la directiva de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicios y Departamentales, que lleva Vicente Yáñez, por un programa de descuentos que apechugarán los productores mientras que los comerciantes se ponen la medallita, pero no sacrifican margen.
“Ustedes son unos mafiosos, cabrones”, se dice que espetó Plascencia a Yáñez por tener que absorber los descuentos de productos al tiempo de enfrentar aumentos de precios en luz, gas, gasolina, salarios y la carga fiscal del IETU. Y que visiblemente molesto, el representante comercial retó: “Demuéstralo, dame pruebas, además son acuerdos entre particulares”. El guanajuatense reviró: “No soy chiquito para ignorar que si te doy pruebas concretas las cadenas van a castigar al proveedor que dé la información”.
Tal fue la colisión, que Concamin cabildeará de nuevo, junto con la Canaco que lleva Lorenzo Ysasy, y el CNA de Jaime Yesaki, el proyecto de Ley de Prácticas Comerciales para evitar presiones excesivas y represalias de las grandes tiendas, así como el desplazamiento del pequeño comercio del que acusan marcadamente a Wal-Mart que aquí lleva Eduardo Solórzano.
Mauricio Flores, “Gente detrás del dinero”, Milenio, 11 de enero.

TELMEX.
En esa misma ruta crítica, otra empresa líder que ha decidido mantener en 2008 sus tarifas es Telmex, la que dirige Héctor Slim Seade y que gracias a sus eficiencias operativas por octavo año consecutivo puede mantener sin cambio sus cobros. Añada que en ese lapso Telmex ha reducido las tarifas de sus diferentes productos y servicios tanto en términos nominales como reales. El anuncio es relevante no sólo por el tema de la inflación sino por las mejoras en los índices de eficiencia y productividad de esa telefónica que, como sea, se han trasladado a sus clientes, y de paso elevando la competencia en el sector. Hablamos de que las tarifas de la canasta básica de telefonía, que incluye renta mensual, servicio medido, gastos de instalación y larga distancia, se han reducido en términos reales, de marzo de 2001 a la fecha, en un 40.1 por ciento. Agregue que Telmex ha reducido las tarifas nominales de productos y servicios tales como: Infinitum de 1 Mbps en 74 por ciento y los gastos de instalación comercial en 67.7 por ciento.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 10 de enero.

En medio de la cascada de aumentos que se ha desatado desde finales del año pasado, como resultado, entre otros factores, del temido gasolinazo, Telmex anunció ayer que mantendrá los precios de su canasta de productos y servicios básicos. Y la pregunta es inevitable: ¿por qué la compañía más grande del país puede operar con ganancias y al mismo tiempo no subir sus tarifas? Telmex dice que “ha logrado durante los últimos años altos índices de eficiencia y productividad en su operación, que se traducen en beneficio de todos sus clientes no aumentando sus precios, con la consecuente reducción en términos reales de los mismos, e incluso bajando sus tarifas nominales”. La canasta básica de telefonía, agrega, incluye renta mensual, servicio medido, gastos de instalación y larga distancia, y se ha reducido en términos reales, de marzo de 2001 a la fecha, en 40.1 por ciento. Por otra parte, la empresa asegura que ha disminuido las tarifas nominales de productos y servicios tales como Infinitum de un Mbps en 74 por ciento y los gastos de instalación comercial en 67.7 por ciento. Por otro lado, Telmex dice que disminuyó las tarifas de larga distancia nacional en 19.3 por ciento –en promedio–, las de larga distancia internacional y mundial en 39 por ciento, y el servicio medido en 15.2 por ciento. En telefonía pública, asegura la empresa, la tarifa de larga distancia internacional (Estados Unidos y Canadá) se redujo en 50 por ciento. Como muchos no dominamos el significado de términos financieros, conviene la siguiente precisión: valor nominal es que el aparece en el recibo y el valor real toma en cuenta la inflación, es decir, deduce el efecto de la inflación
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 10 de enero.

0 Responses to "IMAGEN PÚBLICA: Escenarios para visualizar la “Cuesta de enero”. Segunda parte."