El incremento en los precios mundiales de los alimentos, considerado el más alto desde 1990, enciende nuevamente las luces de alerta en materia de pobreza en México, advirtieron especialistas.
"El encarecimiento de los alimentos en el exterior impacta en la importación y en los precios nacionales. Ya lo vimos en 2008: se vuelven precios de doble filo, porque, por un lado, encarecen la producción y, por otro, los costos para los consumidores finales se vuelven altísimos", alertó Dolores Rojas, coordinadora de Campañas de Incidencia de la organización Oxfam México.
"El incremento de los precios de los alimentos que forman parte de la dieta de los mexicanos vulnera la seguridad alimentaria de las personas. Gran parte del ingreso es destinado a la compra de alimentos. Las personas que tienen un ingreso por arriba de la línea de pobreza están en riesgo de caer por debajo de ella al aumentar el costo de los alimentos", indicó Ricardo Sanginés, investigador del Observatorio de Política Social y Derechos Humanos.
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el precio de la canasta básica de alimentos en México se incrementó 33 por ciento entre 2005 y 2010, para llegar a mil 55 pesos. En las áreas urbanas se ubicó el año pasado en mil 55 pesos y en las rurales en 784.
En 2008 -último año con datos procesados-, más de 19.4 millones de mexicanos no contaban con ingresos suficientes para adquirir la canasta básica.
En tanto, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), el déficit de la balanza comercial alimentaria se incrementó 47 por ciento sólo entre 2009 y 2010, para llegar a mil 387 millones de dólares.
México importa actualmente el 45 por ciento de los alimentos que consume.
En 2008, el Gobierno federal anunció un programa emergente de apoyo para las familias más pobres afectadas por el incremento en el precio de los alimentos. El monto del apoyo se fijó en 120 pesos mensuales, adicionales a los apoyos que recibían los más de 5 millones de familias beneficiarias de los programas Oportunidades y de Apoyo Alimentario.
Sin embargo, lo que se presentó como un mecanismo temporal de contención sigue estando considerado en las reglas de operación de ambos programas para 2011.
Para Rojas, el esquema de apoyo no es sostenible.
"Es sólo ver una parte del problema. Son 120 pesos que, si los confrontas con el alza sostenida de los precios, evidentemente cada vez serán más insuficientes", comentó.
"Lo dijimos en el 2008 y lo volvemos a decir ahora: debemos aumentar la productividad del campo en pequeña escala. Desde ahí se puede asegurar la alimentación de la población más pobre y con la actividad de los mercados locales asegurar la alimentación de los pobres urbanos".
Daniela Rea, Reforma, 6 de febrero.
"El encarecimiento de los alimentos en el exterior impacta en la importación y en los precios nacionales. Ya lo vimos en 2008: se vuelven precios de doble filo, porque, por un lado, encarecen la producción y, por otro, los costos para los consumidores finales se vuelven altísimos", alertó Dolores Rojas, coordinadora de Campañas de Incidencia de la organización Oxfam México.
"El incremento de los precios de los alimentos que forman parte de la dieta de los mexicanos vulnera la seguridad alimentaria de las personas. Gran parte del ingreso es destinado a la compra de alimentos. Las personas que tienen un ingreso por arriba de la línea de pobreza están en riesgo de caer por debajo de ella al aumentar el costo de los alimentos", indicó Ricardo Sanginés, investigador del Observatorio de Política Social y Derechos Humanos.
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el precio de la canasta básica de alimentos en México se incrementó 33 por ciento entre 2005 y 2010, para llegar a mil 55 pesos. En las áreas urbanas se ubicó el año pasado en mil 55 pesos y en las rurales en 784.
En 2008 -último año con datos procesados-, más de 19.4 millones de mexicanos no contaban con ingresos suficientes para adquirir la canasta básica.
En tanto, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), el déficit de la balanza comercial alimentaria se incrementó 47 por ciento sólo entre 2009 y 2010, para llegar a mil 387 millones de dólares.
México importa actualmente el 45 por ciento de los alimentos que consume.
En 2008, el Gobierno federal anunció un programa emergente de apoyo para las familias más pobres afectadas por el incremento en el precio de los alimentos. El monto del apoyo se fijó en 120 pesos mensuales, adicionales a los apoyos que recibían los más de 5 millones de familias beneficiarias de los programas Oportunidades y de Apoyo Alimentario.
Sin embargo, lo que se presentó como un mecanismo temporal de contención sigue estando considerado en las reglas de operación de ambos programas para 2011.
Para Rojas, el esquema de apoyo no es sostenible.
"Es sólo ver una parte del problema. Son 120 pesos que, si los confrontas con el alza sostenida de los precios, evidentemente cada vez serán más insuficientes", comentó.
"Lo dijimos en el 2008 y lo volvemos a decir ahora: debemos aumentar la productividad del campo en pequeña escala. Desde ahí se puede asegurar la alimentación de la población más pobre y con la actividad de los mercados locales asegurar la alimentación de los pobres urbanos".
Daniela Rea, Reforma, 6 de febrero.
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