CARACAS (Agencias).— Una huelga de hambre de jóvenes parece estar ganando impulso en la medida en que sus organizadores logran llamar la atención internacional tras 22 días de ayuno, pero analistas afirmaron ayer que no creen que el presidente Hugo Chávez atienda las demandas de los activistas de que haya una investigación internacional sobre presuntas violaciones de los derechos humanos.
Los jóvenes huelguistas reclaman la libertad de unos 27 opositores presos, que consideran “detenidos políticos”.
La protesta ha recibido el apoyo de la oposición y de la Iglesia católica local, así como de EU, que exhortó a Caracas a permitir el ingreso de la OEA, cuyo secretario general José Miguel Insulza pidió ir a Venezuela.
El dirigente juvenil Julio César Rivas dijo en una conversación telefónica que más de 80 personas están participando en la huelga de hambre que se realiza o frente a las oficinas de la OEA en Caracas, las embajadas de Chile y Costa Rica en la capital, y otros ocho estados del país. La protesta comenzó el 31 de enero con 13 jóvenes.
Uno de los líderes de la huelga, Lorent Saleh, sufrió un desmayo cuando los paramédicos le tomaban una nuestra de sangre para un examen, al igual que otros tres compañeros. Saleh y sus tres compañeros fueron llevados a un centro médico para estabilizarlos. Los organizadores dijeron que se espera que se reincorporen a la protesta una vez que salgan del hospital.
Ninguna fuente independiente ha corroborado la cifra de huelguistas, que aseguran que solamente beben agua y solución salina. Piden que la Organización de Estados Americanos (OEA) evalúe el estado de los derechos humanos en el país sudamericano, y los casos de los “presos políticos”.
La medida de presión ha provocado que algunos aliados de Chávez salgan en defensa del gobierno después que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo estar dispuesto a visitar Venezuela para atender así una de las peticiones de los huelguistas.
Chávez, sin embargo, no ha mostrado señales de ceder.
Los jóvenes huelguistas reclaman la libertad de unos 27 opositores presos, que consideran “detenidos políticos”.
La protesta ha recibido el apoyo de la oposición y de la Iglesia católica local, así como de EU, que exhortó a Caracas a permitir el ingreso de la OEA, cuyo secretario general José Miguel Insulza pidió ir a Venezuela.
El dirigente juvenil Julio César Rivas dijo en una conversación telefónica que más de 80 personas están participando en la huelga de hambre que se realiza o frente a las oficinas de la OEA en Caracas, las embajadas de Chile y Costa Rica en la capital, y otros ocho estados del país. La protesta comenzó el 31 de enero con 13 jóvenes.
Uno de los líderes de la huelga, Lorent Saleh, sufrió un desmayo cuando los paramédicos le tomaban una nuestra de sangre para un examen, al igual que otros tres compañeros. Saleh y sus tres compañeros fueron llevados a un centro médico para estabilizarlos. Los organizadores dijeron que se espera que se reincorporen a la protesta una vez que salgan del hospital.
Ninguna fuente independiente ha corroborado la cifra de huelguistas, que aseguran que solamente beben agua y solución salina. Piden que la Organización de Estados Americanos (OEA) evalúe el estado de los derechos humanos en el país sudamericano, y los casos de los “presos políticos”.
La medida de presión ha provocado que algunos aliados de Chávez salgan en defensa del gobierno después que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo estar dispuesto a visitar Venezuela para atender así una de las peticiones de los huelguistas.
Chávez, sin embargo, no ha mostrado señales de ceder.
El Universal, 22 de febrero.
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