El dirigente perredista admitió que las diferencias en su partido se ahondaron a consecuencia de la posibilidad de una alianza con el PAN en el Estado de México y la licencia que solicitó Andrés Manuel López Obrador, al grado de poner al partido “al borde de la ruptura”.
Opinó que para evitar que la división se profundice es necesario que haya voluntad y prevalezca la unidad partidista, aunque reconoció que el tabasqueño envía señales negativas para establecer el diálogo con la dirección formal del PRD.
Ortega consideró que la unidad pasa por el acatamiento de los resolutivos del Consejo Nacional, como es el caso de la realización de la consulta en el Estado de México.
Ayer, Ortega se reunió con 28 de los 32 presidentes estatales perredistas, a quienes les pidió convocar a los consejos para que desde esos órganos de dirección se llame a la unidad partidista y se explique el porqué de la consulta en el Estado de México y la posible alianza con el PAN.
Ortega insistió en que la consulta del 27 de marzo “está firme”, pese a los llamados de López Obrador, Alejandro Encinas y las corrientes agrupadas en el G8, que exigen su cancelación y, en consecuencia, las negociaciones con el blanquiazul.
El presidente del PRD dio la bienvenida al ofrecimiento del gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, para mediar en el conflicto con López Obrador, y aseguró que siempre es conveniente abrir espacios de diálogo.
México • Liliana Padilla, Milenio, 24 de febrero.
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