Una vez que la elección en Guerrero ha terminado, Baja California Sur es ahora el nuevo destino de los “ejércitos” electorales.
A esta ciudad han comenzado a llegar operadores del PRI, PAN y PRD para apoyar a sus respectivos partidos, y afinar el proceso electoral del próximo domingo en que se renovará la gubernatura, cinco alcaldías y el Congreso local.
Así, la paz preelectoral comienza a diluirse con el paso de las horas y todo adquiere un tufo electoral. Hace unos días, la presencia más bien era discreta y todo se concentraba en los cierres de campaña.
Ahora, esta entidad atrae la atención nacional, pese a que los equipos de campaña de los tres principales partidos rechazan tener un apoyo indebido.
En hoteles como el Araiza han llegado operadores del PRI provenientes de Sinaloa. Enfundados en camisas y gorras rojas se diseminan por todo el estado para tratar de “influir”, de inclinar la balanza a su candidato Ricardo Barroso.
El mismo que denunció que el fin de semana llegaron a la entidad más de 100 camiones provenientes de Sinaloa para apoyar a su contrincante Luis Armando Díaz (PRD-PT).
Las denuncias contra el PRD agregan que la estructura del gobernador Narciso Agúndez opera a favor de ese partido, lo cual es constantemente negado por sus acompañantes.
Saben divertirse
Los cierres de campaña han tomado la lógica de pasarelas musicales. Por ejemplo, en un acto en Loreto, el candidato perredista Luis Armando Díaz se hizo acompañar de Édgar, cantante invidente de la Academia Bicentenario, quien apoyado en su teclado hizo bailar al público antes del acto político.
El artista no desaprovechó ni un momento para pronunciar el nombre de su anfitrión Luis Armando Díaz, y al candidato a alcalde de Loreto, Francisco Paco Rubio. Una cantante de exuberante cuerpo llamada Rossy interpretó canciones de Ana Bárbara, para tener al público calientito, en una noche que de por sí era fría.
Luego de los discursos, en el acto perredista se presentó Germán Lizárraga y su banda Estrellas de Sinaloa, que ya de mitin político no tuvo nada. El aspirante cedió su espacio al baile. Los que minutos antes escuchaban una lluvia de discursos sacaron sin miedo las bebidas para disfrutar lo que realmente les atrajo: la música, la fiesta y el baile.
En el cierre de campaña del candidato priísta Ricardo Barroso, en el campo de futbol 20 de Noviembre, también hubo pan y circo para el pueblo.
Al final del acto político, la gente escuchó a los Alegres de la Sierra, un grupo de banda que amenizó e hizo menos pesadas las horas de espera.
El cerrojazo del evento fueron fuegos pirotécnicos y el Himno a la Alegría, en una versión musical poco escuchada, como membrete de lo que dice ser la nueva generación priísta.
En el PAN no cantan mal las rancheras. A lo largo del Malecón suelen colocarse decenas de jóvenes que con banderas del partido invitan al que pasa a votar por el ex perredista Marcos Covarrubias, su candidato.
Todo acompañado de un grupo que toca música, que prende el ambiente a una verdadera batucada nocturna. Una fiesta.
Además de los mítines, en las calles todo es elección. Esta tranquila ciudad sufre el fenómeno que transforma fachadas, bardas y la vida cotidiana de sus moradores con las pancartas que exponen en cada esquina el rostro de los candidatos a los puestos de elección popular.
Los líderes partidistas coparon también la atención y las conferencias de prensa desde el pasado fin de semana. Jesús Ortega, Gustavo Madero y Beatriz Paredes suman apoyos.
Los taxistas pueden cambiar la percepción del proceso, quienes expresan una constante: se trata de una elección cerrada, no se sabe quién va a ganar y hasta el momento las acusaciones son verbales. Mientras llega el domingo, quedó demostrado que los sudcalifornianos saben como divertirse...
A esta ciudad han comenzado a llegar operadores del PRI, PAN y PRD para apoyar a sus respectivos partidos, y afinar el proceso electoral del próximo domingo en que se renovará la gubernatura, cinco alcaldías y el Congreso local.
Así, la paz preelectoral comienza a diluirse con el paso de las horas y todo adquiere un tufo electoral. Hace unos días, la presencia más bien era discreta y todo se concentraba en los cierres de campaña.
Ahora, esta entidad atrae la atención nacional, pese a que los equipos de campaña de los tres principales partidos rechazan tener un apoyo indebido.
En hoteles como el Araiza han llegado operadores del PRI provenientes de Sinaloa. Enfundados en camisas y gorras rojas se diseminan por todo el estado para tratar de “influir”, de inclinar la balanza a su candidato Ricardo Barroso.
El mismo que denunció que el fin de semana llegaron a la entidad más de 100 camiones provenientes de Sinaloa para apoyar a su contrincante Luis Armando Díaz (PRD-PT).
Las denuncias contra el PRD agregan que la estructura del gobernador Narciso Agúndez opera a favor de ese partido, lo cual es constantemente negado por sus acompañantes.
Saben divertirse
Los cierres de campaña han tomado la lógica de pasarelas musicales. Por ejemplo, en un acto en Loreto, el candidato perredista Luis Armando Díaz se hizo acompañar de Édgar, cantante invidente de la Academia Bicentenario, quien apoyado en su teclado hizo bailar al público antes del acto político.
El artista no desaprovechó ni un momento para pronunciar el nombre de su anfitrión Luis Armando Díaz, y al candidato a alcalde de Loreto, Francisco Paco Rubio. Una cantante de exuberante cuerpo llamada Rossy interpretó canciones de Ana Bárbara, para tener al público calientito, en una noche que de por sí era fría.
Luego de los discursos, en el acto perredista se presentó Germán Lizárraga y su banda Estrellas de Sinaloa, que ya de mitin político no tuvo nada. El aspirante cedió su espacio al baile. Los que minutos antes escuchaban una lluvia de discursos sacaron sin miedo las bebidas para disfrutar lo que realmente les atrajo: la música, la fiesta y el baile.
En el cierre de campaña del candidato priísta Ricardo Barroso, en el campo de futbol 20 de Noviembre, también hubo pan y circo para el pueblo.
Al final del acto político, la gente escuchó a los Alegres de la Sierra, un grupo de banda que amenizó e hizo menos pesadas las horas de espera.
El cerrojazo del evento fueron fuegos pirotécnicos y el Himno a la Alegría, en una versión musical poco escuchada, como membrete de lo que dice ser la nueva generación priísta.
En el PAN no cantan mal las rancheras. A lo largo del Malecón suelen colocarse decenas de jóvenes que con banderas del partido invitan al que pasa a votar por el ex perredista Marcos Covarrubias, su candidato.
Todo acompañado de un grupo que toca música, que prende el ambiente a una verdadera batucada nocturna. Una fiesta.
Además de los mítines, en las calles todo es elección. Esta tranquila ciudad sufre el fenómeno que transforma fachadas, bardas y la vida cotidiana de sus moradores con las pancartas que exponen en cada esquina el rostro de los candidatos a los puestos de elección popular.
Los líderes partidistas coparon también la atención y las conferencias de prensa desde el pasado fin de semana. Jesús Ortega, Gustavo Madero y Beatriz Paredes suman apoyos.
Los taxistas pueden cambiar la percepción del proceso, quienes expresan una constante: se trata de una elección cerrada, no se sabe quién va a ganar y hasta el momento las acusaciones son verbales. Mientras llega el domingo, quedó demostrado que los sudcalifornianos saben como divertirse...
Ricardo Gómez enviado, El Universal, 1º de febrero.
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