La Cámara baja hará ajustes a la iniciativa, “si es necesario”

El presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRI, se pronunció ayer en contra de que la Ley de Migración que se discute en el Senado de la República promueva o aliente violaciones a los derechos humanos de la migrantes indocumentados.

Por el contrario, dijo, “el espíritu de la ley que queremos en el Congreso mexicano debe buscar el respeto a los derechos humanos”, que ha sido la exigencia mayor que el país ha manifestado en relación con la migración que tenemos hacia Estados Unidos.

Afirmó que la Cámara baja aguardará a que finalice hoy la aprobación total de dicha ley para luego revisarla y, en caso de ser necesario, realizar los ajustes y modificaciones que correspondan.

“Vamos a estudiar lo que nos envíe el Senado de la República; lo haremos con toda responsabilidad. El proceso legislativo es así y son ellos (los senadores) la Cámara de origen y nosotros la revisora. Si hubiera algo qué enmendar se hará con toda responsabilidad”, agregó.

Aseguró que habrá asuntos, como los de negar la ciudadanía automática a los hijos de indocumentados, o criminalizar la estancia de los migrantes indocumentados en territorio nacional, que violan los tratados internacionales y los derechos humanos, y por lo tanto revisará con lupa el Senado para que no queden incorporados a la nueva Ley, y posteriormente nosotros haremos lo mismo, insistió.

Sin embargo, el presidente de la Cámara de Diputados afirmó que “no se puede comparar la Ley de Migración que analiza en este momento el Senado con la Ley Arizona. Por el contrario, la nuestra garantiza a los hermanos centro y sudamericanos un tránsito seguro”, subrayó.

El espíritu de la ley que procesa el Congreso mexicano, añadió el legislador yucateco, “exige seguridad y cumplimiento de normas y requisitos”, a fin de garantizar que los migrantes no caigan en las garras del crimen organizado ante la vulnerabilidad derivada de las condiciones en que llegan a México.

Por otra parte, en relación con la iniciativa migratoria que en estos momentos discute el Senado de Estados Unidos, Ramírez Marín dijo que le parece “absolutamente injusto y en contra de la naturaleza del derecho internacional. Me parece que no corresponde a la amistad y afecto que México ha demostrado hacia Estados Unidos”, subrayó.

Pidió al gobierno que encabeza el presidente Barack Obama “que esté muy atento para evitar que prospere esa legislación: Reconozco el derecho que tienen los legisladores estadounidenses, pero me parece una actitud racista, xenofóbica en contra de otro país, que no va a beneficiar ni su economía ni su seguridad”, advirtió.

Luciano Franco, La Crónica, 24 de febrero.

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