La inseguridad que desde hace tiempo existe en la frontera sur de Tabasco es un riesgo constante para los migrantes centroamericanos, ya que a la fecha ninguna autoridad ha instrumentado acciones para prevenir y controlar la delincuencia común, que junto con el crimen organizado, mantiene su coto en la línea fronteriza de Guatemala y México, denunciaron organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos.
Efraín Rodríguez León, director jurídico del Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab), afirmó que “lamentablemente” se ha incrementado la presencia de bandas delictivas que secuestran, violan y asesinan a migrantes. “La situación está bastante delicada en toda la ruta del tren”.
Esta ruta del tren proveniente de Yucatán y Campeche, usada por migrantes que entran por El Petén, Guatemala, pasa por “santuarios” de Los Zetas en Tabasco, Chiapas y Veracruz.
El director jurídico del Codehutab dijo que a pesar de la presencia policial y militar, los migrantes son víctimas de criminales. “No es posible que en sus narices ocurran hechos delictivos”.
El 10 de diciembre de 2010 esta ONG inauguró el Centro de Atención del Migrante, en el poblado Santuario, en Macuspana, Tabasco, lugar por donde pasa el ferrocarril y al que llegan también los indocumentados.
El coordinador de la Casa del Migrante Jesucristo Resucitado de Tenosique, Tomás González Castillo, afirmó que las rutas utilizadas por migrantes en la frontera sur de Tabasco son asoladas por la delincuencia común que roba, asalta, viola y asesina a este grupo de población vulnerable.
La “bienvenida” a centroamericanos
Desde los alrededores de la comunidad fronteriza de Sueños de Oro, Tenosique —el primer poblado cercano a la línea fronteriza—, los delincuentes le dan la “bienvenida” a los indocumentados centroamericanos que ingresan al territorio nacional en su tránsito a la frontera con Estados Unidos, afirmó el párroco de Tenosique, también presidente del Comité de Derechos Humanos del Usumacinta.
Los migrantes cruzan a México por los poblados de El Ceibo y El Petén, en Guatemala, para internarse y caminar por puntos selváticos y potreros, a lo largo de los municipios de Balancán y Tenosique, hasta alcanzar 60 kilómetros y llegar a las vías del ferrocarril.
Los indocumentados que no han sido secuestrados ni contrataron polleros subordinados al cártel de Los Zetas son quienes tienen que caminar más de 60 kilómetros, donde son emboscados por pandilleros comunes de las comunidades tabasqueñas.
En poblados de la frontera de Guatemala, donde se concentran los migrantes antes de entrar a Tabasco, están las bandas de polleros controladas por la delincuencia organizada.
Antes de llegar al paso del tren en Balancán y Tenosique, los migrantes se enfrentan a toda serie de calamidades, según relatan al llegar a la Casa del Migrante para pedir auxilio, comenta el fraile franciscano Tomás González.
El párroco tiene ante la Procuraduría General de la República (PGR) una demanda en su contra por el presunto delito de obstrucción de las tareas del Instituto Nacional de Migración (INM), la cual fue presentada por la institución dependiente de la Secretaría de Gobernación.
El INM se querelló ante la PGR el 18 de diciembre pasado, cuando un grupo de agentes de migración fueron filmados y fotografiados durante un operativo contra ilegales centroamericanos refugiados en la Casa del Migrante.
El pasado 10 de enero el delegado regional del Instituto Nacional de Migración, Luis Alberto Molina Ríos, le prometió que se desistiría de la demanda penal en contra del párroco de Tenosique, pero incumplió, pues “normalmente así es como actúan las autoridades” y hasta ahora no existe ningún desistimiento, informó González Castillo.
El coordinador de la Casa del Migrante sostiene que nunca se ha opuesto a las tareas realizadas por parte de la dependencia, pero sí “a la manera prepotente, a la violencia verbal y física, así como la violencia de los derechos humanos de los inmigrantes”, recalcó el defensor.
El fraile explicó que luego de que descendió el flujo de migrantes por la temporada decembrina, este inicio de año otra vez aumentó el éxodo de ilegales centroamericanos.
Efraín Rodríguez León, director jurídico del Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab), afirmó que “lamentablemente” se ha incrementado la presencia de bandas delictivas que secuestran, violan y asesinan a migrantes. “La situación está bastante delicada en toda la ruta del tren”.
Esta ruta del tren proveniente de Yucatán y Campeche, usada por migrantes que entran por El Petén, Guatemala, pasa por “santuarios” de Los Zetas en Tabasco, Chiapas y Veracruz.
El director jurídico del Codehutab dijo que a pesar de la presencia policial y militar, los migrantes son víctimas de criminales. “No es posible que en sus narices ocurran hechos delictivos”.
El 10 de diciembre de 2010 esta ONG inauguró el Centro de Atención del Migrante, en el poblado Santuario, en Macuspana, Tabasco, lugar por donde pasa el ferrocarril y al que llegan también los indocumentados.
El coordinador de la Casa del Migrante Jesucristo Resucitado de Tenosique, Tomás González Castillo, afirmó que las rutas utilizadas por migrantes en la frontera sur de Tabasco son asoladas por la delincuencia común que roba, asalta, viola y asesina a este grupo de población vulnerable.
La “bienvenida” a centroamericanos
Desde los alrededores de la comunidad fronteriza de Sueños de Oro, Tenosique —el primer poblado cercano a la línea fronteriza—, los delincuentes le dan la “bienvenida” a los indocumentados centroamericanos que ingresan al territorio nacional en su tránsito a la frontera con Estados Unidos, afirmó el párroco de Tenosique, también presidente del Comité de Derechos Humanos del Usumacinta.
Los migrantes cruzan a México por los poblados de El Ceibo y El Petén, en Guatemala, para internarse y caminar por puntos selváticos y potreros, a lo largo de los municipios de Balancán y Tenosique, hasta alcanzar 60 kilómetros y llegar a las vías del ferrocarril.
Los indocumentados que no han sido secuestrados ni contrataron polleros subordinados al cártel de Los Zetas son quienes tienen que caminar más de 60 kilómetros, donde son emboscados por pandilleros comunes de las comunidades tabasqueñas.
En poblados de la frontera de Guatemala, donde se concentran los migrantes antes de entrar a Tabasco, están las bandas de polleros controladas por la delincuencia organizada.
Antes de llegar al paso del tren en Balancán y Tenosique, los migrantes se enfrentan a toda serie de calamidades, según relatan al llegar a la Casa del Migrante para pedir auxilio, comenta el fraile franciscano Tomás González.
El párroco tiene ante la Procuraduría General de la República (PGR) una demanda en su contra por el presunto delito de obstrucción de las tareas del Instituto Nacional de Migración (INM), la cual fue presentada por la institución dependiente de la Secretaría de Gobernación.
El INM se querelló ante la PGR el 18 de diciembre pasado, cuando un grupo de agentes de migración fueron filmados y fotografiados durante un operativo contra ilegales centroamericanos refugiados en la Casa del Migrante.
El pasado 10 de enero el delegado regional del Instituto Nacional de Migración, Luis Alberto Molina Ríos, le prometió que se desistiría de la demanda penal en contra del párroco de Tenosique, pero incumplió, pues “normalmente así es como actúan las autoridades” y hasta ahora no existe ningún desistimiento, informó González Castillo.
El coordinador de la Casa del Migrante sostiene que nunca se ha opuesto a las tareas realizadas por parte de la dependencia, pero sí “a la manera prepotente, a la violencia verbal y física, así como la violencia de los derechos humanos de los inmigrantes”, recalcó el defensor.
El fraile explicó que luego de que descendió el flujo de migrantes por la temporada decembrina, este inicio de año otra vez aumentó el éxodo de ilegales centroamericanos.
Roberto Barboza corresponsal, El Universal, 5 de febrero.
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