El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) urgió al Legislativo y Ejecutivo a pasar de las palabras a los hechos una vez concluidos los foros de debate sobre la reforma energética, puesto que se requiere entrar con “profundidad a la modernización de Petróleos Mexicanos y no simplemente realizar modificaciones cosméticas”.
El presidente del organismo privado, Armando Paredes, sentencia que sería decepcionante que luego de todo este esfuerzo, las iniciativas se matizaran en lugar de enriquecerse.
Por ello, agrega, la conclusión de los foros representa la oportunidad para que los legisladores decidan, a partir de un análisis técnico y profundo que deje de lado los intereses partidistas y particulares, el futuro del sector energético y, por ende, de México. “La reforma energética representa la transición hacia un régimen más eficiente y productivo que, a la vez, permita atraer nuevas inversiones y generar los empleos que se necesitan para garantizar un crecimiento económico sostenido y un mayor desarrollo social”, establece en un comunicado de prensa.
La viabilidad de este escenario depende en gran medida de la competitividad, pues representa el factor último que determina la capacidad que se tiene de atraer y retener mayores niveles de inversión que se traducen en más y mejores empleos, advierte.
Puerta a la transición
Para el CCE la reforma energética representa la transición hacia un régimen más eficiente y productivo, que permita atraer nuevas inversiones y generar más empleos mejor remunerados, destaca.
De esta forma, Paredes Arroyo-Loza demanda posicionar el tema de la competitividad como prioridad en las agendas del gobierno federal y del Congreso de la Unión.
“Éste es el momento clave”, asegura, ya que en materia de competitividad las cifras y los señalamientos de diversos organismos nacionales e internacionales son desalentadores; así que una de las reformas que permitirán salir a flote es la energética.
Para el sector empresarial es imprescindible avanzar con firmeza en los temas que tendrán mayor impacto en la competitividad nacional y que además son viables económica, jurídica y políticamente. De lo contrario, advierten, otros países nos seguirán desplazando.
La máxima cúpula empresarial del país solicita que haya un sano desempeño del sector energético que atienda la vulnerabilidad que presenta el abasto de insumos de hidrocarburos a precios competitivos, junto con un balance superávitario de ingresos.
El presidente del organismo privado, Armando Paredes, sentencia que sería decepcionante que luego de todo este esfuerzo, las iniciativas se matizaran en lugar de enriquecerse.
Por ello, agrega, la conclusión de los foros representa la oportunidad para que los legisladores decidan, a partir de un análisis técnico y profundo que deje de lado los intereses partidistas y particulares, el futuro del sector energético y, por ende, de México. “La reforma energética representa la transición hacia un régimen más eficiente y productivo que, a la vez, permita atraer nuevas inversiones y generar los empleos que se necesitan para garantizar un crecimiento económico sostenido y un mayor desarrollo social”, establece en un comunicado de prensa.
La viabilidad de este escenario depende en gran medida de la competitividad, pues representa el factor último que determina la capacidad que se tiene de atraer y retener mayores niveles de inversión que se traducen en más y mejores empleos, advierte.
Puerta a la transición
Para el CCE la reforma energética representa la transición hacia un régimen más eficiente y productivo, que permita atraer nuevas inversiones y generar más empleos mejor remunerados, destaca.
De esta forma, Paredes Arroyo-Loza demanda posicionar el tema de la competitividad como prioridad en las agendas del gobierno federal y del Congreso de la Unión.
“Éste es el momento clave”, asegura, ya que en materia de competitividad las cifras y los señalamientos de diversos organismos nacionales e internacionales son desalentadores; así que una de las reformas que permitirán salir a flote es la energética.
Para el sector empresarial es imprescindible avanzar con firmeza en los temas que tendrán mayor impacto en la competitividad nacional y que además son viables económica, jurídica y políticamente. De lo contrario, advierten, otros países nos seguirán desplazando.
La máxima cúpula empresarial del país solicita que haya un sano desempeño del sector energético que atienda la vulnerabilidad que presenta el abasto de insumos de hidrocarburos a precios competitivos, junto con un balance superávitario de ingresos.
Lilia Gónzález Velázquez, El Economista, 23 de julio.
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