LA HABANA.- El Presidente cubano, Raúl Castro, asistió ayer a la primera ceremonia de beatificación en la isla, en un gesto que, se cree, podría dar un nuevo impulso a las relaciones entre la Iglesia católica y el Gobierno, tras décadas de mutua desconfianza.
La televisión pública isleña transmitió en directo la beatificación del fraile cubano José Olallo -quien vivió entre 1820 y 1889- que tuvo lugar en la Ciudad oriental de Camagüey, entre banderas nacionales de Cuba y El Vaticano.
El General Castro llegó vestido de civil, con traje y zapatos oscuros, minutos antes de comenzar la ceremonia, a las 8:00 horas. En el lugar se encontraban ya el Arzobispo de La Habana, Jaime Ortega y varios Obispos, así como el enviado del Papa Benedicto XVI, el Cardenal José Saraiva Martins, quien presidió la ceremonia.
El diácono Miguel Ángel Ortiz entregó una Biblia a Raúl Castro después de que el Mandatario saludara al Arzobispo de Camagüey, Juan García, y a otros jerarcas religiosos.
A la misa asistieron unas 20 mil personas, entre ellas la niña camagüeyana Daniela Cabrera, quien, según decretó un tribunal eclesial, debe la curación de un linfoma que amenazaba su vida a un milagro de Dios hecho mediante la intercesión del fraile, quien está ahora a un paso de ser nombrado santo.
"Esta beatificación es un hito para la Iglesia en Cuba y para todo el pueblo", opinó Saraiva, quien calificó de apóstol y campeón de la caridad cristiana al fraile cubano.
Por su parte, el Arzobispo de Camagüey, García, agradeció la cooperación gubernamental para la ceremonia, difícil de imaginar en otros tiempos.
Durante los primeros años de la Revolución Cubana, la Iglesia y las autoridades comunistas vivieron una serie de enfrentamientos; sin embargo, esta situación comenzó a cambiar en la década de los 90.
En 1992, el Gobierno eliminó de su constitución la definición de Cuba como un Estado ateo, y seis años después permitió la visita del entonces Papa Juan Pablo II, a la isla. Durante ésta, el que fuera Presidente isleño, Fidel Castro, asistió a algunas celebraciones religiosas.
La televisión pública isleña transmitió en directo la beatificación del fraile cubano José Olallo -quien vivió entre 1820 y 1889- que tuvo lugar en la Ciudad oriental de Camagüey, entre banderas nacionales de Cuba y El Vaticano.
El General Castro llegó vestido de civil, con traje y zapatos oscuros, minutos antes de comenzar la ceremonia, a las 8:00 horas. En el lugar se encontraban ya el Arzobispo de La Habana, Jaime Ortega y varios Obispos, así como el enviado del Papa Benedicto XVI, el Cardenal José Saraiva Martins, quien presidió la ceremonia.
El diácono Miguel Ángel Ortiz entregó una Biblia a Raúl Castro después de que el Mandatario saludara al Arzobispo de Camagüey, Juan García, y a otros jerarcas religiosos.
A la misa asistieron unas 20 mil personas, entre ellas la niña camagüeyana Daniela Cabrera, quien, según decretó un tribunal eclesial, debe la curación de un linfoma que amenazaba su vida a un milagro de Dios hecho mediante la intercesión del fraile, quien está ahora a un paso de ser nombrado santo.
"Esta beatificación es un hito para la Iglesia en Cuba y para todo el pueblo", opinó Saraiva, quien calificó de apóstol y campeón de la caridad cristiana al fraile cubano.
Por su parte, el Arzobispo de Camagüey, García, agradeció la cooperación gubernamental para la ceremonia, difícil de imaginar en otros tiempos.
Durante los primeros años de la Revolución Cubana, la Iglesia y las autoridades comunistas vivieron una serie de enfrentamientos; sin embargo, esta situación comenzó a cambiar en la década de los 90.
En 1992, el Gobierno eliminó de su constitución la definición de Cuba como un Estado ateo, y seis años después permitió la visita del entonces Papa Juan Pablo II, a la isla. Durante ésta, el que fuera Presidente isleño, Fidel Castro, asistió a algunas celebraciones religiosas.
Yolanda Martínez corresponsa, Reforma, 30 de noviembre.
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