Dos granadas de fragmentación fueron arrojadas la medianoche de este lunes contra instalaciones del periódico El Debate, en Culiacán, Sinaloa, generando daños a paredes y cristales, pero no personas lesionadas.
Agentes estatales y federales, además de elementos del Ejército mexicano, llegaron minutos después al lugar de los hechos para tomar conocimiento del caso, pero hasta el cierre de esta edición no había detenidos.
De acuerdo con testigos, los responsables del ataque son dos individuos de entre 35 y 40 años de edad que huyeron a pie por el bulevar Madero hacia la avenida Riva Palacio, luego de lanzar las dos granadas. Versiones de comensales de un restaurante cercano a las instalaciones del diario sinaloense refieren que los responsables huyeron en un Tsuru blanco.
Consultado por MILENIO, el director del Grupo Editorial El Debate, José Isabel Ramos Santos, indicó que hasta antes del ataque no habían recibido amenazas, por lo que calificó los hechos de “sorpresivos e inéditos”.
El funcionario de la empresa editora del diario El Debate rechazó asegurar tajantemente si detrás de los granadazos está el crimen organizado, pero aceptó que la agresión es un “abierto ataque al derecho de expresión”.
— ¿Qué harán en adelante?
—Vamos a continuar realizando el trabajo que hemos venido haciendo desde hace 78 años; no nos van a amedrentar ni nos vamos a callar nada.
Ramos Santos indicó que ya interpusieron la denuncia penal correspondiente por los delitos de daños en propiedad ajena y uso de armas prohibidas.
Confirmó que hasta el cierre de esta edición no había ningún detenido por el ataque y pidió a las autoridades federales y estatales “garantías” para desempeñar la labor periodística.
También señaló que luego del ataque se incrementaron las medidas de seguridad. En el interior de diario se aumentó el número de cámaras de vigilancia, mientras en el exterior habrá más agentes estatales y municipales.
Averiguaciones previas
La onda expansiva rompió los cristales de la entrada principal del diario y dañó las paredes del inmueble y la reja principal. La explosión generó también una hendidura en el piso.
En el lugar de los hechos se hallaron las espoletas de las granadas y el seguro de una. En la misma área del atentado se localiza una caseta de vigilancia, que fue dañada por las esquirlas. Horas después de la explosión, la PGR abrió la averiguación previa 1216/2008, radicada en la Agencia Especializada en Atención a Delitos Cometidos contra Periodistas, mientras la Procuraduría de Justicia de Sinaloa hizo lo propio con la averiguación, 574/2008.
El delegado de la PGR en Sinaloa, Miguel Ángel Campos Ortiz, y el procurador estatal, Alfredo Higuera Bernal, se comprometieron a esclarecer este hecho violento.
En tanto, dirigentes de diferentes asociaciones de periodistas de Sinaloa condenaron el ataque y demandaron mayores garantías para el ejercicio periodístico. Catalogaron los hechos de “atentado a la libertad de expresión.
Antecedentes de la agresión
Este es el segundo incidente en instalaciones de El Debate en una semana. Hace unos días, individuos desconocidos dejaron en las escaleras de sus oficinas un envoltorio que simulaba ser una cabeza humana.
El paquete llevaba pegado un cartel de la procuraduría estatal, en el que aparecen los presuntos delincuentes más buscados del país. Ante ese hecho se aplicó un operativo de búsqueda, pero no se detuvo a nadie.
Agentes estatales y federales, además de elementos del Ejército mexicano, llegaron minutos después al lugar de los hechos para tomar conocimiento del caso, pero hasta el cierre de esta edición no había detenidos.
De acuerdo con testigos, los responsables del ataque son dos individuos de entre 35 y 40 años de edad que huyeron a pie por el bulevar Madero hacia la avenida Riva Palacio, luego de lanzar las dos granadas. Versiones de comensales de un restaurante cercano a las instalaciones del diario sinaloense refieren que los responsables huyeron en un Tsuru blanco.
Consultado por MILENIO, el director del Grupo Editorial El Debate, José Isabel Ramos Santos, indicó que hasta antes del ataque no habían recibido amenazas, por lo que calificó los hechos de “sorpresivos e inéditos”.
El funcionario de la empresa editora del diario El Debate rechazó asegurar tajantemente si detrás de los granadazos está el crimen organizado, pero aceptó que la agresión es un “abierto ataque al derecho de expresión”.
— ¿Qué harán en adelante?
—Vamos a continuar realizando el trabajo que hemos venido haciendo desde hace 78 años; no nos van a amedrentar ni nos vamos a callar nada.
Ramos Santos indicó que ya interpusieron la denuncia penal correspondiente por los delitos de daños en propiedad ajena y uso de armas prohibidas.
Confirmó que hasta el cierre de esta edición no había ningún detenido por el ataque y pidió a las autoridades federales y estatales “garantías” para desempeñar la labor periodística.
También señaló que luego del ataque se incrementaron las medidas de seguridad. En el interior de diario se aumentó el número de cámaras de vigilancia, mientras en el exterior habrá más agentes estatales y municipales.
Averiguaciones previas
La onda expansiva rompió los cristales de la entrada principal del diario y dañó las paredes del inmueble y la reja principal. La explosión generó también una hendidura en el piso.
En el lugar de los hechos se hallaron las espoletas de las granadas y el seguro de una. En la misma área del atentado se localiza una caseta de vigilancia, que fue dañada por las esquirlas. Horas después de la explosión, la PGR abrió la averiguación previa 1216/2008, radicada en la Agencia Especializada en Atención a Delitos Cometidos contra Periodistas, mientras la Procuraduría de Justicia de Sinaloa hizo lo propio con la averiguación, 574/2008.
El delegado de la PGR en Sinaloa, Miguel Ángel Campos Ortiz, y el procurador estatal, Alfredo Higuera Bernal, se comprometieron a esclarecer este hecho violento.
En tanto, dirigentes de diferentes asociaciones de periodistas de Sinaloa condenaron el ataque y demandaron mayores garantías para el ejercicio periodístico. Catalogaron los hechos de “atentado a la libertad de expresión.
Antecedentes de la agresión
Este es el segundo incidente en instalaciones de El Debate en una semana. Hace unos días, individuos desconocidos dejaron en las escaleras de sus oficinas un envoltorio que simulaba ser una cabeza humana.
El paquete llevaba pegado un cartel de la procuraduría estatal, en el que aparecen los presuntos delincuentes más buscados del país. Ante ese hecho se aplicó un operativo de búsqueda, pero no se detuvo a nadie.
Iván Pedraza y Adriana Carlos, Milenio, 18 de noviembre.
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