Medvédev y Raúl Castro

Los presidentes de Rusia, Dimitri Medvédev, y Cuba, Raúl Castro, relanzaron ayer en La Habana una nueva alianza, que abarca desde la multiplicación de relaciones comerciales y financieras hasta la coordinación de posiciones políticas a nivel global. Medvédev desembarcó en la isla la tarde del jueves, tras asistir en Lima a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y visitar después a Brasil y Venezuela, país este último donde selló ocho acuerdos y dialogó con el mandatario Hugo Chávez sobre energía nuclear y cooperación militar, entre otros temas.

Medvedev y Castro, quien tiene previsto visitar Moscú en 2009, se reunieron primero a solas en el Palacio de la Revolución y después comenzaron los intercambios oficiales a puertas cerradas entre las dos delegaciones. “Las conversaciones transcurrieron en un ambiente de amistad y respeto mutuo, consecuente con la larga amistad que une” a los dos países, dijo un comunicado oficial. Agregó que el mandatario ruso insistió en el interés de su gobierno de “incrementar su participación en el desarrollo de la economía” nacional.

No se descarta que el líder ruso sea recibido también por el convaleciente expresidente Fidel Castro, aunque como es habitual ello no está contemplado en el programa oficial. Fidel y Raúl Castro fueron los artífices de la poderosa asociación desarrollada durante 30 años entre La Habana y Moscú en plena etapa de guerra fría, que se disolvió tras la desaparición de la Unión Soviética.

En medios diplomáticos de la isla se estimaba ayer que la visita de Medvédev “por encima de los acuerdos que firme, lanza una señal de fuerza” al presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, en momentos en que los cubanos ensanchan sus alianzas internacionales y “las relaciones entre Rusia y EU pasan por un mal momento”.

El embajador ruso en La Habana, Mijail Kamynin, quien integra la delegación de Medvédev, comentó en tanto que petroleras de su país ya disponen de “proyectos concretos” para la búsqueda de crudo en la zona exclusiva cubana del Golfo de México, donde la empresa Repsol se dispone a realizar una segunda perforación en 2009 y también tienen contratos compañías de Venezuela, Brasil, China, India, Noruega, Malasia y Vietnam.

En opinión de Kamynin otro objetivo de inversiones y cooperación es la “creación de una fábrica de ferroníquel” en la región oriental de Holguín, donde la presencia de la antigua URSS ha sido desplazada por inversiones y tecnología canadiense. Asimismo Moscú busca establecer “un nudo de transporte” a partir de La Habana para insertarse en el mercado turístico de la zona.

Manuel Juan Somoza en La Habana, Milenio, 28 de noviembre.


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