Tan sólo del 24 al 27 de octubre de este año, primer fin de semana del Programa Paisano, ingresaron 7 mil 580 paisanos por los cruces tamaulipecos, contra 5 mil 732 que entraron del 20 al 23 de octubre del 2007.
Tanto autoridades aduaneras como los mismos connacionales atribuyen el regreso a que la crisis económica en Estados Unidos está afectando las oportunidades de empleo.
Francisco Hugolino Cruz Ortiz, subadministrador de Supervisión Aduanera en Nuevo Laredo, dijo que desde el pasado fin de semana se registra un mayor tráfico en el área de ingreso.
"Se juntan dos cosas: una es la celebración del Día de Muertos este sábado y domingo, y otra es la situación de la pérdida de empleo en Estados Unidos, por lo que muchos paisanos ya se están regresando".
Como muestra de que los paisanos no planean regresar a Estados Unidos, Cruz mencionó que bajó la solicitud de permisos de internación temporal de autos, mientras que está aumentando la de nacionalización.
Las autoridades aduaneras no dieron cifras de la regularización de autos, porque el corte de caja se hace este lunes.
Sin embargo, en el Centro de Internación Temporal de Vehículos se expidieron sólo mil 794 permisos de internación temporal del 24 al 29 de octubre, en contraste con los 3 mil 942 permisos otorgados la primera semana del programa paisano en el 2007.
La semana pasada, las oficinas de ese Centro de Internación Temporal estaban prácticamente vacías, mientras que su estacionamiento estaba lleno, pero de autos que esperaban ingresar al módulo vecino de nacionalización de vehículos.
Luego de casi 13 años de vivir y trabajar en Kentucky, Ricardo Landeros, de Veracruz, decidió regresar junto con su esposa y sus dos hijos, para establecerse en su Estado natal definitivamente.
Mientras hacía fila para nacionalizar su camioneta y el remolque donde traía sus pertenencias, Landeros relató que en Estados Unidos tenía dos empleos, uno como lavaplatos en un restaurante y otro en una fábrica, pero el costo de la vida se volvió insostenible.
"En los dos trabajos ganaba como unos 600 dólares a la quincena", explicó, "pero tenía que pagar renta y así está más difícil. En México tengo casa propia, por eso nos venimos. Ya nos vamos a quedar acá, voy a tratar aquí de conseguir un trabajo".
Haciendo fila también estaba Marcos Pérez Hernández, en espera de concluir el trámite de nacionalización de su camioneta, en la que viajaba con sus tres hermanos.
Todos fueron despedidos después de dos años de laborar como plomeros en una agencia de servicios.
"Empezaron por bajarnos las horas de trabajo", narró. "Nos daban 60 horas a la semana y después nos bajaron a 40 hasta que finalmente nos corrieron".
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