Con visibles blindajes de seguridad y poca concurrencia, en comparación con años anteriores, se realizaron desfiles conmemorativos al inicio de la Revolución mexicana en ciudades de Jalisco, Nuevo León, Campeche, Durango y Coahuila.
El 15 de septiembre, en Morelia, Michoacán, segundos después del grito de Independencia por parte del gobernante perredista Leonel Godoy, un ataque con granadas en el zócalo dejó al menos ocho muertos y más de 100 heridos.
En Guadalajara, capital de Jalisco, fuerzas federales y estatales blindaron las calles por donde pasarían los marchistas. En años anteriores el operativo de seguridad estuvo a cargo de las policías estatales y municipales; ahora participaron también elementos del Ejército mexicano, que se instalaron principalmente en edificios públicos.
Se innovó, asimismo, en la instalación de aduanas cerca del Palacio de Gobierno, que eran custodiadas por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del estado. Los policías revisaban “al azar” las mochilas o bolsas de la gente que transitaba por la zona.
Se trazaron rutas de evacuación y salidas de emergencia ante la posibilidad de algún percance inesperado.
El desfile cívico-deportivo tuvo poca concurrencia comparado con otros años. Autoridades municipales calcularon en 5 mil los asistentes; antes era casi el doble.
En Monterrey, Nuevo León, también se tomaron precauciones antes del desfile. “Repasamos el área con el equipo canino de detección de explosivos”, señaló Filiberto de la Garza, encargado de la Subsecretaría de Protección Ciudadana.
Aclaró que el operativo es el mismo que en años anteriores, porque en esta ciudad “hasta el momento no hay indicios que obliguen a las autoridades o a la ciudadanía a presumir la posibilidad de un atentado”.
El funcionario detalló que el operativo fue coordinado entre la corporación de Seguridad Pública de Monterrey y la estatal, y participaron unos 720 elementos.
Marcharon alrededor de 2 mil 490 personas, entre policías estatales, municipales e instituciones civiles, y fue uno de los más desangelados en los últimos cinco años, los asistentes no rebasaron los 2 mil.
En Campeche, el desfile se realizó en medio de un enorme despliegue policiaco, mientras que con toda tranquilidad y sin incidentes se efectuaron los festejos en Torreón, Coahuila, y Gómez Palacio, Durango. (Con información de Mae López, Jonathan Tapia y Enrique Proa)
El 15 de septiembre, en Morelia, Michoacán, segundos después del grito de Independencia por parte del gobernante perredista Leonel Godoy, un ataque con granadas en el zócalo dejó al menos ocho muertos y más de 100 heridos.
En Guadalajara, capital de Jalisco, fuerzas federales y estatales blindaron las calles por donde pasarían los marchistas. En años anteriores el operativo de seguridad estuvo a cargo de las policías estatales y municipales; ahora participaron también elementos del Ejército mexicano, que se instalaron principalmente en edificios públicos.
Se innovó, asimismo, en la instalación de aduanas cerca del Palacio de Gobierno, que eran custodiadas por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del estado. Los policías revisaban “al azar” las mochilas o bolsas de la gente que transitaba por la zona.
Se trazaron rutas de evacuación y salidas de emergencia ante la posibilidad de algún percance inesperado.
El desfile cívico-deportivo tuvo poca concurrencia comparado con otros años. Autoridades municipales calcularon en 5 mil los asistentes; antes era casi el doble.
En Monterrey, Nuevo León, también se tomaron precauciones antes del desfile. “Repasamos el área con el equipo canino de detección de explosivos”, señaló Filiberto de la Garza, encargado de la Subsecretaría de Protección Ciudadana.
Aclaró que el operativo es el mismo que en años anteriores, porque en esta ciudad “hasta el momento no hay indicios que obliguen a las autoridades o a la ciudadanía a presumir la posibilidad de un atentado”.
El funcionario detalló que el operativo fue coordinado entre la corporación de Seguridad Pública de Monterrey y la estatal, y participaron unos 720 elementos.
Marcharon alrededor de 2 mil 490 personas, entre policías estatales, municipales e instituciones civiles, y fue uno de los más desangelados en los últimos cinco años, los asistentes no rebasaron los 2 mil.
En Campeche, el desfile se realizó en medio de un enorme despliegue policiaco, mientras que con toda tranquilidad y sin incidentes se efectuaron los festejos en Torreón, Coahuila, y Gómez Palacio, Durango. (Con información de Mae López, Jonathan Tapia y Enrique Proa)
De los corresponsales, El Universal, 18 de noviembre.
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