Revienta rebelión alianza con Elba

La inconformidad interna del PRI por la entrega de posiciones al Partido Nueva Alianza (Panal), fundado por Elba Esther Gordillo, terminó ayer por reventar la coalición pactada para las elecciones del próximo primero de julio.

En noviembre de 2011, cinco años después de ser expulsada del tricolor -acusada de traición-, la presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se convirtió en la nueva aliada del PRI y se comprometió a respaldar la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto.

La negociación fue operada por el entonces dirigente nacional del tricolor, Humberto Moreira, maestro y amigo personal de Gordillo.

A cambio del respaldo del Panal, el PRI entregó 24 candidaturas a diputados federales y cuatro senadurías, de las cuales, una sería para la hija de Gordillo, Mónica Arriola, y la otra para su yerno, Fernando González.

La distribución de los espacios generó una crisis al interior del tricolor, ya que priistas de Chiapas, Sinaloa, Puebla, Jalisco y el Distrito Federal protestaron públicamente por los términos del convenio.

Cuando se firmó la coalición, los inconformes denunciaron "la incongruencia" de la alianza, ya que en esos momentos el Panal competía en contra del PRI y a favor del PAN en las elecciones de Michoacán.

El ex candidato presidencial priista, Francisco Labastida, fustigó públicamente la alianza con Gordillo.

"Nos quita más de lo que nos da", expresó entonces.

En Puebla, el ex Gobernador Manuel Bartlett anunció su salida del tricolor, mientras que el Consejo Político de la entidad emitió un pronunciamiento formal para que se echara abajo la alianza.

En entidades como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, los militantes advirtieron sobre los costos de la coalición con Gordillo, ya que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) representaría una amenaza frontal para el PRI.

En las últimas semanas, la presión de los estados a la dirigencia nacional del tricolor se incrementó, como consecuencia de la cercanía para el registro de los aspirantes a senadores, que se llevará a cabo este día.

 
 
La otra evaluación
 
Fuentes del PRI aseguraron que la decisión de romper la alianza con Elba Esther fue valorada, directamente, por el equipo de Peña Nieto.

Los operadores del precandidato presidencial incluso realizaron encuestas y sondeos de opinión para medir el impacto de la alianza con Gordillo en la opinión pública.

La conclusión, explicaron, fue que la cercanía del mexiquense con la polémica lideresa magisterial representaba un alto costo, por lo que la ruptura sería redituable.

En junio del año pasado, Peña Nieto se refirió a la presidenta del SNTE como su amiga.

Cuatro meses después, se pronunció a favor de las negociaciones que el PRI emprendió con el Panal para ir juntos en los comicios.

Sin embargo, en los últimos meses, el abanderado presidencial emprendió una estrategia para alejarse de los escándalos y las polémicas.

Primero, empujó la salida del dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira, quien llegó a esa posición en acuerdo con Gordillo.

Con la reestructuración de su equipo y de la dirigencia nacional, quitó del camino a cuestionados ex Gobernadores como el veracruzano Fidel Herrera y el tamaulipeco Eugenio Hernández.

Por la mañana, previo a la sesión de la Comisión Política Permanente, el líder nacional del Movimiento Territorial, Carlos Flores Rico, alertó sobre los riesgos que representaba para su partido los excesos que implican los términos de la coalición.

"Las coaliciones son una necesidad estratégica, pero tiene límites, no estamos de acuerdo ni con los costos ni con los tiempos. Los costos de esta alianza son muy elevados y no pueden ser asumidos así porque sí", reclamó.

"Las coaliciones no pueden excederse. Si nos equivocamos, el partido se puede sentir desilusionado y entonces esto en lugar de aportar, resta".


Mariel Ibarra, Reforma, 21 de enero.

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