WASHINGTON.— Cuba firmó ayer dos acuerdos de derechos humanos de las Naciones Unidas, mientras el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, advertía que no ha llegado el momento de dialogar con el nuevo gobierno de la isla, que encabeza Raúl Castro.
El canciller cubano Felipe Pérez Roque suscribió el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en la sede de la ONU en Nueva York.
“La decisión de firmar estos dos convenios se tomó porque es el momento apropiado después de la derrota de la campaña de EU en la antigua Comisión de Derechos Humanos”, afirmó.
Negó que la firma fuera una contradicción con las objeciones formuladas por el ex presidente Fidel Castro en 1999, cuando Canadá le instó a suscribirlos. En esa ocasión, el entonces líder de la Revolución Cubana criticó los artículos en favor de los sindicatos y la educación libre que incluyen los dos tratados.
En un comunicado emitido en La Habana, el gobierno cubano aclaró que el “bloqueo” y la “política de hostilidad y agresión” del gobierno de Wa-shington son los verdaderos obstáculos para que el pueblo cubano pueda hacer ejercicio de sus derechos.
Tras la firma de los acuerdos, Pérez Roque dijo que la pelota está del lado de la cancha de EU para el levantamiento del embargo, y se manifestó confiado en que tales sanciones serán levantadas en el futuro.
Pero el presidente Bush dijo que “mantendremos el embargo” económico que EU impuso a Cuba hace 50 años. “Mantendremos el embargo y seguiremos insistiendo (en la democratización) hasta que Cuba empiece a alcanzar la libertad”, sostuvo.
No les voy a dar el gusto, añadió, “de aparecer sentado en una mesa, al lado de Raúl Castro. Tomándonos una foto con un tirano como Raúl Castro...”.
“No estoy sugiriendo que nunca habrá tiempo de dialogar (con Cuba). Estoy diciendo que éste no es el momento de dialogar con Raúl Castro. Porque él no es más que una extensión de lo que su hermano (Fidel) hizo, arruinando a la isla y mandando a prisión a la gente por sus creencias.
En ese contexto, el discurso del presidente Bush y la gira de Pérez Roque en Nueva York demuestran que el recién designado gobierno de Raúl Castro aún tendrá que recorrer un largo camino para convencer a Estados Unidos y a la comunidad internacional de su preocupación en materia de derechos humanos.
“Hasta que eso no cambie, es poco probable que se produzcan avances concretos con respecto a los derechos humanos en Cuba”, aseguró José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. (Con información de agencias)
El canciller cubano Felipe Pérez Roque suscribió el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en la sede de la ONU en Nueva York.
“La decisión de firmar estos dos convenios se tomó porque es el momento apropiado después de la derrota de la campaña de EU en la antigua Comisión de Derechos Humanos”, afirmó.
Negó que la firma fuera una contradicción con las objeciones formuladas por el ex presidente Fidel Castro en 1999, cuando Canadá le instó a suscribirlos. En esa ocasión, el entonces líder de la Revolución Cubana criticó los artículos en favor de los sindicatos y la educación libre que incluyen los dos tratados.
En un comunicado emitido en La Habana, el gobierno cubano aclaró que el “bloqueo” y la “política de hostilidad y agresión” del gobierno de Wa-shington son los verdaderos obstáculos para que el pueblo cubano pueda hacer ejercicio de sus derechos.
Tras la firma de los acuerdos, Pérez Roque dijo que la pelota está del lado de la cancha de EU para el levantamiento del embargo, y se manifestó confiado en que tales sanciones serán levantadas en el futuro.
Pero el presidente Bush dijo que “mantendremos el embargo” económico que EU impuso a Cuba hace 50 años. “Mantendremos el embargo y seguiremos insistiendo (en la democratización) hasta que Cuba empiece a alcanzar la libertad”, sostuvo.
No les voy a dar el gusto, añadió, “de aparecer sentado en una mesa, al lado de Raúl Castro. Tomándonos una foto con un tirano como Raúl Castro...”.
“No estoy sugiriendo que nunca habrá tiempo de dialogar (con Cuba). Estoy diciendo que éste no es el momento de dialogar con Raúl Castro. Porque él no es más que una extensión de lo que su hermano (Fidel) hizo, arruinando a la isla y mandando a prisión a la gente por sus creencias.
En ese contexto, el discurso del presidente Bush y la gira de Pérez Roque en Nueva York demuestran que el recién designado gobierno de Raúl Castro aún tendrá que recorrer un largo camino para convencer a Estados Unidos y a la comunidad internacional de su preocupación en materia de derechos humanos.
“Hasta que eso no cambie, es poco probable que se produzcan avances concretos con respecto a los derechos humanos en Cuba”, aseguró José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. (Con información de agencias)
Nota de J. Jaime Hernández en Washington, El Universal, 29 de febrero.
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