Resienten la recesión migrantes mexiquenses

TONATICO.- La última vez que Alejandro cruzó el desierto de Sonora para entrar a Estados Unidos fue en julio de 2008; para octubre ya estaba de vuelta.

A diferencia de los 8 años anteriores, esta vez no encontró trabajo como albañil y aunque trabajó como pepenador en Virginia, finalmente optó por regresar a su tierra.

"Me salía como los jornaleros, a buscar qué encontraba. Juntaba latas también. En 15 días me juntaba hasta 30 dólares de latas; una vez llevamos ciento y tantos dólares", relata.

"No fui muy productivo, pero no dejé sin comer a mi familia. Le luchaba pues. El fierro está carísimo. Yo llevaba bicicletas y todo eso. Mi hermano me llevaba a la recicladora".

Desde hace 3 años, Gisela Pedroza tiene a su hermana Martha viviendo como indocumentada en Estados Unidos. Martha es divorciada y tiene a su cargo a sus dos hijos adolescentes, de 11 y 13 años.

"Mi hermana trabaja en una estética. Bajó mucho la clientela, baja la gente, baja la comisión. A mis abuelos les manda dinero, pero el monto ha bajado bastante, casi un 50 por ciento", comenta Gisela.

"Tenía planes de regresarse ya en estos meses. Todavía espera a que se componga un poquito allá la situación después de las elecciones (en EU)".

Los casos de Alejandro y Martha no son todavía la generalidad en Tonatico, un pueblo con más de 20 años de tradición migratoria, del que muchos de sus paisanos cuentan con papeles en EU.

Ante la crisis financiera en ese país, las autoridades de Tonatico no avizoran retornos masivos de paisanos. Sin embargo, sí resienten la caída en las remesas.

"No hemos detectado gente que esté regresando. Lo que me comentan es que sí se está reduciendo mucho las horas de trabajo. Un primo mío trabajaba 48 o 50 horas a la semana. Se las están reduciendo a 40, incluso a 35 horas. O trabajas 3 semanas y te descansan una", señala Jaime Tito Trujillo, tercer regidor.

"Hay gente que la han descansado o despedido definitivamente, pero se aguantan. Prefieren estar allá, que es un poquito más llevadera la vida, que venirse".

Ni el gobierno del Estado de México ni el del municipio, apunta, tienen planes de adoptar algún programa para apoyar a los migrantes que retornen, o para ayudar a las familias que están recibiendo menos ingresos por remesas.

Admite que si los migrantes regresaran no encontrarían trabajo fácilmente. Las cosechas de cebolla -mayor cultivo de Tonatico- están terminando; en el turismo, es temporada baja.

Ante la falta de opciones productivas, Alejandro ha tenido que ingeniárselas para mantener a su familia.

"Es difícil también acomodarse aquí. Pero se va haciendo uno sus mañas. Hay trabajos que a nadie le gustan o que son muy pesados. Me dedico de cargador, pues de algo hay que trabajar", explica.


Retorno anticipado


Ana entró a trabajar a una estancia infantil de la Secretaría de Desarrollo Social cuando su marido -que reside legalmente en EU- le dijo que a diferencia de los 12 años anteriores, este año no lo contratarían para cortar pino en la época navideña.

"Se esperan hasta principios de diciembre para cortar todo el pino navideño, y lo que me comentaba es que ahora no hay, que están despidiendo mucha gente. Por decir, si van unos 50, ahora nada más fueron 20, porque no va a haber ventas como otros años", detalla.

"¿Qué vamos a hacer si ya se va a venir en estos días? Trabajar en lo poquito que pueda él. Los niños crecieron, pasaron a la prepa, están las colegiaturas más altas y por eso estoy aquí ahora para ayudarle".

Javier Morales, que vive en la ranchería de La Puerta, también tuvo que regresarse antes, pero no tiene planes de quedarse mucho tiempo en México.

"Allá la economía está bien baja, está bien mal. Yo trabajo en la construcción y siempre se acaba la temporada a fines de noviembre, pero este año acabó desde octubre. Cada año vengo para acá, pero me tuve que venir más temprano", señala.

"Yo estoy allá legal. Si hay trabajo aquí, pues trabajo, y si no hay, me regreso para allá en marzo".

Cuenta que la mayoría de sus amigos en Waukegan, Illinois, no regresarán a fin de año, pues no tienen dinero para hacerlo.

El tercer regidor coincide en el diagnóstico.

"Estamos previendo que va a venir menos gente, porque para venir en diciembre tienes que ahorrar durante el año, si te vienes en avión mucho más", indica.

"Si vienes en familia, tienes que venir casi que en carro. Te haces 4 días de viaje, estás una semana aquí, 10 días, 2 semanas máximo y te regresas unos 3 días de viaje. Se van alrededor de mil dólares. Tienes que ahorrar esa cantidad, más el gastito, que si vienes a la cena de Navidad, el regalito, Santa Claus y todo esto".

Silvia Garduño, Reforma, 18 de noviembre.



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