'En la tele siempre me sacan enojado'

SAN JUAN CHAMULA.- Andrés Manuel López Obrador mira a las cámaras de televisión, sonríe y recrimina: "Cada vez que aparezco (en Televisa) utilizan las imágenes más oscuras, siempre enojado y con cara dura".

Caso contrario, reclama, sucede con su adversario Enrique Peña Nieto, quien, afirma haciendo ademanes con las manos simulando al priista, aparece "bien peinadito, arregladito y sonriente".

Para el tabasqueño eso cuenta en la opinión pública y muestra la intención de algunos medios de comunicación, principalmente electrónicos, de pretender imponer al ex Gobernador como Presidente.

"Yo me río, no soy como me pintan. Voy a tratar de sonreír mucho, pero no puedo carcajearme todo el tiempo, soy feliz, pero no me puedo estar riendo cuando estoy viendo una realidad muy amarga delante de mí, yo ando acá en los pueblos y me duele lo que veo, no puedo estar riéndome, no soy insensible, no soy actor".

La imagen que el tabasqueño tuvo ante él en este municipio y en el de San Juan Chamula fue amarga: indígenas tzeltales y tzotziles en extrema pobreza, muchos de ellos descalzos, con la piel agrietada y con la ropa desgarrada.

Ataviados con su indumentaria tradicional y colorida, de las comunidades de Los Altos de Chiapas bajaron por su propio pie o traídos por aspirantes a un cargo de elección popular o líderes locales del PRD e, incluso, por algunos representantes de la iglesia evangélica, transportados en camiones o camionetas descubiertas.

En la comunidad La Ventana, de San Juan Chamula, donde llegaron más de 3 mil personas de comunidades cercanas, muchas de ellas zapatistas, recibieron a López Obrador con un "pok'u'ul", una especie jorongo de algodón tejido en telar en colores azul, morado y verde, un sombrero con listones de colores, un pañuelo y un morral, que es el traje de la festividad.

En la gira, el precandidato a la Gubernatura, Enrique Gutiérrez Villanueva, aprovechó los mítines, pero su acción fue contraproducente.

En Tenejapa, una veintena de indígenas retuvieron su camioneta exigiendo que les regalara una playera. Después de media hora logró que sus asistentes rescataran la unidad, pero fueron perseguidos dos calles, sin embargo, los lugareños lograron arrebatarles tres prendas.


Érika Hernández enviada, Reforma, 14 de enero.