El diario oficial Granma eludió ayer responder a las declaraciones emitidas por el gobierno de México en torno a la muerte del cubano Wilman Villar el jueves pasado. Sin embargo, el tabloide acusó en un editorial a Estados Unidos, España, Chile y la Unión Europea de tratar de “satanizar” a la isla a partir de ese “hecho lamentable”.
México expresó el sábado “preocupación por reportes según los cuales Villar habría muerto a consecuencia de una huelga de hambre, emprendida con motivaciones políticas desde prisión”.
Granma insistió en que, contrariamente a lo que repite la disidencia, el cubano de 31 años no estaba preso por razones políticas, sino por “haber golpeado brutalmente y en público a su esposa, agredir a policías y resistirse violentamente a la detención”, y que tampoco estuvo en huelga de hambre.
Su fallecimiento en un hospital de Santiago de Cuba (este) se debió a “un fallo multiorgánico asociado a un proceso respiratorio séptico”, puntualizó.
El diario consideró que solo en Cuba, un “hecho lamentable” como éste “se convierte en noticia de repercusión internacional” en cuestión de minutos, y culpó de ello a “algunos gobiernos tradicionalmente comprometidos con la subversión contra” la isla.
En ese sentido, dijo que Estados Unidos es el “principal instigador” de la campaña en curso, pese a tener “un pobre record” en derechos humanos, entre otras razones por “las detenciones arbitrarias y torturas en el ilegal centro de detención” de Guantánamo.
Sobre el gobierno chileno, primero de América Latina en condenar en duros términos la muerte de Villar,Granma dijo que “no se le conocen declaraciones sobre la brutal represión contra estudiantes que se manifiestan pacíficamente (en ese país) en defensa del derecho humano a la educación”.
En tanto, la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC) radicada en Miami (Florida) pidió en una carta enviada al papa Benedicto XVI que se “reúna” y “escuche” a la disidencia en su próxima visita a Cuba, en marzo, además de sumarse a las denuncias por la muerte de Villar Mendoza.
En el documento, la ARC expresa su preocupación porque la visita del Pontífice, prevista para antes de Semana Santa “sea manipulada por el régimen para continuar reprimiendo al pueblo cubano con impunidad y legitimar así su permanencia en el poder”.
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