No hay temor de quedar marginados


Andrés Manuel López Obrador no puede prescindir del PRD si quiere ganar la Presidencia de la República; hacerlo, sería repetir uno de los errores cometidos en 2006, advirtió Jesús Zambrano.
El dirigente nacional del PRD espera que el aspirante presidencial de las izquierdas haya aprendido de sus fallas, aunque le recomendó no repetir los errores que, seis años después, asume que existieron y lo llamó a construir una mejor relación con sectores que en 2006 hizo a un lado.
En entrevista con MILENIO Diario, le recomendó tener claro que el diálogo y la propuesta deben estar por encima de la confrontación y anticipó que en el PRD no habrá campaña de brazos caídos de quienes no lo apoyaban como su candidato presidencial.
Admitió que habría sido deseable que la representación institucional del PRD estuviera en su equipo de campaña, pero aseguró que será el partido que más estructura electoral aporte y por eso “no hay ningún temor de que el PRD vaya a quedar marginado”.
¿Qué no debe hacer Andrés Manuel en su segunda candidatura presidencial?
No repetir los errores y las deficiencias que hoy se asume que existieron. El PRD es una parte toral necesaria en la campaña. El PRD será fundamental para el montaje de la estructura, promoción y cuidado de las casillas y para la difusión de las propuestas. Es impulsor de la confluencia de alianzas. Uno error fue el tipo de relación con los empresarios y hoy, en los hechos, se asume como una necesidad. La confrontación por sí misma en lugar del diálogo y la propuesta, y también se asume como una deficiencia.
¿Hay riesgo de el PRD quede marginado por su candidato presidencial?
No sé si sea la pretensión de Andrés Manuel apoderarse del PRD, hay una fortaleza institucional del partido, no se puede prescindir del PRD si se quiere ganar la Presidencia, una correlación importante en las Cámaras. El pretender hacerlo sería una repetición de los errores de 2006 y creo que Andrés Manuel ha aprendido. Lo deseable es que hubiera quedado alguien relevante en el equipo de coordinación de campaña, hay perredistas, pero no una representación institucional.
No constituye, en todo caso, más que un acicate para fortalecer desde otras aristas la participación activa del PRD. Vamos a ensamblar la estructura electoral con la de la coalición y sin duda será el PRD el que más estructura va a aportar. No hay en este sentido ningún temor de que el PRD vaya a quedar marginado.
La candidatura única presidencial de López Obrador se dio contra todos los pronósticos, en un escenario de posible ruptura
Contra todos los pronósticos o deseos que tenían muchos de nuestros malquerientes externos, en el sentido de que no íbamos a poder lograr un candidato de unidad, logramos que se diera y todos estamos cerrando filas con López Obrador. Cada quien desde sus propias trincheras está apuntalando sus esfuerzos.
¿El PRI tiene el triunfo en la bolsa?
No están determinadas las elecciones en su resultado, pueden pasar muchas cosas. Todavía no arrancan y ya tenemos evidencias de la incapacidad del pretendidamente invencible Peña Nieto. Ha demostrado su falta de visión y capacidad.
¿El PAN está metido en la pelea?
Su escenario es de pronósticos reservados, no pareciera todavía que vayan a terminar bien su contienda interna.
¿Y el PRD?
Tenemos de nuestro lado el enorme valor, incalculable del impulso unitario que ha significado el que Marcelo haya reconocido que López Obrador era el mejor posicionado y las distintas vertientes que en el PRD no era afines a Andrés hayan asumido convencidamente e institucionalmente que tenemos que cerrar filas. El discurso de López Obrador en sectores importantes de la sociedad que en otras ocasiones no han votado por nosotros y que fueron presos de la guerra sucia y al mismo tiempo ven la incapacidad panista para gobernar y no quieren el regreso del PRI. Además el ejército electoral que vamos a desplegar va a permitir que cuidemos la elección, porque 2012 no será una repetición de 2006. Hoy por eso lo que está claro es que al proceso electoral se la ha introducido una dosis de incertidumbre y muchas cosas están pasando los próximos seis meses.
¿No corren el riesgo de una campaña de brazos caídos entre aquellos que tuvieron discrepancias con López Obrador los últimos cinco años?
Agravios los hubo, lastimaduras quedaron, pero lo que hay frente a nosotros es una clara convicción de que 2012 es la gran oportunidad para disputar el país, un proyecto de desarrollo nacional que difícilmente se nos podrán presentar condiciones para poderlo hacer en los años venideros. No nacimos ayer en la lucha por la transformación democrática y todos estamos conscientes de que en una contienda se gana o se pierde y la calidad de demócratas se demuestra cuando no se logra lo esperado. Quienes le apostaban a Marcelo han tenido un sinsabor, pero convencidamente han cerrado filas con Andrés Manuel y por eso no habrá brazos caídos en la campaña. Porque buscando hacer que gane Andrés Manuel, ganará el partido y ganaremos quienes lo integramos. El saldo fundamental que debe quedar, independientemente del resultado de la elección es el fortalecimiento del partido, es nuestra gran familia y debemos proponernos que haya partido de izquierda por mucho tiempo. Una elección, una candidatura, es muy importante, pero es circunstancial, lo que quedan son las instituciones y el PRD es parte de las instituciones de la República.
¿Qué hacer para no perder el Distrito Federal como ocurrió con Michoacán, Baja California Sur o Zacatecas, estados que gobernaban?
Vamos a sacar bien el proceso de selección del candidato, con unidad mediante encuesta y que todos los aspirantes cierren filas. Hay muchos espacios para los equilibrios y para la compensación política. La unidad es condición indispensable para el triunfo. Las victorias se construyen y debemos aplicarnos, ninguna elección está ganada o perdida de antemano. El PRI ha logrado posicionamiento importante, pero la gente premia esfuerzos unitarios.
El PRI viene por todo…
El PRI viene por todo, pero se va a llevar un chasco, aquí lo vamos a parar, aquí va a ser parte de esa dosis de derrota que tendrá a escala nacional.
Liliana Padilla, Milenio, 2 de enero.

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